En el mundo del cine y las películas es usual realizar nuevas versiones de películas viejas filmadas con nuevos actores y escenarios. Tal parecería que las actuaciones del Gobierno en su errática discusión y búsqueda de votos en la legislatura para aprobar los nuevos impuestos y el inicio de la campaña política del gobernador —que  busca justificar el anuncio de un posible cierre gubernamental— son la nueva versión de la película de horror del Gobierno de turno.

Tal como lo hicieran cuando querían aprobar el IVU, el Gobierno popular vuelve con sus amenazas y con la fatídica estrategia del “mete miedo” para lograr la aprobación del IVA. Se une a ello las burdas conspiraciones de pasillo sobre retos y sabotajes que lo único que demuestran son sus flojas y absurdas estrategias de campaña. Esta película la han ido reutilizando durante todo el cuatrienio ante la incapacidad de generar una legislación coherente que no termine perjudicando a la clase media y la clase trabajadora. Sus propuestas, que han sido a base del ‘’cuco”, destruyeron el sistema de retiro de los empleados públicos a costa de la hecatombe del sistema y le pusieron fecha al cierre de la Autoridad de Carreteras para imponer el nuevo impuesto a la gasolina, la “crudita”. Toda su gestión de Gobierno ha estado basada en la consigna “con miedo”.

Esa es la realidad de un Gobierno que ha estado en cierre permanente: no existe una clara política pública en nada. Hace un año anuncian un supuesto presupuesto balanceado y a pocos meses anuncian su falta de liquidez. El más reciente ejemplo del descalabro institucional son los problemas financieros del sistema de salud que demuestra a todas luces dos cosas: el grave error de privatizar el derecho fundamental a la salud al someterlo al mercado y la incapacidad de este Gobierno y los anteriores de administrarlo adecuadamente. Por otro lado, la situación financiera de la Autoridad de Energia Eléctrica es patética, al anunciar con bombos y platillos una reformulación y reestructuración de la Corporación y la supuesta persona responsable de hacerlo solo puede expresarle a la asamblea legislativa generalidades y vaguedades, por demás conocidas por el país y discutidas en múltiples ocasiones. Mientras tanto, la llamada “oficial de restructuración” efectivamente reestructura sus bolsillos al aumentarle sus desproporcionados honorarios. Las noticias diarias del Departamento de Educación son patéticas, desde amenazas de cierres de escuelas, la continua ausencia de servicios educativos y hasta la eliminación de materias fundamentales para el desarrollo cognoscitivo de nuestro niños y niñas como son la Historia y los Estudios Sociales.

En múltiples ocasiones  se han señalado por diversos sectores del país la necesidad de que el sistema de cobro de contribuciones sea uno efectivo. Se señala que no existen los suficientes recursos humanos para poder enfrentarse al problema de la evasión contributiva, además de los consabidos problemas tecnológicos del Departamento de Hacienda, pero más aún a la ausencia de voluntad política para solucionarlo y para imponer contribuciones revisando todo el esquema de deducciones y créditos contributivos a las  grandes corporaciones.

Obviamente, no queremos ni deseamos un cierre de Gobierno porque primeramente los que se verán afectados por la ausencia de servicios públicos serán miles de trabajadores públicos y la ciudadanía en general. Ahora, de continuar la amenaza del Gobierno, lo único que  demuestran es que  el miedo y la demagogia son sus planteamientos ante la crisis social y económica en que vivimos. En ambas tienen mucha experiencia. Así se explica su esfuerzo de décadas por inculcar miedo a este pueblo por las soluciones de la descolonización y la libertad y su demagogia de que en la colonia Puerto Rico siempre estará mejor; Ambas armas ideológicas  que están desenmascaradas y en bancarrota. Hay nuevos procesos, nuevos tiempos para romper el cierre en que ya vivimos para abrir nuevos caminos y procesos de trasformación e interrelación con el resto del mundo de igual a igual.