Carlos Giusti / EL VOCERO

Los genios  de la administración pública, sus asesores y todos aquellos que pusieron su grano de arena para finalmente desbaratar las finanzas del país y el bolsillo de cada puertorriqueño, se hicieron con la mayor estocada en la historia de Puerto Rico. Ayer, incluso con los votos de aquellos que en algún momento dieron señales de tener un hilo de juicio y responsabilidad con el pueblo, se le metió un macetazo más a la gente. Se aumentó de 7% a 11.5% el Impuesto de Ventas y Uso (IVU) y encima de eso, un 4% adicional para las transacciones entre negocios. ¿Quién cree usted terminará pagando cualquier alza en el costo de hacer negocios?

Pero el resultado de esta mezquina violación tomará tan solo nueve meses en gestarse. Porque cuando pase ese período, el muchacho ya tiene nombre y apellido, Impuesto al Valor Añadido (IVA). Aun con el país en contra, con la propia delegación PPD y todos los demás sectores comerciales y del tercer sector en contra, esta administración buscó la manera de empujarnos el IVA. Pero esta vez amarrado con un impuesto que acabará destruyendo los pocos sectores productivos que a duras penas sobreviven. Es más, ahora se pretende resolver el problema nombrando una comisión para, supuestamente analizar, dirimir, sumar y restar. No le quepa duda que este conjunto terminará diciendo que lo que deja más chavos es el IVA.

Y como si fuera poco, el Ejecutivo propuso ayer un presupuesto de $9,800 millones, incluyendo ya los recortes propuestos de $600 millones. Comparado con el presupuesto vigente, entonces, eso significa prácticamente un aumento de $200 millones. Estamos de acuerdo en que es necesario recortar la grasa del Gobierno
porque es fundamental para una sana administración pública. Pero al evaluar el plan de recortes anunciado esta semana, da la impresión de que el mismo si hizo a la carrera e improvisado, como todo el proceso de intentar de pasar una reforma contributiva sin pie ni cabeza. Carece de buen juicio. Y para muestra un botón basta. El proyecto de consolidación de las procuradurías es un ejemplo inexplicable. Estuvo errado cuando se intentó eliminar el año pasado y sigue estando errado ahora. ¿Qué ha cambiado en los pasados meses? En aquel momento se demostró que esas oficinas, en especial la de la Procuradora de la Mujer, son vitales para una gran parte de la población. De nuevo, otra legislación tóxica para el país.

Este periódico estuvo claro desde el primer día en que esta administración presentó su reforma contributiva, o más bien su “deforma contributiva”. Ninguna reforma verdadera puede construirse imponiéndole más carga tributaria al pueblo, ni se puede hacer en un cuarto oscuro en 8 o 10 horas de deliberación. Señores, requiere un “poco” más que eso. El pueblo NO aguanta más. Y no nos olvidemos de la Crudita #1 y la Crudita#2; el impuesto de 5% a las transferencias de dinero; y de la eliminación del crédito por trabajo y la reducción de los bonos a los seniors. ¿Dónde quedó aquel estribillo de campaña de “primero la gente”?

En el descargue de sus funciones, ayer la Legislatura le falló a la gente. Deshonraron la decisión que hizo el pueblo en 2012 y se allanaron a una petición ejecutiva que le mete la mano al bolsillo de todos. Se hicieron cómplices de la mala administración fiscal, porque el único efecto que tiene el IVU agrandado, el IVA o como quiera que le pongan a un nuevo impuesto, sería allegar más fondos al gobierno sin establecer los controles de responsabilidad fiscal que necesita Puerto Rico.

Ustedes acaban de agravar la precaria condición fiscal del gobierno. Dentro de nueve meses, no cabe duda de que volverán por más, cuando se topen con la dura realidad de que al alza no fue suficiente. Hasta que no se hagan las cosas responsablemente, este gobierno seguirá pidiendo más, más y más.