“El Departamento de Hacienda (DH) es disfuncional y ha estado por décadas impedido de su funcionabilidad… No ha colapsado por los empleados que tiene… Es un paciente en estado crítico que tiene salvación”.
Con estas palabras el secretario de Hacienda, Juan Zaragoza, reveló la crisis que atraviesa el principal ente recaudador del Gobierno, que carece de datos concretos en torno a las deudas por cobrar, los planes de pago existentes y si estos están retrasados, posee una “tecnología deficiente” y no tiene “una cultura de medición”.
“En Hacienda no hay un plan de trabajo. No se rinden cuentas. No se sabe qué pagos están atrasados. En Hacienda no se sabe nada. No es ahora, es que no ha pasado nunca. Es un capitán de barco navegando sin panel, mirando a las estrellas”, manifestó Zaragoza en una vista pública ante la Comisión senatorial de Hacienda sobre el Proyecto de la Cámara 2415 para crear la Oficina del Administrador de Rentas Internas, que estaría adscrita al DH.
El funcionario indicó que su condición para avalar la medida es que el administrador de Rentas Internas sea nombrado por él, ya que “ese tipo de líneas así difusa de que lo va a nombrar el gobernador, le responde al gobernador, pero tú lo supervisas, gerencialmente eso no funciona. Para que me hagas caso tengo que tener la autoridad de nombrarte y de botarte”, sentenció. Tampoco deberá tener un nombramiento de 10 años.
Sin embargo, Zaragoza destacó que “el problema del DH es más profundo de lo que se ha percibido y no se limita al asunto de su actual estructura, ni tampoco se resuelve única ni principalmente con la consolidación en la propuesta Oficina de Rentas Internas de las facultades y poderes asociados a la recaudación”. Por esto, decidió manifestar de una singular forma los problemas de la agencia durante la vista.
Zaragoza destacó que la falta de métricas en la agencia no es algo nuevo, sino que “es el resultado de un deterioro progresivo que ha percolado y se ha institucionalizado en el DH” por las últimas tres décadas. Adjudicó el problema a la “falta de supervisión, falta de gerencia y falta de sistemas” que ha sufrido la agencia, que tampoco ha estado exenta del llamado atornillamiento de empleados por la política partidista ni de la reducción de trabajadores en un 50 %, comparado con hace 10 años.
Aunque estimó que son entre 40 y 45 mil los planes de pago y que entre un 60 a 80 % de ellos están en atraso, sentenció que las cantidades previas “son difíciles de determinar”.
Apuntó que son pocas las auditorías que se realizan —que fluctúan entre un caso atendido por auditor al año en el Distrito de Investigaciones Patronales a 11 en el Distrito de Arecibo— y que la cantidad de auditores redujo en 50 % en la última década. “En Caguas tienes cinco casos por año por inspector. Si tienes 13 inspectores en Caguas y cada uno hace cinco casos, 13 por cinco son 65. Realmente, es más fácil pegarte en el Powerball a que Hacienda te investigue. Tienes más probabilidades”, declaró.
A eso se suma el problema de retención de empleados que atraviesa la agencia, que luego de adiestrar los auditores, estos se van a otras entidades o agencias porque les ofrecen mejores pagas.
«Es indignante ver a los niveles a los que se ha permitido que llegue el DH y muy comprensible la molestia de los ciudadanos con el servicio, con la falta de fiscalización y violación contributiva si usted me dice que en 15 o 20 años no se ha fiscalizado a vendedores de petróleo, automóviles, tabaco», manifestó, por su parte, el presidente de la Comisión senatorial de Hacienda, José Nadal Power.
Nadal Power sostuvo que la meta es que la medida se apruebe en esta sesión, antes del 25 de junio, pero que le realizarán enmiendas para que atienda las preocupaciones del secretario de Hacienda y del Colegio de Contadores Públicos Autorizados (CCPA).
Luz al final del túnel
A pesar de esta “escalofriante” situación, como la describió el senador Ramón Luis Nieves, el secretario del DH se mostró esperanzado en que en un año y medio podrán reestructurar la agencia y afirmó que la nueva Oficina de Rentas Internas será un paso en la dirección correcta.
Adelantó que podrían consolidar entre cuatro y cinco colecturías, ya que la mayoría de los trámites son relacionados al cobro de multas de tránsito, por lo que los empleados los podrían transferir a unidades en las que hagan falta. Además, transferirán 30 empleados al área de los muelles para aumentar la fiscalización del impuesto sobre ventas y uso (IVU) y podrían realizar una alianza con los municipios de Guaynabo y Caguas para mejorar el cobro de este impuesto.
Indignante situación
“En Hacienda no hay un plan de trabajo, no se rinden cuentas, no se sabe qué pagos están atrasados, en Hacienda no se sabe nada. No es que pase ahora, es que no se ha sabido nunca. Es un capitán de barco navegando sin panel, mirando a las estrellas”.
Esta es la descripción del propio secretario de Hacienda, Juan Zaragoza, sobre la forma en que opera la agencia que dirige y que está encargada de cobrar el dinero con el que operará el gobierno.
Zaragoza compareció ayer a una vista de la Comisión senatorial de Hacienda a la que fue citado para discutir un proyecto cameral que busca crear la Oficina del Administrador de Rentas Internas adscrita a Hacienda. Pero antes de discutir los méritos o problemas de la medida, Zaragoza se puso de pie e hizo una presentación que reveló a su agencia como una que no funciona, entronizada en viejos patrones de incumplimiento y mediocridad e incapaz de cumplir con el más básico de sus mandatos constitucionales de manejar los recaudos del país.
“El Departamento de Hacienda es un paciente en estado crítico, que tiene salvación, pero que sufre de unas condiciones críticas”, dijo Zaragoza.
El cobro de impuestos en renglones como petróleo, cigarrillos y automóviles, no ha sido auditado en más de una década, según dijo. Peor aun, expresó, en la agencia no le han podido ofrecer ni siquiera una lista de los planes de pago que sea vigente.
“En Hacienda no se mide nada y lo que no se mide no se hace. Ese es el responsable de un deterioro progresivo que se ha institucionalizado. En Hacienda no hay una cultura de rendir cuentas”, dijo Zaragoza al asegurar que lo que ha mantenido la agencia a flote son los empleados.
Entre los problemas más significativos de la agencia que dirige, mencionó la reducción dramática de empleados en áreas sensitivas, la imposición de otras responsabilidades a las colecturías, como el cobro de las multas de Transportación y Obras Públicas, la ausencia de planes de trabajo, indicadores de rendimiento y medición de resultados y el manejo de transacciones que no son ni del fondo general ni de Hacienda.
Dijo que hay oficinas de cobro en Hacienda que no cumplen ni con los recaudos suficientes para mantener la oficina operando. Por ejemplo, en el caso de San Juan, el promedio de casos atendido por los auditores en un año es de ocho, mientras en Bayamón son tres. Bayamón, Caguas y Humacao están entre los distritos con un pobre rendimiento. Añadió que no existe la capacitación gerencial y que los gerentes del departamento no tienen ni planes de trabajo, ni metas, ni indicadores de rendimiento ni una “cultura de rendimiento de cuentas”.
El presidente de la Comisión de Hacienda, el senador José R. Nadal Power, se mostró sorprendido con la presentación de Zaragoza y cuestionó la incapacidad de esta agencia en momentos en que estamos a semanas de un aumento al Impuesto de Ventas y Uso (IVU).
“Es indignante ver el nivel que se ha permitido que llegue el Departamento de Hacienda y muy comprensible el coraje de los ciudadanos con el servicio que históricamente se ha estado dando. Usted me dice que en 15 años no se ha auditado a los importadores de petróleo, de automóviles, qué podemos esperar de la fiscalización de un negocio que cobre o no cobre IVU”, dijo Nadal Power. “Se impone una carga, pero el gobierno no hace su trabajo y es totalmente justificado ese coraje, esa indignación”.
Zaragoza no se opuso al proyecto cameral, pero recomendó que esta oficina no sea una separada de la agencia que dirige. Dijo que en Estados Unidos no ha sido efectivo mantener el Tesoro separado del Negociado de Rentas Internas (IRS, en inglés).
La persona encargada de dirigir la nueva oficina, dijo, debe ser nombrado por el secretario y no por el gobernador.
“De lo contrario, la supervisión no sería ni efectiva ni real, ni práctica y se daría al traste completamente con la relación operacional que es crítica para que el secretario, que es uno de los miembros del gabinete constitucional…pueda cumplir con sus responsabilidades en ley”, dijo.
Ante estos señalamientos, el presidente cameral, Jaime Perelló, dijo que la respuesta es precisamente aprobar el proyecto discutido en vista pública ayer.
“Lo que tiene que hacer el Senado es aprobar la reestructuración del Departamento de Hacienda que crea una división autónoma para atender ese problema de evasión y que ya se aprobó en la Cámara es muy completo y lo que hay que hacer es que el Senado lo apruebe antes del 25 de junio para cuando comiencen los nuevos retos tengamos una nueva división fuera de la burocracia”, dijo Perelló. “El proyecto que se aprobó establece más acceso a la tecnología, la integración de los municipios y crea una estructura fuera de la burocracia. La reestructuración de Hacienda es una urgencia y le pido al Senado que la atienda antes del 25”.
Al salir de la vista de ayer, Zaragoza dejó saber a la prensa que como parte de la reestructuración de la agencia, identificó entre cinco a seis colecturías que podrían consolidarse. Según dijo, están ubicadas en su mayoría en la zona metro. Aseguró que esta decisión se tomará una vez sepan si pueden liberar a las colecturías del cobro de deudas de Transportación y Obras Públicas.
La reestructuración de Hacienda, dijo, puede tomar un año y medio.
“Pero hay cosas que se pueden hacer de inmediato. Vamos a estar trabajando en los planes de trabajo para este año fiscal y vamos a estar trabajando en establecer metas y medir. Eso puede estar en cuatro o cinco años”, dijo.
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