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Puerto Rico no tiene necesidad de reestructurar su deuda pública como un todo y ese curso de acción hará más daño a la economía de la Isla que los beneficios de intentar negociar una moratoria con sus acreedores.

De igual forma, en el entorno económico y fiscal que exhibe Puerto Rico en la actualidad es factible una nueva ronda de recortes en el gasto público de hasta $2,000 millones. Además, hay espacio para adoptar estrategias para atajar la evasión contributiva y sacar mejor partido a los activos de infraestructura que opera el estado.

Ambas premisas son las principales conclusiones de un estudio de Centennial International Group, comisionado por The Ad Hoc Group, el grupo de 38 firmas de inversión que, en conjunto, poseen unos $5,200 millones de los casi $72,000 millones en deuda del gobierno puertorriqueño.

El estudio estuvo a cargo de los también execonomistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ejecutivos de Centennial Latin America, José Fajgenbaum, Jorge Guzmán y Claudio Loser, quienes aseguraron que “no hay evidencia” que respalde la propuesta que hizo el gobernador Alejandro García Padilla hace poco más de dos semanas, para reestructurar la deuda del gobierno puertorriqueño.

“Hay un mejor camino para Puerto Rico que el actual plan que propone el gobernador García Padilla”, indicó Loser, quien junto a sus colegas conoce de cerca los procesos de reestructuración que se han dado en prácticamente toda la América Latina.De acuerdo con Loser, contrario a la proyección hecha por la administración de García Padilla, la deuda del gobierno puertorriqueño no es “monolítica” sino que se trata -tal como ha reportado El Nuevo Día en múltiples instancias- de 18 emisores diferentes con reglas diferentes y que estas deben verse según los distintos contratos que apliquen.

The Ad Hoc Group divulgará el informe en su totalidad mañana lunes, informaron los economistas.

Una violación a la Constitución

“Subrayo que una moratoria en la deuda pública sería una violación a la Constitución”, insistió Loser.

Según Loser, desde que García Padilla anunció su intención de renegociar la deuda se “ha erosionado la confianza” en la economía puertorriqueña que ya atravesaba por una situación de incertidumbre y anticipó que proceder con un repudio de la deuda y en especial de las obligaciones generales (GOs, en inglés) agudizará la caída en la inversión en la Isla y disparará la tasa de desempleo.

A manera de ejemplo, manifestó que el repudio de la deuda argentina a principios de la centuria, ha significado una caída en la inversión directa extranjera en el orden de unos $150,000, una baja en esa economía suramericana y un aumento en los niveles de pobreza.

A junio pasado, la tasa de desempleo en Puerto Rico se ubicaba en 12.5%, más del doble de la tasa de desocupados en Estados Unidos.

La inversión interna bruta en Puerto Rico ha menguado un 18% entre los años 2004 y 2013, según datos de la Junta de Planificación.

Espacio para más impuestos

“Puerto Rico puede evitar el impago”, dijo por su parte Fajgenbaum.

Según Fajgenbaum, incluso el informe comisionado por el gobierno de Puerto Rico a la exdirectora gerencial del IMF, Anne O. Krueger y a los homólogos Andrew Wolfe y Ranjit S. Teja, hacen factible que la Isla proceda con un programa de austeridad fiscal y que ello permitiría un superávit en el presupuesto gubernamental tan pronto como en el año fiscal 2017.

A diferencia del informe Krueger, Fajgenbaum puso en duda que el gobierno federal estadounidense “penalice” a Puerto Rico, sea con un ajuste tras la expiración del Affordable Care Act (el llamado Obamacare) o modificando el reconocimiento del arbitrio a las corporaciones foráneas (el llamado arbitrio del 4%) como un crédito, lo que en la actualidad reconoce el Servicio de Rentas Internas federal.

Indicó que es factible hacer recortes por unos $2,000 millones y a su vez, lograr unos $1,000 millones en recaudos con mejor fiscalización tributaria.

“No hay duda que Puerto Rico debe mejorar sus recaudos por impuestos”, agregó Fajgenbaum al subrayar que la tasa de captación del Impuesto a la Venta y Uso (IVU) apenas ronda un 56%.

Hay dinero para pagar

Loser indicó que el análisis efectuado por él y sus colegas se hizo desde una perspectiva “amplia” y que el grupo no tuvo acceso a todos los datos que fueron provistos por el gobierno puertorriqueño al grupo Krueger, Wolfe y Teja.

No obstante, subrayó que antes de modificar la deuda con garantía constitucional, Puerto Rico podría recurrir a los ingresos sujetos a la cláusula de retención (“clawback”) en corporaciones públicas y que rondan unos $1,000 millones.