Emigración codiciada
¿Se ha preguntado usted a quién le conviene la emigración masiva de puertorriqueños hacia los estados?
Pues pregúnteselo, porque ya en Washington, D.C. hay quienes tienen la respuesta y están trabajando para combatir o apoyar el asunto.
La semana pasada el colega Franklin Delano López, con decepción en la voz, me dijo que amigos cabilderos en Capitol Hill -tiene muchos y doy fe- le informaron que los demócratas mantendrían a Puerto Rico en el limbo por un buen rato porque les conviene que se muden puertorriqueños a los estados para las próximas elecciones. Sabido es que la mayoría de los puertorriqueños que votan en Estados Unidos lo hacen por el Partido Demócrata. Basta ver cómo hemos cambiado el perfil electoral de Florida.
Por cruel y maquiavélico que parezca, eso es “american politics”. He sido parte de ese juego y mucho que aprendí. “Préstame tu lengua para maldecirte”, dijo Calibán.
Sospechaba lo que me dijo Franklin, pero me di a la tarea de indagar. No tardé en descubrir que es real. Y que los republicanos lo saben y están buscando la manera de combatir la estrategia demócrata sin destapar sus propias cartas.
Hasta hace muy poco parecía que los republicanos no tenían nada que enfrentarle a Hillary Clinton en las elecciones de 2016.
La última encuesta de la Universidad de Quinnipiac (Connecticut), “the golden poll” en Estados Unidos, cambia el panorama al colocar a Hillary en desventaja frente a los tres candidatos serios del Partido Republicano (Jeb Bush, Marcos Rubio y Scott Walker) en los estados claves de voto flotante -Colorado, Iowa y Virginia. Obama se los llevó los tres en las elecciones del 2008 y el 2012. Hillary está atrás.
Sus propias encuestas les dicen a los demócratas que tienen que echar el resto. Hillary necesita toda la ayuda que pueda obtener.
Fortalecer los estados con inscripción de nuevos demócratas es tarea obligada en cualquier manual de campaña. Ahí entra en juego la estrategia de que Puerto Rico se desangre si es necesario para engrosar las filas demócratas.
En estos momentos esa emigración es codiciada.
(Esto no tiene nada que ver con las elecciones en Puerto Rico. Al Partido Demócrata le da lo mismo quien gane en Puerto Rico. No tienen lealtad ni con los demócratas del PPD ni con los del PNP.)
Me confirma un líder republicano que ellos ya saben por dónde vienen los demócratas. Que me fije en la carta del senador republicano, presidente del Comité de Finanzas del Senado y el de más antigüedad en ese cuerpo federal, Orrin Hatch, al secretario del Tesoro de Obama.
Esa me la envió otra republicana, Miriam Ramírez, y ciertamente es un poema.
Hatch -para evadir su responsabilidad congresional sobre Puerto Rico- reta a la administración demócrata a que haga clara su posición sobre la debacle económica de la colonia ( www.finance.senate.gov › Newsroom › Chairman’s News › Press Release). Su plan es usar la estrategia demócrata en contra del Partido Demócrata desenmascarando la indiferencia demócrata hacia Puerto Rico.
En fin, Puerto Rico no les importa a los republicanos como para comprometerse con nada de lo que puedan arrepentirse después de noviembre de 2016. Los demócratas, desde el poder, van a posponer lo más posible cualquier alivio a la situación económica colonial para que el éxodo de puertorriqueños los favorezca hasta el 2016.
Nos dejan pues a la merced de los que ambos partidos estadounidenses protegen, defienden y son quienes financian sus campañas: las multinacionales y los bonistas.
Miremos ahora como reaccionan los colonialistas locales a esa realidad. La van a desmentir, porque no la pueden explicar.
Éxodo de boricuas puede decidir la elección presidencial
The Washington Post le da una mirada a cómo la crisis en la Isla causa un aumento en la población boricua de Florida
WASHINGTON – Muchos de los 3,000 nuevos electores que el grupo MI Familia Vota ha inscrito desde marzo en Florida central son puertorriqueños.
«Les digo, si no votan, no cuentan, es como si no existieran», indicó Jeamy Ramírez, funcionaria de Mi Familia Vota, en declaraciones al diario The Washington Post.
El periódico estadounidense, en portada, examina hoy cómo la crisis fiscal en la Isla ha aumentado la emigración hacia Florida y eleva más el peso electoral de los puertorriqueños en ese estado, que desde las últimas elecciones ha sido considerado muy clave.
Como parte de un viaje de campaña a Florida central, el exgobernador de ese estado y precandidato presidencial Jeb Bush, quien estuvo en San Juan a finales de abril, tiene previsto reunirse con electores boricuas e hispanos.
El viernes, con un ojo en Florida, el precandidato presidencial demócrata Martin O’Malley viajará a Puerto Rico a hacer campaña y recaudar fondos.
El peso electoral de los boricuas en Florida no solo ha ido en crecimiento elección tras elección, sino que ocurre en un estado que puede volver a decidir las presidenciales.
«Ha estado creciendo por años. Tienes que agarrar una buena porción del voto puertorriqueño para ganar en Florida», dijo Jennifer Sevilla Korn, directora nacional de Iniciativas Hispanas del Partido Republicano de Estados Unidos.
Entre los precandidatos presidenciales republicanos, Bush es el único que ha respaldado los proyectos demócratas que persiguen darle acceso a las empresas públicas de Puerto Rico al capítulo 9 de la ley federal de quiebras.
Entre los aspirantes demócratas a la Casa Blanca, la medida tiene el apoyo de O’Malley, Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders (Vermont).
«Pienso que ha a haber un enfoque tremendo en Florida, a un punto que jamás hemos visto. Pienso que los puertorriqueños pueden cambiar el panorama político», sostuvo, por su parte, Cristóbal Alex, presidente del grupo Latino Victory Project, identificado con los demócratas.?
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