Mientras el impago de la Corporación para el Financiamiento Público (PFC, por sus siglas en inglés) rebota de lado a lado entre la Legislatura, la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), el valor de sus bonos continúa en picada de manera acelerada.
Según un análisis realizado por EL VOCERO, desde mayo hasta esta semana, el descenso en el valor de los bonos ha sido considerable y empezó a reflejar pérdidas desde que trascendió la posibilidad de que no se hiciera la asignación de fondos para la deuda pendiente para este año fiscal, del total de $1,090 millones.
De acuerdo con documentos revisados, al 31 de mayo el valor de ciertos bonos del PFC estaba en 97.7 centavos de dólar, pero según se amplió la información que presagiaba la posibilidad de que el gobierno no tuviera el dinero para cumplir con los próximos vencimientos, empezó a decaer. Ya para junio se había registrado una caída hasta los 83.5 centavos de dólar.
Lo que no imaginaban los tenedores de estos bonos, es que finalmente se concretaría el incumplimiento y su valor se acercaría peligrosamente a casi nada.
De acuerdo con el portal Bondview, hasta ayer, el registro más actualizado en el valor de los bonos de apropiación Serie B del PFC, había llegado a 8.50 centavos de dólar, el más bajo hasta la fecha, mientras los bonistas insisten en que el gobierno cumpla con su obligación moral de pago. El Bondview provee información sobre el desempeño de los bonos en el mercado municipal, en el cual Puerto Rico es el tercer emisor más grande.
Aunque el documento de compra especifica que se trata de una deuda a ser repagada mediante asignaciones legislativas, pero que no obligan a consignar el dinero, se trata de deuda que se vendió amparada en la confianza de cumplimiento del gobierno de Puerto Rico, el cual nunca había dejado de honrar sus deudas.
Al vencimiento el pasado 1 de agosto, el BGF anunció que se pagaron $627,000 para cubrir una parte de los intereses, pero la deuda a la fecha en principal e interés era de $58 millones.
Según se agotan los días de agosto y se acerca septiembre, para el 15 del próximo mes está pautado el pago de $1,422,845 correspondientes al PFC. Esa cantidad igual se debe pagar cada mes hasta enero de 2016. En febrero del próximo año el pago será de $21,524,520 y le siguen cinco pagos de $1,422,845 por cada mes hasta julio.
Aunque el gobierno no se ha expresado en torno a los próximos pagos del PFC, está claro que prevalecerá el argumento de falta de liquidez. Igual queda descartado el intento del senador por Aguadilla, Gilberto Rodríguez Valle, quien presentó una resolución conjunta dirigida a asignarle al BGF unos $93.6 millones para cubrir la deuda del PFC.
Lo que ocurre es que esa resolución identifica al Fondo para el Desarrollo Económico y Pago de Obligaciones como la fuente de repago, pero este instrumento creado por la Legislatura está sin dinero, ya que depende de los ingresos en Hacienda.
Hasta ahora, los fondos de inversiones Oppenheimer Inc. y Franklin Advisers, Inc., le han advertido al gobierno que cumpla con el pago y entre las gestiones que reclaman incluyen “obligar al BGF y/o al Secretario de Hacienda para transferir o anticipar fondos al Fiduciario a los efectos de que realice el pago de agosto”. Entienden que Hacienda tiene la obligación de emitir el pago y luego buscar el reembolso.
El fideicomisario del PFC es el US Bank, que ha evitado contestar preguntas a la prensa y en una carta fechada el pasado 16 de julio informó a los bonistas que la asignación legislativa no se había producido. Bonistas locales ya se han reunido para iniciar acciones de cobro y en su defecto acudir a los tribunales.
Para el 1 de septiembre debe estar listo el plan de reestructuración de deuda, el cual habrá de establecer qué se paga y qué no, e incluya el mecanismo de negociación con los acreedores.
Se estima que una parte importante de los bonos del PFC fueron adquiridos por compradores locales, sean individuos, cooperativas o entidades.
La pasada semana, luego de concretarse el impago, la agencia clasificadora Standard & Poor´s degradó toda la deuda del PFC hasta la nota D, que implica la imposibilidad de cobro. S&P adelantó que podrían surgir más incumplimientos de deuda en la Isla.
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