Por: José Aponte Hernández
Durante las pasadas semanas hemos escuchado al liderato del Partido Popular Democrático hablar sobre la posibilidad de tener que cerrar el gobierno debido a una alegada insuficiencia de fondos. Los pronunciamientos del director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto, Luis Cruz Batista, al igual que los de otros funcionarios de la administración sobre la urgencia de una reducción en los servicios al pueblo ya los hemos escuchado antes. Esta es la tercera vez que esta administración utiliza la táctica de presionar a la gente para lograr sus objetivos políticos.
Algo similar sucedió en el famoso cuento del cuidador de ovejas. Según se detalla en la historia, el joven, para ver a sus vecinos correr, dijo que se acercaba un lobo feroz, sólo para reírse de sus reacciones al descubrirse que no era cierto. Cuando el lobo realmente visitó el área, el cuidador gritó ‘lobo, lobo’, pero, como ya nadie le creía, el lobo hizo de las suyas sin ninguna oposición.
Para noviembre de 2014, el propio gobernador Alejandro García Padilla, indicó que tendría que cerrar las operaciones de la Autoridad de Carreteras y Transportación, la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), el Tren Urbano, el servicio de lanchas a Vieques y Culebra, entre otras agencias, porque no había dinero para pagar la nómina en diciembre.
Esto fue una estrategia política dirigida a presionar a miembros de su propia delegación que no estaban de acuerdo con imponerle al pueblo un segundo impuesto, en menos de ocho meses, al precio del barril de petróleo, mejor conocido como ‘La Crudita II’.
García Padilla y muchos de sus jefes de gabinete se fueron de ‘media tour’ el martes antes de Acción de Gracias informando lo que ellos alegaban sucedería si la Legislatura no les aprobaba el aumento. Como todos ya conocemos, la Asamblea Legislativa no aprobó el innecesario incremento hasta el mes de marzo de 2015, cinco meses después de la fecha que decía el gobernador.
¿Cerró la Autoridad?, ¿Dejó la AMA de operar? No y no.
En abril de este año, la Fortaleza volvió a recurrir a esta práctica de presión cuando sacaron a la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento y unas de las arquitectas de la debacle fiscal que nos encontramos, Melba Acosta, a meterle miedo al pueblo asegurando que si no se aprobaba el Impuesto al Valor Añadido (IVA) de 16 por ciento, el gobierno se vería forzado a cerrar.
¿Se aprobó el IVA? ¿Cerró el gobierno?, No y no.
Ahora vienen con el mismo cuento, esta vez para intentar justificar la falta de liderato y experiencia en la función pública que ha demostrado todos los componentes del gobierno del partido popular. De hecho, varios líderes, incluyendo al presidente de la Cámara de Representantes, han utilizado la táctica del miedo para tratar de conseguir ayuda del Congreso. Desde el 2013 la actual administración le ha metido la mano a los bolsillos de nuestra gente. Dos cruditas, 90 nuevos impuestos, aumentos en los costos de electricidad y agua potable, dramáticas reducciones a los beneficios a nuestros pensionados, y cierre de escuelas, son algunas de las medidas que García Padilla aseguró que eran necesarias para sacarnos de la crisis.
Tres años de una insoportable carga contributiva y estamos peor de lo que estábamos en enero de 2013.
Por eso, el cuento del lobo de esta administración terminó ahí, en una fábula que nadie debería emular.
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