DYNAMITE ON OUR DOORSTEP
DYNAMITE ON OUR DOORSTEP
“Dynamite on our Doorstep” es el título de un libro escrito por Wenzell Brown allá para los 1930+. El autor era un maestro de escuela elemental americano enviado aquí cuándo el gobernador era nombrado por el presidente de EUA y la educación tenía que ser toda en Inglés, excepto la clase de Español. Aunque habían mucho(a)s maestro(a)s puertorriqueño(a)s capacitado(a)s para hacerlo, había que traer “refuerzos” del Norte para completar el elenco magisterial. Mi familia conoció a Mr. Brown.
Albizu era Pro-USA hasta que se casó con Laura Meneses, según don Luis A. Ferré, Lecompte y Leopoldo Figueroa
El libro describe cómo el movimiento nacionalista capitaneado por Don Pedro Albizu Campos recurría a la violencia sangrienta, por lo que había que tomar las acciones necesarias para neutralizar al nacionalismo, principalmente por persuasión lógica de lo beneficioso que le era al pueblo de la isla su relación con EUA y lo desastroso que le resultaría separase. De eso no lograrse por el gobierno federal, la situación era tener a una bomba preparándose para explotar bajo la bandera americana, con la posibilidad de mucho derramamieno de sangre resultante.
Brown enseñó en Ponce y así vivió de cerca lo que el periódico El Imparcial, propiedad de un simpatizante de Albizu, llamó “La Masacre de Ponce”. Brown lo describió en su libro.
Hasta el día de hoy existe confusión sobre lo que realmente sucedió. Ahora que no hay tanta demagogia y confusión sobre aquella época, el consenso parece ser que Abizu estaba siendo ajusticiado por el asesinato del Coronel Riggs, jefe de la PolicIa, por dos jóvenes nacionalistas, lo cuál se probó en la Corte Federal había sido ordenado por Albizu Campos. Los dos jóvenes asesinos fueron muertos por la Policía durante su captura y arresto. En medio de todo esto, el gobernador decidió celebrar una parada en Ponce para conmemorar un evento patriótico americano. El “regimiento” nacionalista, vestidos todos de camisa blanca con pantalón negro a lo fascista de Mussolini en Italia (muy admirado y emulado por Albizu), fue a Ponce a protestar mediante tratar de impedir la parada y celebración oficial, varios de ellos portando armas de fuego. En medio de la algarabía, empujones, gritos insultantes presentes en aquellos momentos de tensión un tiroteo comenzó. La Policía se lanzó hacia la turba nacionalista, desde dónde entendieron surgieron los primeros disparos contra los policías, persiguieron a los nacionalistas huyentes, y al fin se informó de heridos y muertes de nacionalistas y de policías, además de muchos nacionalistas capturados y arrestados.
Este incidente sangriento contó en contra de Albizu y debió haber influído en la sentencia finalmente dictada en su caso.
Y pensar que gobiernos populares han puesto el nombre de Pedro Albizu Campos en escuelas y vías públicas, etc. Sería interesante por demás conocer qué le dicen a los estudiantes de esas escuelas sobre Albizu, pretendiendo justificar lo injustificable, el honrar a un terrorista que optó por recurrir a la violencia armada y sangrienta y no a las urnas electorales en nuestra democracia gobernada por un gobierno tipo republicano, en que la libertad de expresión es sagrada. Los discípulos de Muñoz Marín, al tratar de honrar así a un violento y criminal enemigo nuestro, han puesto a cantidad de principales y maestros a encararse a sus escolares para hacer el ridículo de tratar de honrar a un detestable. Vergonzoso.
Lo menos que tenemos que hacer una vez seamos el Estado Soberano de Puerto Rico, EUA, es erradicar el nombre de Pedro Albizu Campos de dónde hoy aparece, un bochorno para nuestra democracia.
JRW
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Contaba don Luis A. Ferré y el Lcdo. Eugenio Lecompte, que Albizu fue Pro-USA hasta que se caso con la Latinoamericana Laura Meneses que lo abandonó en el 1949 con un compañero de Juan Mari Bras en la Huelga de la UPi, Juarbe Juarbe, y se fueron a vivir a Cuba.
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La Historia de los Partidos Políticos en Puerto Rico, de Bolívar Pagán
La Masacre De Ponce
El Domingo de Ramos, 21 de marzo de 1937, ocurrió un suceso en Puerto Rico que estremeció a la opinión pública, y que ha pasado a la historia denominado por muchos como la massacre de Ponce. Los Cadetes de la República anunciaron una parada conmemorativa para llevarse a cabo en Ponce en ese día. El Alcalde de Ponce, José Tormos Diego, concedió el permiso requerido por ordenanza municipal. Más de dos horas antes del momento anunciado para la parada, el Alcalde Tormos Diego revocó su permiso, y lo hizo saber a las autoridades policíacas y a los organizadores de la parada. El ambiente estaba caldeado. Había allí refuerzos policiacos, previamente concentrados procedentes de otros lugares de la Isla. La parada, sin embargo, comenzó a organizarse para llevarse a cabo. En momentos de emprender la marcha, se disparó un tiro, que dió lugar a un largo tiroteo entre policías y Nacionalistas, y como consecuencia hubo diez y siete muertos y más de un centenar de heridos. Entre los muertos y heridos hubo policías y Nacionalistas y otra gente que transitaba o curioseaba por el lugar. La mayor parte de las bajas fueron Nacionalistas. El suceso consternó al país, y fue objeto de indignación de parte de los Nacionalistas y sus simpatizadores. Después de la investigación del suceso por el Departamento de Justicia del Gobierno Insular, el Procurador General Benigno Fernández García, en carta dirigida al Gobernador Blanton Winship el 27 de marzo de 1937, informó, entre otras cosas, que se interrogaron 61 Nacionalistas, de los cuales 60 dijeron que no sabían quién disparó primero, y uno de estos Nacionalistas dijo que el primer disparo lo hizo la policía. Después de interrogar a numerosas otras personas, según este informe, prevalecía la idea de que al disponerse a comenzar la parada frente al Club Nacionalista, en la esquina de las calles Marina y Aurora, de Ponce, un paisano disparó un tiro hacia el jefe policiaco Soldevilla, que este disparo ocasionó la muerte de un policía insular, Eusebio Sánchez, y que luego siguió el tiroteo de ambos lados. Un comité de la Cámara de Representantes de Puerto Rico investigó también el suceso, y llegó a la misma conclusión que el Procurador General.
Arthur Garfield Hays, delegado del Comité de Libertades Civiles de Estados Unidos, vino a Puerto Rico, y organizó una comisión para investigar los sucesos. Esta comisión quedó compuesta por Arthur Garfield Hays, Fulgencio Piñeiro, Emilio S. Belaval, José Dávila Ricci, Antonio Ayuso Valdivieso, Mariano Acosta Velarde, Francisco M. Zeno y Manuel Díaz García. Después de practicar una laboriosa investigación, el informe de esta comisión fue leído en acto público celebrado en la Plaza Baldorioty, de San Juan, el 22 de mayo de 1937. Este informe no expresó quien disparó primero, pero denunció al Gobierno Insular de haber violado los derechos civiles en Puerto Rico, y a la vez censuró severamente las tácticas de terrorismo individual del partido Nacionalista. Este suceso dejó en ciertos sectores agrios resentimientos contra el Gobernador Winship, que luego se manifestaría en atentado Nacionalista contra su vida, que relatamos más adelante.
El cambio de actitud del Gobierno Federal hacia Puerto Rico dió lugar al nombramiento en abril de 1937 de José M. Gallardo endosado por la Coalición, para cubrir la vacante dejada por José Padín como Comisionado de Instrucción de Puerto Rico. El nombramiento fue anunciado desde Wáshington con mensaje del Presidente Franklin D. Roosevelt, aconsejando la intensificación de la enseñanza del inglés en Puerto Rico, con declaraciones que alertaron grandemente a los partidos favorecedores de la unión pemanente de Puerto Rico con Estados Unidos. Antonio R. Barceló, comentando este mensaje del Presidente, declaró que ello era el resultado de «la política torpe, radical y extremista de Luis Muñoz Marín».
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