La crisis fiscal de Puerto Rico tendrá espacio en la agenda del Congreso de Estados Unidos al reanudar su sesión la próxima semana, con una serie de vistas en las que se estará mirando las particularidades de un mecanismo de quiebra y una junta de supervisión fiscal, confirmaron fuentes a EL VOCERO.
La premura en la agenda se da luego de que el Congreso colgó la posibilidad de cualquier medida de alivio fiscal para Puerto Rico en el proyecto ómnibus en diciembre, hazaña para lo cual estaban cabildeando tanto el gobernador Alejandro García Padilla como el comisionado residente en Washington D.C., Pedro Pierluisi. Pese al fracaso en conseguir una herramienta legal que le permitiera al gobierno reestructurar su deuda, el presidente de la Cámara de Representantes federal, Paul Ryan, se comprometió con atender la situación durante el primer trimestre de 2016.
Estas vistas congresionales suponen la sexta ocasión en que en el Capitolio federal se debate la crisis fiscal de la isla provocada en parte por la deuda pública que alcanza los $72 mil millones. Solamente en 2015, se celebraron tres vistas en el Senado y dos en la Cámara de Representantes. En una de estas audiencias, el propio asesor del Departamento del Tesoro, Antonio Weiss, reiteró a los congresistas que la insuficiencia fiscal del gobierno de Puerto Rico estaba camino a convertirse en una “crisis humanitaria” ante la imposibilidad de cumplir con el pago de la deuda y los servicios esenciales a la población.
Al reanudar la sesión en enero, el Comité de lo Jurídico tendrá jurisdicción primaria sobre el Código de Quiebra federal y cualquier recurso legal que pueda asistir, incluyendo la paralización temporera de litigios de cobro contra las entidades públicas.
Mientras tanto, el Comité de Energía y Recursos Naturales tiene el primer turno en cuanto a la creación de cualquier junta que supervise al gobierno de Puerto Rico, así como en cuanto a medidas que apliquen a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
“Espero que tanto el Comité de lo Jurídico como el de Recursos Naturales exploren seria y profundamente maneras en las cuales el Congreso pueda ayudar a Puerto Rico a salir del atolladero fiscal y económico en que se encuentra”, reiteró Pierluisi en declaraciones escritas a preguntas de este rotativo.
Pierluisi recalcó que a pesar de que faltan diez meses para las elecciones, es impostergable actuar “para evitar el desplome total de la gestión pública y la calidad de vida en Puerto Rico”. “Todas las partes envueltas, incluyendo el Congreso, deben hacer lo que les corresponda”, insistió.
El comisionado residente en Washington sometió en febrero el proyecto 870, para permitir a las corporaciones públicas reestructurar sus deudas a través del Capítulo 9 de la Ley de Quiebras federal. Sin embargo, la legislación solo contaba con el auspicio de la minoría demócrata.
Pierluisi criticó a la administración actual por su “ineficacia” en lograr un acuerdo definitivo con los principales acreedores de la AEE, cuya deuda asciende a $9 mil millones, de los cuales $303.4 millones supuestamente se pagaron al vencer el 1 de enero de 2016. Reiteró, además, que aún no se han establecido acuerdos para atender las deudas en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y la Autoridad de Carreteras y Transporte (ACT).
Pese a que el gobernador García Padilla reiteró ante la prensa estadounidense “si me dan a escoger entre los puertorriqueños y los fondos buitres, voy a escoger a los puertorriqueños”, el Departamento de Hacienda emitió pocos días después una carta circular en la que dictaba que el pago de la deuda garantizada por la Constitución sería el primer desembolso que se haría ante cualquier caso de insuficiencia de fondos, según establece la Ley Orgánica de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP).
Le siguen en este orden: las sentencias finales dictadas por tribunales en los casos de expropiación forzosa, los servicios esenciales de salud, seguridad y educación, y el pago de la nómina y de los pensionados.
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