Más de la mitad de las oficinas comerciales de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) cerraron sus puertas, o están por cerrar, de cara a la nueva era tecnológica en la corporación pública, donde la mayoría de las transacciones se tendrán hacer vía Internet.
De las 25 oficinas comerciales, un total de 14 dejarían de ofrecer el servicio. Ya nueve de éstas no están en operaciones, y próximamente las de Yauco, Cayey, Coamo, Cabo Rojo y Lares correrán la misma suerte, dijo a EL VOCERO el director de Servicio al Cliente de la AAA, Gustavo Marín. El ahorro que se proyecta con estos cierres es de más de $3 millones.
Permanecerán abiertas las oficinas de Bayamón, Río Piedras, Carolina, Arecibo, Aguadilla, San Germán, Ponce, Guayama, Humacao, Fajardo y Caguas.
“De las personas que van a las oficinas comerciales, el 80 por ciento es para pagar. Por lo tanto, calculamos que el costo de cada transacción es de $3.01, mientras si el cliente utiliza el banco o las otras terminales de pago, nos cuesta un dólar”, explicó el funcionario. Los pagos a la AAA pueden realizarse través de la banca comercial, las cooperativas, farmacias, centros de gestión y otros. Asimismo, permanecerá el servicio de débito directo, que es una de las nuevas alternativas de pago.
Al mismo tiempo Marín justificó el cierre de las oficinas, al asegurar que sólo el 30 por ciento del total de los abonados, que se traduce en 295 mil personas, acuden a las oficinas comerciales para realizar transacciones, y que el 70 por ciento ya lo hace a través de cualquier otro medio, incluyendo el Internet.
A juicio del jefe de Servicio al Cliente, con estas 10 oficinas se podrá cumplir con la demanda de visitantes, y ahora quedaría una oficina por cada 125 mil clientes. Dijo que en Estados Unidos la ecuación es de una oficina por cada 250 mil clientes.
El cierre de las oficinas que persiguen economías y ahorros en los gastos y operaciones a la corporación pública mediante el uso de herramientas tecnológicas, ha tenido resistencia por parte de los abonados, y alcaldes así como legisladores han salido en defensa de sus constituyentes.
“Tenemos que entender la preocupación de alcaldes, senadores y representantes. Estamos cambiando una norma tradicional que data de más de 50 años, estamos cambiando una costumbre, una cultura. Pero también tenemos que evaluar la oportunidad, este otro tipo de servicio está disponible 24 horas los siete días de la semana en la sala de su casa, un sistema telefónico que trabaja siete días a la semana, además de 600 locales… esto es más grande”, sentenció.
“No son cierres, son ampliaciones de servicios”, reiteró, ya que desde los municipios se gestiona centros únicos de servicio, donde se fijarán áreas donde proveerán la mayoría de los servicios que se ofrecen en una oficina comercial.
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El alcalde de Cabo Rojo, Roberto “Bobby” Ramírez Kurtz, es una de las voces que se alzó en contra del cierre de la oficina comercial de AAA en su municipio.
El alcalde criticó que la oficina más cercana a los caborrojeños sería la de San Germán. De igual forma, dijo estar en desacuerdo con que se instale en la Casa Alcaldía una máquina conectada al Internet para el procesamiento electrónico de pagos y peticiones de servicios, con un empleado municipal para ayudar a los abonados con sus transacciones.
“Ambas imposiciones resultarán demasiado onerosas para los caborrojeños, especialmente ante la estrechez económica que enfrenta nuestra ciudadanía”, comentó.
Stephanie Gómez Álvarez, EL VOCERO
Editora de la página web ElVocero.com y profesora universitaria graduada del Departamento de Comunicación de la Universidad de Sagrado Corazón.
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