Nuevos cuestionamientos surgieron ayer sobre el proceso que se siguió en la concesión de la Beca Presidencial correspondiente a este año académico, fortaleciendo denuncias que apuntan a favoritismo e irregularidades presuntamente cometidas por la administración de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Los señalamientos -que trascendieron luego de una reunión entre el presidente de la UPR, Uroyoán Walker, y los directivos de los consejos de estudiantes de los 11 recintos- tienen que ver con “documentos circulados fuera de fecha”, o sea, antes de que la convocatoria de la Beca Presidencial estuviera oficialmente abierta.
“Son irregularidades que surgen de documentos que el propio Walker nos entregó”, dijo el presidente del CGE de Río Piedras, Guillermo Guasp.
Los tres casos que han saltado a la palestra por supuesto favoritismo e irregularidades son, precisamente, del recinto de Río Piedras. Estos son los de Mónica Sánchez, sobrina del presidente de la Junta de Gobierno de la UPR, Jorge Sánchez, y a quien le aprobaron $23,200 para estudiar un doctorado en Urbanismo en España; Arturo Ríos, exasesor del gobernador Alejandro García Padilla y a quien le aprobaron $25,000 para estudiar un doctorado en Derecho en España; y Carlos Pagán, exasesor del hermano del gobernador y expresidente de la UPR, Antonio García Padilla, y a quien le aprobaron $40,000 para estudiar un doctorado en Derecho en Harvard.
Guasp precisó que la primera comunicación de Walker sobre la Beca Presidencial salió el 17 de marzo de 2015, cuando este les pidió a los rectores que identificaran “hasta tres áreas prioritarias de estudio para el desarrollo académico de su unidad”. En esa carta, Walker les dio a los rectores hasta el 30 de marzo para responder.
Los rectores, sin embargo, no respondieron hasta junio, según el propio Walker admitió anteanoche frente a la Junta de Gobierno. Así, su próxima comunicación a los rectores salió el 3 de julio, y en ella les informó que oficialmente “se iniciará el proceso de recomendación de candidatos de las diferentes unidades”.
Aunque la segunda carta no lo precisa, Guasp recordó que la convocatoria estuvo abierta hasta el 15 de julio, por lo que todo intercambio de información entre rectores, candidatos y Walker debía ocurrir en ese período de 13 días. Pero no fue así.
En el caso de Sánchez, por ejemplo, la carta de nominación que el decano de la Escuela de Arquitectura, Francisco Rodríguez, le envió a Walker tiene fecha del 13 de marzo, o sea, cuatro días antes de que el presidente enviara su primera comunicación oficial pidiendo a los rectores que identificaran sus prioridades.
No fue hasta el 16 de abril, sin embargo, que Sánchez expresamente le manifestó a Rodríguez su deseo de “ser considerada para recibir ayuda financiera a través de la Beca Presidencial UPR para poder sufragar los gastos” de su doctorado. En otras palabras, el decano de la Escuela de Arquitectura la recomendó con Walker sin que ella siquiera hubiese mostrado interés en la beca.
El 3 de junio, Sánchez le escribió al rector de Río Piedras, Carlos Severino, pidiéndole su recomendación para la Beca Presidencial. Nueve días después, Severino refirió a Walker la carta de Sánchez, y le dijo: “agradeceré su consideración ante la petición de la arquitecto”.
En el caso de Ríos, el director interino del Instituto de Relaciones del Trabajo, Juan Medina, y el director del Departamento de Gerencia de la Facultad de Administración de Empresas, Alberto Acevedo, le escribieron a Severino el 8 de junio pidiéndole que recomendara al abogado a la Beca Presidencial. Cuatro días después, Severino le escribió a Walker y refirió “con mucho entusiasmo” las recomendaciones de Medina y Acevedo. El 22 de julio, el propio Ríos le escribió al Comité Institucional de Beca Presidencial para que lo consideraran.
Y en el caso de Pagán, Severino le escribió a Walker el 17 de mayo recomendándolo. El 19 de junio, el decano de la Facultad de Estudios Generales, Carlos Rodríguez, también le escribió a Walker recomendando a Pagán. El 22 de julio, Pagán le escribió al Comité Institucional de Beca Presidencial para que lo consideraran.
A través de su oficial de prensa, Olga Vélez, Walker declinó comentar sobre los nuevos cuestionamientos. En cambio, se reafirmó en que el otorgamiento de las becas siguió el proceso establecido en la reglamentación vigente, y aseguró que la reunión con los alumnos fue “cordial”.
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