El gobernador Alejandro García Padilla tiene en sus manos una decisión extremadamente crítica para la salud económica de la Isla y del pueblo de Puerto Rico: posponer o no la implementación del IVA entre negocios.

Dicha decisión no deja de ser compleja porque por un lado pudiera limitar las captaciones del gobierno y por el otro continuaría masacrando al sector comercial e industrial del cual dependen miles de familias puertorriqueñas y la mayor parte de las recaudaciones del propio gobierno.

Si insiste en la implementación del IVA, los economistas concuerdan en que la economía se desacelerará aun más y la posibilidad de una recuperación se hará más lejana. Si lo implanta la captación se va a afectar porque los negocios continuarán deprimiéndose aun más realizando menos negocios; los más osados seguirán buscando mejor porvenir fuera de Puerto Rico y como consecuencia de las anteriores los recaudos de Hacienda continuarán bajando. Mientras tanto, los que nos quedamos seguiremos en el calvario, incluyendo a aquellos que García Padilla reclama que está defendiendo.

Y si no lo implanta, de acuerdo al secretario de Hacienda Juan Zaragoza, no alcanzará las expectativas de recaudos. Palo si boga y palo si no boga.

Su responsabilidad es elegir el camino menos malo y todos coinciden en que el menos dañino es no implementar el IVA en este momento y darle oportunidad a que de común acuerdo con los diferentes sectores los legisladores puedan trabajar realmente en un proyecto que sea justo para todos.

El mismo gobernador reconoció en su mensaje del lunes pasado que el impuesto que pagamos en Puerto Rico, cuando se combina, es demasiado alto. Entonces no permita que esto siga siendo la realidad que vivimos hoy en día. No permita que continúe en ascenso la espiral inflacionaria. No permita que cierren más negocios. No permita que suba el desempleo. No lo permita señor Gobernador.

Sí permita que los legisladores trabajen con seriedad y profundidad en un sistema que no sea punitivo.

Permita que se le dé el tiempo razonable a la legislatura de trabajar de manera responsable con participación multisectorial.

No es la opinión de un partido político, o de un sector, es el sentir de una gran parte de la población que presiente el perjuicio que se avecina con la implantación de este nuevo impuesto.
Y mientras tanto por favor tome otras medidas para bajar el inmenso gasto del gobierno que hemos denunciado en reiteradas ocasiones en nuestras páginas.

Entendemos su planteamiento de no despedir empleados públicos, pero debe asegurarse de que los gastos de las agencias sean justificados y que no se otorguen contratos onerosos e innecesarios, y que los empleados de confianza justifiquen los salarios que perciben para que no sean pagos de favores políticos.

Debe exigir que el plan de consolidación de agencias se ejecute de inmediato.

En fin, que alternativas inmediatas de ahorro sí existen y que se pueden implementar rápidamente a todos los niveles del gobierno para lograr disminuir el gasto.

Sí vale la pena que usted impida que la economía de Puerto Rico continúe en un proceso de deterioro acelerado cuando ya ha quedado demostrado que nuevos impuestos no han resuelto el problema del déficit en el gobierno porque no se logran los recaudos.

Usted lo ha pedido. Dele la oportunidad a que se legisle de la manera correcta en beneficio de todo el pueblo de Puerto Rico

Esta nota aparece en la edición impresa de El Vocero.