En los últimos años, el fraude en tarjetas de crédito se ha elevado notablemente, siendo uno de los principales causales el crecimiento significativo que han registrado las transacciones por Internet.
Según estadísticas de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF), a septiembre de 2015, se registraron 1,247 casos de fraude de tarjetas de crédito, que superaron los $1.9 millones. Los casos más comunes son en fraude de órdenes por correo, falsificaciones y reclamaciones, partida que alcanza poco más de $1 millón en 82 casos reportados, de los cuales 45 correspondieron a Visa, con un monto de $73,892.16.
En tanto, la Consumer Sentinel Network, establece que el fraude con las tarjetas de crédito es la segunda forma más común de robo de identidad reportada, estando el 14% de los casos vinculados a las tarjetas de crédito.
No empece la tendencia alcista en dicha práctica, los gastos en el comercio electrónico siguen creciendo a pasos agigantados en la región de Latinoamérica y Puerto Rico, impulsados en gran medida por el alza en impuestos y los altos costos de los artículos, según un estudio comisionado por Visa Inc. y llevado a cabo por Euromonitor, donde la región de Latinoamérica obtuvo 44% de crecimiento entre 2011 y 2013, periodo en el cual Puerto Rico registró un alza de 16%. A la Isla, esa cifra la llevó a ocupar la posición número 12 en la región, con ventas ascendentes a los $1,100 millones.
Se estima que entre los años del 2013 al 2018 las ventas sigan en ascenso, y se proyectan gastos en el comercio electrónico ascendentes a los $1,615 millones para el 2018. De dicho gasto, la partida de las ventas por Internet son las de mayor crecimiento con ventas ascendentes a los $1,183 millones. A ello se suma el avance que igualmente reflejan las compras en el segmento de viajes y turismo, que se estima alcancen los $432.1 millones al 2018.
Para este año, la proyección de gastos de comercio electrónico se proyecta en $1,266.5 millones, lo que representará un alza de 9%, si se compara con el 2014, cuando los gastos totales alcanzaron los $1,166.6 millones.
Solimar Cedeño, gerente de Banca de Crédito del Consumidor y Vidriana Leal, gerente de Control de Riesgo de Fraude, ambas de Banco Popular, coincidieron en que el fraude de tarjetas de crédito es algo de todos los días, en todos los bancos. “No hay nada en particular que no veamos que ocurre todos los días. Lo importante es trabajar de manera proactiva para evitar la continuidad y lograr que los comercios puedan estar comprometidos en un esfuerzo común”, indicó Cedeño.
Leal aseguró que en el caso de Banco Popular tienen unos sistemas que monitorean el comportamiento de esas tarjetas las 24 horas los 365 días, y una vez identifican un patrón que no es usual, de inmediato se comunican con el cliente. Si las transacciones son ilegítimas, de inmediato proceden a cancelar la tarjeta y reemplazarla. “Este tipo de fraude no es de un banco en particular, es a través de toda la industria. Si la acción se refleja en un comercio en particular, donde hayan entrado a sus sistemas, procedemos a reemplazar todas las tarjetas que fueron utilizadas ese día en ese comercio, para evitar cualquier tipo de acción ilegal futura. A través del monitoreo diario y constante, hemos logrado detectar sobre el 80% de los casos, procediendo a cancelar dichas tarjetas”, explicó Leal.
Las ejecutivas sostuvieron que la práctica prolifera con la tendencia alcista en el uso de la Internet para efectuar transacciones, lo que permite que mucha de esa información viaje de manera remota y ocurra fraude desde cualquier parte del mundo.
Para protegerse de caer víctima de este delito, recomiendan: siempre solicitar un recibo de compras, reportar el robo de una tarjeta de crédito inmediatamente, revisar los antecedentes del negocio donde proyecta efectuar algún tipo de transacción electrónica, tomar medidas inmediatas contra el fraude y evitar usar tarjetas de crédito en ciertos lugares u ofrecer información de las mismas por teléfono, entre otras.
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