Cada una carga su calvario a solas, como si no fuese producto de un mal mayor. La culpa histórica se deposita en la víctima, en lugar del victimario. El lente distorsionado por el sexismo permea la clandestinidad de la comisión del delito; al margen de la ley. Las presas son encadenadas sicológicamente por siglos de humillación, vejamen, desdén y tortura. La precariedad económica y la objetualización sexual de género las vulnera para ser fácil blanco del entrampamiento histórico. La trata de mujeres es uno de los rostros de la violencia sexual como vía de lucro para el “chulo” (proxeneta), mientras le tiran con migajas a quienes explotan en el ciclo de humillación y violación reiterada a su dignidad e integridad física. Más que “damas de la noche”, puede que sean víctimas de trata humana y esclavitud sexual.

Cual si Puerto Rico fuese la plaza pública en que se lapidaría al personaje bíblico de María Magdalena, la Semana Mayor comenzó con el arresto de cerca de 17 mujeres y 7 hombres en una alegada red de “prostitución” en Condado. Utilizando el esquema sexista de criminalizar a posible esclavas sexuales, se monta el operativo encubierto para atrapar a quienes ofrecen los servicios sexuales, en lugar de a quienes los pagan. Según información provista por el Teniente Bahr de la División de Drogas de San Juan, 15 de 17 mujeres fueron detenidas por alegada “prostitución”, una por alegada prostitución y drogas ilegales, y la otra por drogas ilegales. Al menos en esta ocasión, de los 7 hombres arrestados , dos se alegan ser proxenetas y 5 fueron detenidos por alegadas drogas ilegales. Uno de los supuestos proxenetas se alega tenía bajo su dominio a cerca de 8 mujeres, y el otro presuntamente se lucraba del posible trabajo forzoso de una “prostituta”. Al momento, se nos informa que solo una de las detenidas ha dejado saber que es víctima de trata humana, pues de $200 que se cobra por su servicio, solo recibiría $60. He aquí el problema elemental.

Al día de hoy, en Puerto Rico a nivel local se aborda la investigación criminal desde la perspectiva que la prostitución es un delito, a partir de un paradigma, que aunque legal, es anquilosado. Lejos de ser criminales, las mujeres o niñas realmente son víctimas de un sistema sexista. No es pura casualidad que en gran medida, las mujeres se objetualizan como mercancía sexual; extirpadas de su dignidad como seres humanos. El entramado socioeconómico al día de hoy delimita la participación de las mujeres en equidad de condiciones, obligando a muchas a recurrir a la llamada “prostitución” o “trabajo sexual” para su supervivencia.

No obstante, desde el 1910 un estatuto federal (Mann Act) prohíbe la “trata de blancas”. Es ilegal el inducir, incitar, coaccionar, persuadir o asistir en “la transportación de mujeres y niñas para el propósito de prostitución” u “otro propósito inmoral”. Luego de años de denuncia por parte de feministas en torno a la desigualdad de condiciones socioeconómicas y políticas discriminatorias por razón de género, subsiguiente al “Violence Against Women Act” (VAWA, 1994), en el 2000 se aprobó el estatuto para la protección de víctimas de traficación humana (Trafficking Victims Protection Act, 22 US Code Sec. 7101). El Congreso de los EEUU reconoció en sus hallazgos que “los traficantes primariamente escogen como objetivo a mujeres y niñas, por estar desproporcionalmente afectadas por la pobreza, la falta de acceso a educación, el desempleo crónico, el discrimen y la falta de oportunidades económicas en su país de origen. Los traficantes atraen a mujeres y niñas a sus redes bajo promesas falsas de condiciones de trabajo decentes y remuneración como cuidadoras de menores, sirvientas, bailarinas, trabajadoras de fábricas, restaurantes, vendedoras o modelos” (Ibid, Inciso (b), (4)).

Erradiquemos el discrimen que criminaliza a la víctima de trata humana. Si es la industria hotelera que se querella ante la policía por conducta sospecha que observan, ¿por qué no querellarse contra sus huéspedes quienes utilizan su hotel para actividad criminal? ¿Por qué los operativos se hacen para entrampar a las “prostitutas”, y no al revés, para atrapar a quienes pagan y se lucran por el servicio? Si las autoridades equivocadamente criminalizan a quiénes posiblemente son víctimas de trata humana, ¿cómo establecerán la confianza necesaria para que las mal llamadas “prostitutas” señalen a quienes las explotan sexualmente para lucrarse? La falta de una visión adecuada de parte de las autoridades locales, solo las vuelven a revictimizar, en lugar de protegerlas. ¡Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra!

Esta nota aparece en la edición impresa de El Vocero.

Katherine Angueira Navarro   Psicóloga Social-Comunitaria

Reaccionan a arresto de maestra

Por: NotiUno 23 de March de 2016 Noticias, Puerto Rico, Seguridad y Justicia, Último Minuto

Al trascender que una maestra fue arrestada el miércoles, por alegadamente haber sostenido relaciones sexuales con su estudiante de 14 años edad,  el Pastor Aquiles Fuenmayor reaccionó en el 630 denunciando lo que a su juicio provoca el problema de descomposición social que enfrentamos.