Hace Falta en PR Una Operación Lava Jato como en Brazil – La política de Brasil tiembla ante las revelaciones de la constructora Odebrecht

{Hace Falta en PR Una Operación Lava Jato como en Brazil. Investigar los $1.3 Billones de las Comunidades Especiales, y los Miles de Contratos con los Anaudices que confesó AGP había «recomendado».}

La política de Brasil tiembla ante las revelaciones de la constructora Odebrecht

El presidente de la empresa promete colaborar con la Justicia y hacer pública una trama de corrupción

La policía estudia un documento con 200 nombres de políticos que podrían haber recibido sobornos de la compañía

Un ejecutivo de Odebrecht es escoltado el 22 de marzo por la policía en São Paulo.
Un ejecutivo de Odebrecht es escoltado el 22 de marzo por la policía en São Paulo. P. WHITAKERREUTERS

El gigante de la construcción Odebrecht amenaza con echar más leña al fuego a la intensa crisis política de Brasil. El expresidente de la empresa, Marcelo Odebrecht, en prisión por corrupción, ha anunciado su intención de revelar detalles de una trama de pagos ilícitos en la empresa para llegar a un acuerdo con la justicia. La confesión de Odebrecht amenaza al Gobierno y a la oposición, ya que la compañía es una de las mayores contribuyentes a campañas electorales de este país.

También existe otro motivo para preocuparse: la Policía Federal divulgó el miércoles documentos con 200 nombres de políticos de 18 partidos. Los agentes hallaron la lista durante un registro en la sede de la compañía, en el mes de febrero. Sospechan que se trata de una lista de personas que recibieron sobornos de la empresa, aunque aún están estudiando los datos.

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Los fiscales del caso Petrobras siempre han subrayado que su investigación, llamada Operación Lava Jato, ataca un verdadero “modelo de negocios” de la política brasileña que incluye la sobrefacturación de obras y contratos públicos y la financiación ilegal de campañas electorales. En el centro de esta trama colocaron, desde el principio, a la joya de la corona de las empresas contratistas brasileñas: Odebrecht.

La empresa, que opera en una treintena de países, ha donado grandes sumas tanto a políticos del Partido de los Trabajadores (PT) en el Gobierno, incluyendo la campaña de la presidenta, Dilma Rousseff, como a sus principales rivales: el senador Aécio Neves (PSDB). Su expresidente, Marcelo Odebrecht, cumple desde junio una condena de 19 años de cárcel, pero hasta ahora se había negado a firmar un acuerdo de delación premiada (confesión a cambio de ventajas judiciales), como han hecho muchos implicados en el caso Petrobras. El martes, cedió. Según medios brasileños, el ejecutivo sufrió presiones de su familia para aceptar el acuerdo, ante la perspectiva de no poder apelar su sentencia en libertad debido a un cambio legal aprobado este año por el Supremo Tribunal Federal.

Brasil espera ahora, en tensión, que Odebrecht hable. El periodista brasileño Clóvis Rossi, del periódico Folha de S. Paulo, calificó las posibles revelaciones del empresario como “la confesión del fin del mundo”.

El imperio de la construcción, que según los investigadores tenía un departamento exclusivamente dedicado a sobornar y conseguir ventajas para sus negocios, ha reaccionado con un comunicado. “A pesar de todas las dificultades y de la conciencia de que no tenemos responsabilidad dominante sobre los hechos averiguados en la Lava Jato —que revela, en realidad, la existencia de un sistema ilegal e ilegítimo de financiación del sistema partidista-electoral del país—, seguimos creyendo en Brasil”.

Reglas del juego

Si se aceptan las colaboraciones, lo probable es que la Operación Lava Jato, la mayor investigación de corrupción en Brasil, entre en una nueva fase.

Además de Odebrecht, el expresidente de la constructora OAS, Leo Pinheiro, negocia su confesión con la justicia. Para la empresa de consultoría de riesgo Eurasia Group, las colaboraciones de Pinheiro, Odebrecht o incluso de personas vinculadas a otra constructora de la trama, Andrade Gutiérrez, pueden “cambiar las reglas de juego” de la política brasileña.

Sus confesiones amenazan a la oposición, a la presidenta, Dilma Rousseff —que ya enfrenta un proceso de destitución y aislamiento político— y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que sigue en una complicada situación con la justicia. Este martes, el Supremo Tribunal Federal se adjudicó el proceso en su contra. Con ello, Lula escapa, provisionalmente, de las manos del juez Sérgio Moro, instructor del caso Petrobras, que parece dispuesto a llevarle a la cárcel.

BARACK OBAMA CONFÍA EN QUE EL PAÍS SALGA DE LA CRISIS

El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró este miércoles en Argentina que es necesario un “Brasil fuerte y eficaz”, al ser consultado en Buenos Aires por su opinión sobre la actualidad de ese país, informa Efe. “Esperamos que resuelva su crisis política de una manera eficaz. Es un gran país. Es amigo de ambos países”, agregó Obama, en referencia a Argentina, donde mantuvo una reunión con Mauricio Macri en la sede del Gobierno en Buenos Aires.

“Su democracia está suficientemente madura, su sistema legal y sus estructuras son lo suficientemente fuertes”, destacó el gobernante estadounidense. Estas características, agregó, permitirán que la crisis interna en Brasil «se resuelva en una forma que permita a Brasil ser el significativo líder mundial que es”. Por su parte, Macri aseguró que ambos mandatarios siguen el tema “muy de cerca” y que están convencidos de que Brasil saldrá de este proceso “fortalecido”.

  • Odebrecht tenía un departamento dedicado a pagar sobornos
  • Lula escapa provisionalmente del juez del caso Petrobras
  • La constructora brasileña Odebrecht tenía un departamento dedicado a pagar sobornos

    Los investigadores hallan un sistema de corrupción “profesional” en la constructora brasileña

    La sede de Odebrecht en São Paulo.
    La sede de Odebrecht en São Paulo. PAULO WHITAKER REUTERS

    El gigante de la construcción Odebrecht, una de las mayores empresas brasileñas, tenía un departamento dedicado a pagos irregulares, según la Policía Federal de Brasil. Los responsables del caso Petrobras, que investigan una compleja trama de corrupción de la petrolera estatal y empresas contratistas, creen que altos ejecutivos del grupo Odebrecht operaban un sistema de contabilidad paralela llamado “sector de operaciones estructuradas” para pagar los sobornos, que contaba hasta con un sistema electrónico propio. Ocho de los ejecutivos fueron detenidos esta mañana.

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    La Policía Federal cree que existen indicios de que Odebrecht hizo pagos indebidos por medio de intermediarios, con el objetivo de conseguir ventajas para la empresa, y señala que varios destinatarios de los sobornos, que se pagaban en efectivo, tienen vínculos “directos o indirectos con el poder público en todas las esferas”. El expresidente del grupo, Marcelo Odebrecht, fue condenado a principios de marzo a 19 años de prisión por su implicación en la trama de corrupción de Petrobras, que investiga el juez Sérgio Moro. Los supuestos pagos del departamento dedicado a los sobornos se realizaron al menos hasta la segunda mitad de 2015, cuando Marcelo Odebretch ya estaba detenido. Los investigadores creen que el presidente cesado de la contratista consentía la corrupción y que incluso intervino directamente para controlar las cuentas de este departamento fraudulento.

    Las investigaciones han colocado bajo sospecha obras como las del estadio del Corinthians, en São Paulo (donde tuvo lugar la ceremonia de apertura del Mundial de Fútbol en 2014) o el Porto Maravilha (Puerto Maravilla), el proyecto que reformó la zona portuaria de Río de Janeiro con el fin de prepararla para los Juegos Olímpicos programados para agosto. La fiscalía cree que el departamento de sobornos hizó pagos, además, a responsables por las obras del aeropuerto de Goiânia,  las de la SuperVia (el sistema de trenes urbanos de Río de Janeiro) y de Trensurb (que administra las líneas de trenes en Río Grande do Sul).

    La nueva fase de  la Operación Lava Jato (Lavacoches) empezó temprano el martes. A primera hora del día, los investigadores emitieron 67 órdenes de busca y captura, 28 de conducción coercitiva (obligación del investigado de declarar), 11 de prisión temporal y cuatro de prisión preventiva en los Estados de São Paulo, Río de Janeiro, Santa Catarina, Río Grande do Sul, Bahía, Piauí, Distrito Federal, Minas Gerais y Pernambuco. Por la mañana, círculos cercanos al Gobierno de Brasil vieron con nerviosismo cómo un coche de la Policía Federal se dirigía al hotel Royal Tulip, en Brasilia, en el que se encuentra alojado el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, según el diario Folha de S. Paulo, el coche patrulla se fue del lugar poco después sin llevarse a nadie detenido. La Fiscalía pidió este mes prisión preventiva para el exmandatario, acusado de delitos de lavado de dinero y ocultación de patrimonio.  Según la acusación, Lula y su esposa, Marisa Letícia Lula da Silva, ocultaron la propiedad de un apartamento de lujo en Guarujá (litoral del Estado de São Paulo). El domicilio está a nombre de la constructora brasileña OAS, investigada en la misma operación anticorrupción. Lula siempre ha negado que la vivienda fuese suya.

    Algunas de las informaciones que apuntan a comportamientos indebidos en Odebrecht fueron reveladas por María Lucia Tavares, una secretaria de la empresa que fue detenida en una operación anterior y que ha aceptado colaborar con las autoridades a cambio de una reducción de la condena. Los investigados en Odebrecht responderán por los delitos de corrupción, evasión de divisas, organización criminal y blanqueo de dinero.

    Lula da Silva escapa provisionalmente del juez de Petrobras

    Un juez del Supremo Tribunal Federal se adjudica el proceso contra el expresidente de Brasil

    Luiz Inacio Lula da Silva en la toma de posesión como ministro.
    Luiz Inacio Lula da Silva en la toma de posesión como ministro. AFP

    El lío judicial que envuelve todas las relaciones institucionales en torno al expresidente Lula en Brasil continúa, envenenando y paralizando todas las instancias del país. En un toma y daca sin precedentes en la justicia brasileña, el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) Teorí Zavascki, se arrogó el martes el proceso de Lula, investigado por el juez de primera instancia Sérgio Moro, instructor del Caso Petrobras. De esta manera, Lula vuelve a escapar de Moro, que, según temen altos cargos del Partido de los Trabajadores (PT), está dispuesto a llevarle a la cárcel en cuanto pueda.

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    Lula fue nombrado ministro el miércoles 16 de marzo. Los investigadores están convencidos de que el nombramientorespondía a un intento de refugiarse en el cargo para escapar, precisamente, del juez Moro, gracias a que como un ministro brasileño solo puede ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal. El viernes, después de otras intentonas judiciales de jueces de primera instancia, un magistrado del STF, Gilmar Mendes, anuló el nombramiento, dejando el cargo de ministro en suspenso, alegando que Lula trataba de huir de la justicia. De modo que el expresidente volvía, a partir de entonces, a depender, judicialmente, de Moro. Muchos militantes del PT temieron que el juez ordenara la prisión inmediata del expresidente. Incluso se apostaron en los alrededores de su casa en São Paulo para impedirlo.

    Ahora, una nueva vuelta judicial revoluciona el proceso: Zavascki, que es el magistrado del Supremo brasileño encargado de procesar a los implicados del Caso Petrobras que gozan de aforamiento, ha decidido hacerse con el caso. Por lo menos hasta que la semana siguiente una decisión colegiada del STF sentencie definitivamente quién se queda con el futuro judicial del expresidente. Zavascki, en su auto, critica duramente a Moro, acusándole de haber divulgado, sin razón judicial pertinente, conversaciones grabadas por la policía de Lula con otros dirigentes del país, entre los que se cuenta la propia Dilma Rousseff.

    El Gobierno sostiene que la única razón que empujó a Rousseff a incluir a Lula en el Gobierno fue la de que el expresidente le ayudara a conservar en el Congreso los aliados políticos necesarios para evitar que el juicio político (impeachment) acabe con su mandato en el próximo mes. De cualquier forma, la prensa brasileña asegura que, aún sin cargo oficial, a eso se está dedicando Lula. No le va a ser fácil, ya que estos aliados, que ven a Rousseff cada vez más debilitados, cada día que pasa son más remisos a apoyar al Gobierno y ya prevén un futuro político sin Rousseff ni PT (ni por supuesto Lula) en el Ejecutivo.

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