¿Lo mejor de dos mundos? – Por Mario Ramos Méndez – O ¿Lo Peor de Dos Mundos?

¿Lo mejor de dos mundos?

Datos económicos que demuestran dramáticamente la realidad de Puerto Rico

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EL VOCERO/Archivo
Por Mario Ramos Méndez – 4-29-16

Según los más recientes datos del Negociado del Censo de los Estados Unidos las comparables entre Puerto Rico y algunos estados, como el estado más pobre de la Nación, Mississippi, el único estado isla, Hawái, y Florida, donde sita la ciudad de Orlando, son devastadores para la imagen de lo que una vez, en la década del noventa, demagógicamente se tildó como lo “mejor de dos mundos”, y en la década del sesenta, como “el progreso que se ve”.

El terco empeño de querer catalogar al Estado Libre Asociado como algo con mayor rango que los estados de la Unión se estrella contra la contundencia de los números que hablan por sí solos y describen al desnudo nuestra realidad económica, social y política, por supuesto. Comencemos hoy por la comparable entre Puerto Rico y Mississippi.

La población de Puerto Rico, de 3,725,789 personas en 2010, bajó a 3,474,182. Un cambio porcentual en negativo de 6.8%. La totalidad de las personas con 65 años o más de edad, lo que se entiende como la población jubilada -algunos dicen que debe medirse a partir de los 60 años de edad-, subió al 17.4% de nuestra población general. En cuanto a los veteranos, la muestra establece que son 101,049 puertorriqueños clasificados bajo esta categoría. Las personas nacidas en el exterior, entiéndase personas nacidas fuera de los Estados Unidos, representan en Puerto Rico el 2.8% de la población. Sobre las personas que viven en Puerto Rico y que hablan en sus hogares un idioma distinto al español, la estadística refleja que son el 5.1% de la población.

Datos económicos que demuestran dramáticamente la realidad de Puerto Rico son: el total de la fuerza laboral en personas de 16 años o más está en el 45.5%. Una tasa laboral muy baja. Esto nos lleva al ingreso promedio del ciudadano Displaying IMG_1271.JPGDisplaying IMG_1271.JPGDisplaying IMG_1271.JPGamericano que vive en la Isla del Encanto. El ingreso mediano familiar está en $19,686. Por su parte, el ingreso per cápita es un raquítico $11,331. Todo esto para un por ciento de pobreza del 46.2%. Lo que nos hace mucho más pobre que el estado más pobre.

En Mississippi, el estado más pobre de los Estados Unidos, la realidad estadística es diametralmente distinta a la de nuestro entorno colonial. Comenzando por la población, para el Negociado del Censo en 2015 está en 2,992,333 personas. Para un aumento porcentual desde el 2010 de 0.8%. En cuanto a las personas de 65 años o más los números reflejan que son un 14.3% de la población total del estado. Los veteranos rondan por los 192,952. Los idiomas hablados en el hogar, aparte del inglés, es un fenómeno que se da en el 3.9% de los hogares. De hecho, las últimas cifras sobre este renglón, en todos los Estados Unidos, establecen que ahora 382 idiomas distintos al inglés se hablan en los hogares de la Nación.

La totalidad porcentual de la fuerza laboral en Mississippi es de 57.9%. El ingreso promedio de una familia es de $39,464 y el ingreso per cápita está en unos $20,956. El porcentaje de pobreza en el estado es de 21.5%.

Esto números no incluyen el desfase en derechos civiles que el ciudadano americano que vive en Puerto Rico tiene con el que vive en los estados. La igualdad dual, Puerto Rico con la soberanía de los estados, y la igualdad en derechos del ciudadano, ambas, inciden sobremanera en esta realidad fantasmagórica nuestra.Mario Ramos Méndez

   Historiador

Juan E. Hernández Cruz

TRIBUNA INVITADA

por Juan E. Hernández Cruz

La emigración y la pobreza en Puerto Rico

Una mirada escrutadora a la estructura social de Puerto Rico en relación a la emigración, nos revela el rápido proceso de empobrecimiento en que está degenerando nuestra sociedad. Vista jerárquicamente esa estructura social, se compone de aproximadamente un 19% de adultos mayores o envejecientes que se agrupan en las edades de 65 años o más y que ocupan la parte superior de la pirámide laboral. A este sector le consideramos acreedores por haber aportado ya su productividad y a los cuales se les deben bienes y servicios que resultan costosos para el Estado, por ejemplo servicios médicos. Sector este que ha ido en aumento por la alta expectativa de vida y por el continuo regreso de emigrantes a Puerto Rico.

Le sigue, el sector productivo que se extiende desde los 17 hasta los 65 años y que en Puerto Rico lo constituye sobre un 60% de la población, aunque tiene enquistado un sector de 15 a 24 años de edad, que se dedica a estudiar y que puede estar en aproximadamente el 14.5% de ese 60% mencionado antes. Este sector va en rápido descenso en el momento actual debido al aumento desmedido de la emigración, no obstante, ser el que genera la riqueza en la economía. Finalmente, los niños de 1 a 14 años son la base de la pirámide que en nuestra sociedad representan un 18%, son dependientes del anterior sector productivo y con él emigran hacia el exterior.

¿Cuál es el perfil del emigrante que abandona la Isla y afecta adversamente la estructura laboral y la productividad?

Primero está el joven que emigra por primera vez en busca de un primer empleo a tiempo completo o de un empleo mejor. Este tiende a ser joven con alta escolaridad y con relativo conocimiento del idioma inglés.

Se da la modalidad de aquellos que han sido contratados en Puerto Rico al graduarse de universidad, siendo los dos ejemplos más conocidos, la NASA ofreciendo sueldos altos y amplios beneficios, o Disney World con salarios mínimos y ningún beneficio marginal.

Segundo el que ha perdido su empleo o ha sufrido un reajuste en sus horas laborales. Este se encuentra en condición de desesperación, situación en que se encuentran miles de empleados públicos y aquellos que han visto esfumarse sus fondos de retiro. Esta resulta la más patética de las situaciones, eso es dolor, tristeza y melancolía. Propicia además una sensación de inseguridad y temor de perder los bienes materiales logrados que son símbolos de estatus de clase social y vemos como sinónimo de éxito y felicidad.

En estos casos se barajean posibles decisiones: vender todos los bienes que se posean y emigrar a un lugar en desarrollo, o donde se conozca a alguien que pueda servir de enlace o, que emigre primero el que más oportunidades tenga de conseguir empleo y seguir emigrando por etapas para evitar la ruptura abrupta de todos en la familia.

Tercero el que ha emigrado anteriormente, regresó a Puerto Ricoy ahora considera volver a emigrar. Estos tienen muchas razones para el regreso, pero todas giran alrededor de la carestía de la vida sobretodo de los servicios médicos y las medicinas y del trato desigual en planes de salud, seguro social y otros.

El problema que esta fuga emigratoria representa además del costo psicológico es el costo material que algunos han llamado fuga de cerebros, pero que sin duda alguna disminuye el sector productivo empobreciendo al país aceleradamente.

Por eso cualquier plan de rescate que se considere para Puerto Rico debería llevar como prioridad el desarrollo económico y la creación de empleos para devolver la estabilidad social.

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