Por: Enrique “Kike” Cruz, Analista Político NotiUno

Alejandro lo más probable que no lo sepa, pero puede que pase a la historia como el gobernador, que sin saberlo, ayudó a que Puerto Rico se enderece.

Así son las cosas, muchas veces hacemos cosas con un propósito y terminan siendo de otra.

Anteriormente en este mismo espacio les había advertido varias veces sobre aquellos que se opondrían a la Junta. No es de extrañarse que políticos, sindicatos y buscones estén en contra de la Junta, pero hasta curas de la Iglesia Católica se han unido a la lucha en contra.

El nuevo nombre de la Junta es Junta de Supervisión, Gerencia y Estabilidad Económica. Desde que comencé mis pininos en la radio, vengo diciendo que el problema en Puerto Rico es uno gerencial y no de falta de recursos.
Por ejemplo, una vez esté el proyecto de la Junta firmado por el Presidente Obama, y la Junta en poder, un tribunal faraónico como el que se inauguró en Caguas el año pasado no sería una realidad. Ese gasto de más de 750 millones de dólares no sería aprobado, pues el plan de ajuste fiscal no lo contemplaría. Es más, hoy en día todavía es un disparate. Los otros tribunales y arrendamientos que se dieron por décadas en la rama judicial tampoco encajarían en nuestro plan.

Los juegos Centroamericanos y del Caribe tampoco se llevarían a cabo, al igual que otros beneficios y contratos que se dan a nivel estatal en cualquiera de las tres ramas de gobierno. O un contrato de promover a Puerto Rico por $500,000.00 anuales y luego invitarlos a participar en un Request for Proposal (RFP), tampoco se daría con la Junta. Aunque en lo que llega la Junta todavía está la junta del FBI y fiscalía federal.

Nuestra situación precaria comenzó con nuestra mismísima constitución en 1952. Esto porque ahí se crean las pensiones para los empleados públicos y de la rama judicial sin un mecanismo actuarial que velase por el cumplimiento y las necesidades del sistema. Aquí hay y ha habido jueces que han estado en el estrado por 12 años y sin aportar lo necesario se llevan una pensión, y en casos muy particulares para su esposa si estos fallecen primero.

En fin, en 1952 nos armamos de un pedazo de papel y al otro día nos levantamos primer mundistas. Hoy nos toca a nosotros pegar los platos rotos, hacer unos nuevos y resolver este desmadre de 64 años.
Por eso la palabra gerencia entra en juego con esta junta. Obviamente nuestro gobernador y/o futuros candidatos a la gobernación van a estar en contra de la Junta porque no van a poder continuar con el malgasto como lo han hecho hasta ahora.

Puerto Rico y el Congreso de los Estados Unidos por medio de nuestra constitución entramos en un “acuerdo”. Dentro de ese “acuerdo”, en el Articulo IV, hay varias secciones de cómo se iba a manejar el Gobierno. Al leerla por encima me doy cuenta que en este gobierno hemos VIOLADO, sí VIOLADO, nuestra constitución más de 5 veces. Que la asamblea legislativa y el gobernador Alejandro García Padilla han legislado para proteger a los maestros, policías y niños de educación especial mediante la VIOLACIÓN de nuestra constitución.

Por lo tanto los que hemos roto el “acuerdo” de 1952 hemos sido nosotros, lamentablemente representados por el gobierno actual. Al leer las secciones de la constitución y ver el ultraje que Alejandro y compañía han hecho este cuatrienio, para justificar el malgasto, la mala administración y la falta de una buena gerencia, no me queda otro remedio que aceptar mi responsabilidad y darle la bienvenida a la Junta.

También entiendo el por qué los políticos de carrera de ambos partidos no quieren la Junta. Aquí (sin generalizar, en ambos partidos hay gente buena y responsable, aun cuando se dejen arrastrar por la corriente) hay políticos, seguidores, inversionistas, en fin hay mucha gente apostando a que X o Y sea el próximo gobernador. Esas apuestas conllevan grandes compromisos personales y profesionales que esperan redimir en CA$H, a través de contratos, RFPs, empleos y/o nombramientos cuando su candidato gane.

Es por eso que ahora más que nunca necesitamos una junta. Es por eso que ahora más que nunca necesitamos los controles que desde el 1952 no se han puesto. Es por eso que se acabó el regalar y dar lo que no hay, la misma Constitución lo dice.

Y es por eso que todo aquel que esté en contra, mírelo bien, escúchelo bien y pregúntese ¿por qué esa persona no quiere tener un presupuesto balanceado? Porque mientras más balanceado sea el presupuesto menos junta y menos contratos necesitamos.