La aprobación en la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara baja en Washington del proyecto PROMESA, que impondría una Junta de Control Fiscal en Puerto Rico, levantó pasiones entre la clase política local.
La medida aún está por verse en el pleno de la Cámara para luego pasar al Senado federal, donde varios congresistas demócratas han manifestado que votarán en contra.
¿Cuáles son las posturas a nivel local sobre el proyecto? A continuación un resumen.
Pedro Pierluisi – comisionado residente y precandidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP)
Dimos un gran paso al frente en nuestro esfuerzo para ayudar a los 3.4 millones de ciudadanos americanos en Puerto Rico, cuyo gobierno se encuentra a punto del colapso y que cada día está más cerca de incumplir con sus obligaciones medulares hacia sus ciudadanos y sus acreedores. PROMESA fue aprobada por la Comisión con amplio apoyo bipartidista, un hecho notable a la luz de la naturaleza partidista del Congreso actual.
David Bernier – candidato a la gobernación por el Partido Popular Democrático (PPD)
Este proyecto está hecho simplemente para tratar de sacar la cara por grupos de interés en los Estados Unidos, que han hecho aportaciones en la Isla en circunstancias muy especiales y que en un momento como este necesitamos se sienten en la mesa a negociar con el Gobierno de una forma justa y no con un proyecto que carga el peso solo para un lado y que al final solo propone medidas severas de austeridad para poder atender el problema de la deuda que va a repercutir en contra de nuestros pensionados y de nuestros servidores públicos.
Ricardo Rosselló – precandidato a la gobernación por el PNP
Soy el primero en reconocer que hace falta la colaboración del Gobierno Federal, pero tiene que ser bajo la premisa del trato como un Estado, no con trato desigual e inferior. He establecido múltiples propuestas en esta dirección. Este proyecto únicamente sirve para perpetuar la colonia y la desigualdad, eso no es consistente con la Estadidad. Lo que necesitamos es colaboración, no mas coloniaje. Lo que necesitamos es que toda solución del Congreso esté vinculada con la solución definitiva al estatus que es la Estadidad.
Jenniffer González – representante y precandidata a comisionado residente por el PNP
La versión aprobada de la junta de control fiscal no atiende los problemas principales de Puerto Rico que son el estatus actual y la falta de desarrollo económico, aunque reconoció que la acción tomada por el Comité es producto de la desconfianza perpetuada por el Partido Popular en cómo se llevan las riendas del gobierno y retrata nuestra situación colonial. Esta junta nace de la incapacidad del liderato del PPD de gobernar a Puerto Rico y de su incumplimiento con nuestra Constitución y las obligaciones contraídas. La improvisación legislativa, la falta de transparencia, el gasto público desmedido han llevado al Congreso a ejecutar sus poderes plenarios dentro del colonialismo contra Puerto Rico.
Carlos Pesquera – precandidato a comisionado residente por el PNP
La Junta de Control Fiscal es necesaria en este momento ante la crisis que estamos… Hay que verlo como una parte de una solución acompañado de unos instrumentos de desarrollo económico para Puerto Rico. Si esta ley no pasa los acreedores van a ir contra las cuentas del gobierno de Puerto Rico.
Héctor Ferrer – precandidato a comisionado residente por el PPD
Yo estoy en contra de la Junta. No avalo ni la dura, ni la light. Es una falta de respeto. Es indignante y si se aprueba una Junta de Control Fiscal (JCF), el pueblo tiene que hacer una revolución. No con armas, pero uniéndonos nacionalmente para evitar esto.
Ángel Rosa – senador y precandidato a comisionado residente por el PPD
[Esa propuesta] que muchos líderes del PNP han abrazado como la solución al problema de Puerto Rico, [sugiere] que no tengamos control, retrayendo a Puerto Rico a la era militar. A nadie que le corra sangre puertorriqueña por las venas puede estar de acuerdo con ello. Hemos desarrollado una opinión pública de acuerdo a la inmediatez y pareciera que esa es la historia de Puerto Rico, pero cuando el país era gobernado directamente por el Congreso y Casa Blanca, eso sí era control fiscal, político y colonial. Les pregunto si Puerto Rico estaba mejor entonces de lo que está ahora. Las horas más miserables de Puerto Rico fueron esos años. Nadie me plantee a mí que la solución para Puerto Rico es regresar a ese pasado de miseria y control.
Thomas Rivera Schatz– senador PNP
La Junta (de Control Fiscal) nace por la ineptitud de este gobierno mentiroso y la colonia que ya nadie en el PPD defiende. Para salir de la crisis en Puerto Rico hay que hacer un frente común contra este desgobierno y la colonia.
Jaime Perelló – presidente de la Cámara de Representantes
Mi reclamo, desde ese primer momento, fue que hubiese un reconocimiento por parte del liderato republicano que hacían falta alternativas para el desarrollo económico y que necesitábamos un poder real para la reestructuración de la deuda. Agradezco al speaker Paul Ryan por aceptar esta propuesta para el desarrollo económico de Puerto Rico en reconocimiento a la validez de mis planteamientos sobre la importancia del área de desarrollo económico.
Eduardo Bhatia – presidente del Senado de Puerto Rico
Hoy nos están pidiendo que seamos prisioneros en nuestra propia tierra. Hoy nos están pidiendo que no tengamos mecanismos para reestructurar la deuda y que, sin embargo, nos van a imponer, tal cual prisioneros, tener una junta que nos va a decir cuándo podemos entrar y salir de esa cárcel. Hoy no puedo hacer otra cosa que rechazar eso tajantemente.
María de Lourdes Santiago – senadora y candidata a gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP)
La medida federal no pondrá la casa en orden ni adjudicará responsabilidades por el desastre económico ni promoverá el desarrollo. Llegará a imponer medidas de austeridad que provocarán gran sufrimiento y necesidad: reducción de pensiones, recortes a la salud pública, privación de recursos para educación pública, eliminación de empleos públicos y a garantizar, por encima de cualquier otra consideración, que aparezcan al precio que sea los fondos necesarios para pagar a los acreedores de Wall Street.
Nuestra promesa a los puertorriqueños
Este importante compromiso bipartito tiene la oportunidad de mejorar la vida de millones de personas viviendo en los EE.UU. y en la Isla
Por: Charles B. Rangel, Congresista Demócrata
El Congreso ya está tomando acción sobre la crisis financiera en Puerto Rico. Al fin, estaremos considerando la legislación bipartidista H.R. 5278- Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica (PROMESA). Como representante orgulloso de un distrito que cuenta con una de las poblaciones más altas de puertorriqueños en los Estados Unidos (EE.UU.), he podido presenciar de primera mano los efectos del letargo económico que ha afectado a los puertorriqueños y he abogado por medidas que permitan a Puerto Rico reestructurar sus deudas. Aunque no es perfecta, esta legislación es un paso necesario en la dirección correcta.
Entiendo las preocupaciones de aquellos que suponen que la Junta Observadora creada bajo la ley para observar a Puerto Rico en asuntos fiscales y desarrollar un plan para pagar la deuda puede que induzca demasiado control. Enfrentados a un déficit impagable de $2 billones, Puerto Rico necesita que el Congreso establezca estas reglas y regulaciones. Puerto Rico recientemente no pudo pagar $422 millones y es muy probable que no pueda pagar cientos de millones más si el Congreso no actúa. Lo que tenemos a mano es la mejor opción.
Demasiados han sufrido ya, y debemos avanzar con este plan o los puertorriqueños seguirán sufriendo. Los efectos de una deuda catastrófica se han reflejado en los diferentes aspectos de la economía puertorriqueña desde vivienda hasta los servicios de salud y se ha tornado en una crisis humanitaria. Alrededor de 85,000 persona salieron de Puerto Rico en el 2015, continuando con una tendencia de éxodo que lleva más de una década. 150 escuelas han cerrado sus puertas y un doctor al día deja la Isla. Esta es una situación preocupante debido al creciente número de casos positivos del virus del Zika que se registran en la Isla y un 20% de la población en riesgo de infección. Si Puerto Rico fuera un Estado, su población de 3.5 millones de personas sería mayor que otros 20 estados en nuestro país. Es sumamente irresponsable e inconstitucional el no tomar acción sobre la deuda de Puerto Rico e ignorar una población tan grande.
Simplemente no tenemos tiempo que perder. Fui Presidente del Comité Medios y Arbitrios cuando pusimos en función la Ley de Recuperación y Reinversión Americana en el 2009 para dar respuesta a la Gran Recesión. El paquete de estímulo puede que no haya sido perfecto, pero preservó y creó millones de empleos, intensificó el gasto y la confianza de los consumidores y puso nuestra economía en pie. El Congreso tiene la responsabilidad de enfrentar la gran deuda de puerto Rico y ahora tiene la herramienta necesaria para hacerlo con PROMESA que no es ni un rescate ni tampoco les costará a los contribuyentes norteamericanos.
El Fondo Monetario Internacional no puede proveer ayuda económica a Puerto Rico porque no es un país soberano. Desde el fin de la Guerra Hispanoamericana en 1898, los EE.UU. tomaron posesión de Puerto Rico como parte de su territorio. Como la Isla no es una municipalidad ni un estado, no puede declarar el Capítulo 9 de bancarrota, una opción para los 50 estados. Puerto Rico tiene las manos atadas y solo el Congreso puede desatarlas. Es mandatorio que hagamos lo correcto para ayudar a nuestros compatriotas de Puerto Rico.
La Ciudad de Nueva York tiene la mayor concentración de puertorriqueños en EE.UU. y más de dos tercios de estos viven en East Harlem. Me llena de orgullo poder apreciar las grandes contribuciones de miles de puertorrqueños en nuestro Distrito y en todo el país en las áreas de negocios, el derecho, las ciencias, la música, los deportes y la política. Un plan efectivo y enfocado en resolver el problema de la crisis, PROMESA se asegurará que las contribuciones de los puertorriqueños continúen haciendo de EE.UU. un mejor país.
Este importante compromiso bipartito tiene la oportunidad de mejorar la vida de millones de personas viviendo en los EE.UU. y en la Isla. El Congreso tiene autoridad constitucional y la obligación moral de ayudar a las personas de nuestro territorio. Son estadounidenses y es tiempo de que los tratemos como tal. Ellos también merecen poder creer en el sueño americano. ¡Viva Puerto Rico!
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