“Las dos fechas más importantes de un ser humano es cuando nace y cuando está consciente de ser.”

Visitando a mi primer nieto varón, Solean López-Chalvez, que nació en Montreal, Canadá tropecé con un interesante pequeño libro titulado “Cómo Dejé de Ser Judío” escrito por el reconocido y controversial historiador Israelita, Dr. Shlomo Sand. La tesis del libro es sumamente interesante y persuasiva. Narra sobre el dogmático establecimiento y creación del estado de Israel y también sobre cómo las distintas sectas del Judaismo, al igual que todas las religiones del planeta, pretenden controlar a sus feligreses con sus normas, ideologías y modelos de vida, diseñadas para mantener a sus ovejas dentro de las influencias del redil y en el proceso generar donaciones materiales que permiten llevar una vida terrenal menos onerosa a sus promotores.

Las diferencias entre la política y sus partidos y la iglesia y sus religiones no son muchas. Ambas tienen objetivos comunes. El primero pide la fuerza del voto ciudadano para administrar el gobierno con la esperanza de progreso y un “mejor mañana” y al enriquecimiento encubierto y la segunda pide lealtad a los postulados de su religión para garantizarle “un largo camino” adornado de donaciones para “garantizarle” el paraíso a sus feligreses.

En mis lecturas en la escuela Superior, y luego en la Universidad de Puerto Rico, promovidas por mis profesores de Ciencias Sociales, Dr. Reece Bothwell, Dr. Manuel Maldonado Dennis, Dr. Milton Pabón y el Dr. Manuel Alvarez, promovieron caravanas de preguntas y dudas sobre la historia, las religiones, los tipos de gobiernos y los motivos escondidos de las guerras. Mis lecturas y las dinámicas del “extraordinario año de 1968” (algunos clasifican el 1968 como un año “terrible” dependiendo de sus intereses particulares) en donde el mundo de la post guerra (Segunda Guerra Mundial) comenzó a cuestionar a sus gobernantes sobre la Guerra de Vietnam, derechos humanos o civiles y las decisiones de los gobiernos. En Puerto Rico, el 1968 fue el año del comienzo del fin del largo camino para eliminar el colonialismo y el establecimiento de un sistema político de dos partidos. El Partido Nuevo Progresista gana sus primeras elecciones en ese año.

Precisamente, la creación del Partido Nuevo Progresista surge de un grupo de jóvenes que junto a Don Luis A. Ferré comenzaron a cuestionar el ordenamiento oligárquico y elitista del Partido Estadista Republicano y empuñaron la bandera de la igualdad con la fundación de Estadistas Unidos. En mi caso, yo soy estadista pero no Republicano, y el nombre del Partido Estadista Republicano establecía una verja invisible para imposibilitar que los estadistas que creemos en los postulados demócratas pudiéramos militar en el. El protestantismo de esos jóvenes estadistas liderado por el gran guerrero de la lucha estadista, Don Luis A. Ferré, fue lo que provocó el cambio que ha permitido adelantar la causa de la lucha de la Igualdad. Si se le hubiese hecho caso a las turbas que trataron de acallarnos estuviésemos viviendo hoy más colonialismo que nunca.

Todas las naciones que han tenido territorios y colonias tienen unos “manuales no escritos” para controlar las mismas. En estos se promueve el establecimientos de “tribus” ideológicas diversas que fortalecen el principio de “divide y vencerás.” Puerto Rico ha sido desde su conquista un laboratorio sin igual de los Estados Unidos para el control de sus habitantes. Aquí, Washington ha sabido utilizar desde 1898 el poder del gobierno territorial, sus instituciones, la judicatura Federal y colonial, la prensa, la banca y asi sucesivamente los demás componentes sociales para mantener el inmovilismo y neutralizar a los “revolucionarios, terroristas e imprudentes.”

Los partidos políticos territoriales, a través de sus “piñas”, “comités de odios” y grupos de intereses, neutralizan todo aquel o aquellos que pretendan salirse de sus filas y adopte un nuevo camino hacia el cambio o a la igualdad política. Eso yo lo viví en mi propia carne en el partido que ayudé a fundar junto a Ferré. Cuando propuse promover la participación del pueblo en procesos democráticos para seleccionar a los delegados a las convenciones nominativas de candidatos presidenciales me lanzaron a sus perros más agresivos para neutralizar el movimiento. Los derrotamos y prevalecimos porque la razón estaba con nosotros.

Ahora, que el ‘estado libre asociado’ murió, en un triple entierro, comenzando con el caso de Sánchez, luego el de Franklin y terminando con el pleno del poderoso de Congreso, se plantea por el padre putativo del inmovilismo y el coloniaje, el Partido Popular Democrático la celebración de un plebiscito “estadidad…Sí o No.” De esta forma, tanto el PPD como elementos dentro del PNP, plantean caminos distintos a los aprobados por el Congreso para resolver el estatus. El Congreso aprobó y el Presidente Obama firmó una asignación presupuestaria de $ 2.5 millones para la celebración de un plebiscito de estatus, que según el récord legislativo dice claramente que “es para resolver el estatus de Puerto Rico.” Ese debería ser el
camino. Pero si Washington acepta un plebiscito de estadidad Sí o No, el mismo debe ser considerado seriamente y aceptado.

Yo no le tengo ningún temor ni miedo a dicha propuesta. Recuerdo que en el 1991 cuando Rafael Hernández Colón intentó perpetuar el ELA colonial con el referéndum de los “derechos democráticos” le recomendé a el Dr. Pedro Rosselló que aceptará el reto a pesar de que la inmensa mayoría de su Comité de estrategias y campaña se
oponían tenazmente. A pesar de que el Gobierno PPD y sus aliados independentistas tenían $ 6.6 millones y nosotros $600,000.00. ¡Ganamos en grande! Miren el mapa. Nuestro mensaje fue claro: DILE NO A LA SEPARACIÓN! Había disciplina y mística para derrotar al Goliat colonial! Y ese es y debe ser el mensaje para cualquier referéndum de status.

No aceptó el temor de algunos que dicen que el PPD se uniría al independentismo para rechazar la igualdad. No acepto la premisa porque el apoyo hacia la estadidad en Puerto Rico, de acuerdo a encuestas que he visto, es abrumador. Ahora bien, lo que me preocupa son los líderes del PNP que tienden a ser débiles ante las presiones de Washington y de otros intereses que se benefician en mantenernos en el mar del Sargaso colonial. El Pueblo de Puerto Rico está una encrucijada histórica y un su momento más definitorio.

Muchas veces el peor enemigo de las grandes y más nobles causas de los pueblos están
en aquellos que dicen que la defienden. El PNP no debe rechazar de plano la propuesta del PPD porque aquellos que creen que después de 64 años de farsas y mentiras sobre el ELA pueden engañar a todo un pueblo se equivocan. Ya el pueblo los conoce profundamente y sabe que el camino para un nuevo destino y un mejor futuro es
el ingreso de Puerto Rico en las unión de estados. EL Pueblo le dirá NO A LA SEPARACIÓN del PPD y sus aliados separatistas. El barco del ELA estuvo navegando y aflote con parchos fabricados de decepciones, mentiras y engaños. Hoy, los “Melquiades” del PPD lanzan un reto de promover un plebiscito de estadidad….Sí o No. Si Washington acepta como fórmula para descolonizar a Puerto Rico un referéndum de “estadidad…Sí o No” soy el primero en empuñar la bandera de la igualdad como lo hicimos con Estadistas Unidos en el 1967.

El miedo es un instrumento inventado por el hombre para controlar al hombre. Cuando se vence el miedo se libera los más nobles ideales del espíritu del hombre. Ahora o nunca…igualdad para Puerto Rico. ¡SIN MIEDO!