Aunque en un principio la llegada de la Junta de Control Fiscal a la Isla no era bien vista por muchos sectores económicos, no es menos cierto que la inmensa mayoría de ellos se han allanado ante la imperante necesidad de certeza en torno al futuro económico y social de Puerto Rico.

Muchos sectores han reconocido que la incertidumbre en la que ha estado sumida la Isla por la pasada década ha alejado de manera peligrosa la inversión local y extranjera, por lo que se hacía necesario se implantara alguna estrategia que diera rumbo a las finanzas del País. Aunque aceptan no ser la mejor alternativa, reconocen que entre los peores males, la Junta Fiscal es el mejor.

Uno de los sectores más importante de la Isla es el bancario, sector para el cual la llegada de la Junta es muy favorable según el Comisionado de Instituciones Financieras, Rafael Blanco. Sostuvo que el problema más grande que atraviesa la Isla en estos momentos es la incertidumbre en la que ha estado inmersa desde el 2006 y la que ha ocasionado la imposición de medidas y cambios en el sistema contributivo que lejos de atraer inversión la han detenido. Aclaró que esa situación ha impactado la banca, ya que se trata de intermediarios financieros que dependen de la actividad económica.

“La Junta Fiscal viene a dar certeza, a encaminar e intentar resolver los problemas fiscales de la Isla, a la vez que detiene las demandas, evitando con ello la congelación de las cuentas del gobierno de Puerto Rico.

Definitivamente, para este sector es positivo. No es lo mejor, pero es mejor que lo que teníamos. Esta Junta genera mayor confianza e incrementa las inversiones en la Isla”, afirmó Blanco.

A ello agregó, que con la llegada de la Junta se facilitan las conversaciones con los acreedores y se agilizan pagos a suplidores, lo que repercute también en pagos a la banca por servicios bancarios ofrecidos.

En un sentido muy similar se expresó el economista y uno de los mayores defensores de la Junta Fiscal, Gustavo Vélez, quien entiende que esta pasada década de depresión que ha vivido la Isla ha afectado marcadamente al sector privado, que hoy ve con gran apertura dicha llegada como elemento para disipar la incertidumbre. “El sector privado está viendo en la Junta un mecanismo de estabilidad y certeza a la economía y con ello un mejor clima de negocio para el país, lo que les representa ganancias. Hoy el sector privado se encuentra en una postura de colaboración”, afirmó.

Según el economista, la llegada de la Junta, la cual entiende deberá estar operando en la Isla entre agosto a septiembre, viene a cumplir tres propósitos fundamentales: la activación de una mecanismo de “stay” que detiene los pleitos de acreedores contra el gobierno; la configuración de la Junta con la designación de sus siete miembros y la evaluación trimestral de ingresos y gastos del gobierno.