Por: José M. Saldaña

No es de extrañarse que en las distintas encuestas de opinión pública el asunto del estatus no se encuentre en la primera posición o como una de las principales causas de nuestros problemas fiscales y económicos que nos han llevado a implosionar. Al individuo promedio lo que le preocupa es lo inmediato, lo que le afecta a diario, sin percatarse que lo inmediato y diario es consecuencia del estatus.

Estoy seguro de que de los más de 2.8 millones de electores inscritos en Puerto Rico, menos del 1% ha leído los informes de la Casa Blanca sobre la isla. En la página 36 del Informe de Casa Blanca del 2011 se señala lo siguiente: “Al mismo tiempo, el Grupo de Trabajo reconoce que la cuestión del estatus y la economía están estrechamente vinculadas… Y aunque hay una serie de medidas económicas que se deben tomar de inmediato o a corto plazo, independientemente del desenlace final del asunto del estatus, la identificación de la manera más eficaz de contribuir a la economía de Puerto Rico depende de la resolución de la fundamental cuestión del estatus. En resumen, el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus. De todos modos, el debate sobre el estatus no debe impedir las medidas relacionadas a asuntos económicos y sociales que beneficiarían a Puerto Rico.”

Igualmente estoy seguro de que muy pocas personas han leído la resolución que aprobara el PPD en su Asamblea de Programa del domingo 28 de agosto en la cual ese partido aboga claramente por la libre asociación/independencia. Sospecho además que muy pocos han leído y analizado las declaraciones posteriores de Bernier respecto a “la necesidad de transformar radicalmente en todos los aspectos a su partido, lo que pudiese incluir convertirlo en otro ente político”.

No podemos descansar en que nuestros problemas se resolverán por concepto de las decisiones que tome la Junta de Control Fiscal de PROMESA o por las personas que se elijan en las próximas elecciones. Como señalara hace algún tiempo el Senador Ron Wyden en una vista del Comité de Recursos Naturales del Senado, “si no se resuelve el problema del estatus, en cuestión de poco tiempo estarán aquí con el mismo problema”.

El PPD ya decidió moverse hacia la libre asociación/independencia aunque para engañar al pueblo no lo expresan claramente. Por el contrario, lo esconden señalando que las elecciones no son para decidir el estatus y sí para decidir quién nos gobierne.
Nuestro pueblo tiene que tomar conciencia de la realidad de que en las próximas elecciones estará en juego el futuro de nuestra isla. De prevalecer el PPD y Bernier, mediante una amañada asamblea de estatus habrán de movernos rápidamente hacia la libre asociación/independencia.

Veamos lo que dice el informe de la Casa Blanca sobre ese estatus: “La libre asociación es un tipo de independencia. Un pacto de libre asociación establecería un acuerdo mutuo que reconocería que Estados Unidos y Puerto Rico están estrechamente ligados de las maneras específicas que se detalla en el pacto. Los pactos de este tipo se basan en la soberanía nacional de cada país, y cada nación puede unilateralmente poner fin a la asociación”. Señala además: “El Presidente y el Congreso deben comprometerse a preservar la ciudadanía estadounidense de los residentes puertorriqueños que son ciudadanos de Estados Unidos al momento de cualquier transición a la independencia. Esto dependería de que el Congreso se comprometiera a eso“. Luego de esa posible transición los que nacieran en Puerto Rico no tendrían la ciudadanía americana pues “la ciudadanía sigue a la soberanía”.

De acuerdo a entrevista que le hiciera El Vocero a Rafael Hernández Colón sobre la libre asociación este manifestó lo siguiente: “Esa república asociada, además de independizar a Puerto Rico para montarla, tampoco va a tener los beneficios del ELA, porque las islas del
Pacífico, que tienen ese tipo de relaciones no tienen esos beneficios. Allá no hay cheques de alimentos, no hay Becas Pell. Allá no hay $22 billones en ayudas que recibe Puerto Rico. Esas son las diferencias”.

La estadidad sin embargo otorgaría a los ciudadanos americanos residiendo en Puerto Rico el voto presidencial, nos daría representación en el Congreso con cinco congresistas y dos senadores que tendrían voz y voto en todos los foros donde se aprueba la política pública nacional y muy particularmente en las comisiones donde se aprueban los presupuestos, programas y todas las iniciativas gubernamentales que nos conciernen y a diario nos afectan.

Resolver el asunto del estatus no sólo es esencial, sino vital.