“Documentaron los delitos…toda la prueba estaba en bandeja de plata”. Esa fue la opinión de uno de las integrantes del jurado que encontró culpables de todos los cargos a Sally López Martínez, Ivonne Falcón, su hermana Marielis Falcón y Glenn Rivera Pizarro, convictos por corrupción junto al empresario Anaudi Hernández Pérez.

“Fue de modo inconsciente que lo que enviaban por e-mails y mensajes de texto los estaba incriminando. Es uso y costumbre hacer todo por mensajes de texto y e-mails y por eso lo documentaron todo. Sin eso, creo que no hubiese habido caso”, afirmó el jurado en entrevista exclusiva con EL VOCERO, y quien accedió hablar con este diario con la condición de que su identidad no fuera revelada.

Consideró que los correos electrónicos presentados por la Fiscalía federal entre López Martínez, exadministradora de la Administración de Derecho Laboral (ADL) y Hernández Pérez, así como un mensaje enviado por Ivonne Falcón a personal de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), en el que instruía que se hicieran los pagos al contratista y propietario de I AM MECH, Ramón Crespo, fueron determinantes para el jurado a la hora de emitir su veredicto.

De igual forma, opinó que los cheques emitidos por I AM MECH, cobrados por Marielis Falcón, fueron devastadores contra la convicta. “Esos cheques la terminaron de hundir”, apuntó.

Opinó que los testimonios de los convictos Hernández Pérez, su socio Héctor Vargas y del exdirector de la Oficina de Tecnología e Informática de la Cámara de Representantes, Víctor Burgos Cotto, fueron veraces para todos los miembros del jurado.

“Creí en lo que dijo Anaudi en su testimonio. Lo noté hasta arrepentido, aunque es un poco tarde para eso. Todo lo que hizo fue bien planificado. Creo que fue hasta inteligente en la forma en que montó la estrategia”, manifestó.

“Él y otros testigos estaban hablando porque quieren que le bajen la sentencia y quizás algún miembro del jurado piense que exageraron en algo, pero en términos generales todos pensamos que dijeron la verdad y fueron confirmados por los e-mails”, agregó.

Expuso que los testimonios de Hernández Pérez y de Vargas no dejaban dudas sobre la culpabilidad de López Martínez e Ivonne Falcón.

Asimismo, dijo que le merecieron credibilidad los testimonios del contratista Crespo y la exempleada de la ADL, Heidi Rosado.

Consideró que Burgos Cotto y Crespo fueron dos víctimas dentro de este esquema gestado por Hernández Pérez. “Creo que Ramón Crespo pagó por ignorancia, se veía una persona que lo que sabe es trabajar y le daba el dinero al que le dijera que lo podía ayudar (a cobrar lo que le adeudaba la AAA). Lo perdió todo, está en bancarrota”, apuntó.

En cuanto a Burgos Cotto, consideró que no supo protegerse a si mismo. “Creí el tipo de presión que le estaban haciendo”, comentó.

Creyó en el testimonio de Rosado a pesar de que la testigo se comunicó con el gobierno después de que el juicio había empezado para ofrecer información contra López Martínez.

“La carta y el e-mail que le envió (Rosado) a Sally no le quitaba la veracidad al testimonio de ella”, dijo.

También opinó que fue veraz el testimonio de la senadora popular Mari Tere González. “Me sorprendió que se acogiera a la Quinta Enmienda. Creo que en la segunda ronda ella va a caer”, apuntó.

Señaló que resultó contraproducente el testimonio de Luz Nieves, madre de las hermanas Falcón.

“Pensamos que ese testimonio terminó por hundirlas. Yo no hubiera permitido traer a mi mamá. Fue desafortunado ponerla allí. Creo que si los estatales estuvieran atentos, pueden tener un caso de fraude contributivo”, comentó.

Reconoció que el caso contra Rivera Pizarro fue el que “más trabajo le dio” al jurado.

“El caso de culpabilidad de Glenn fue más técnico que otra cosa. Dio pena, pero cuando uno miraba

la prueba y las instrucciones que dio el juez, pues había que encontrarlo culpable. Él era medio víctima, pero la ley nos explicaba que aunque fuera mínima la participación era culpable. Aunque no había mucha prueba electrónica para acusarlo, él llevaba 10 años en la política. No era un novato, pues uno hubiese dicho que no sabía, pero él sabía lo que estaba pasando”, expresó.

Reveló que el jueves en la tarde –día antes de que se emitió el veredicto–ya habían concluido en que López Martínez y las hermanas Falcón eran culpables. Explicó que Rivera Pizarro fue el motivo para continuar deliberando el viernes.

De la totalidad de la prueba presentada en sala la más que le llamó la atención fue la controvertida bitácora de las “aportaciones” que llevaba Hernández Pérez sobre los pagos que le hizo a varios de los coacusados, así como al hermano del gobernador Alejandro García Padilla, Luis Gerardo “Gery” García Padilla.

“El listado de Anaudi fue horrible, es lo más que la gente va a seguir comentando de lo que pagó para todo el mundo. Pienso que de esa lista Sally (López Martínez) era la más metida hasta ‘home’ (el fondo). Al terminar el juicio, vi sus expresiones saliendo del tribunal. Nadie le cree. ¿Cómo se atreve a decir que es inocente? Pienso que hasta el matrimonio tuvo que haber terminado a base de esto, recibir carteras caras. El tú llegar a tu casa con carteras que te regala una persona que quería hacer contratos contigo. Se ve que tiene que haber tenido conocimiento. Ella no es tan nueva en la política ni en el servicio público”, indicó.

Manifestó que el jurado se incomodó ante la presencia de las hijas de López Martínez en sala.

“Ese día (el abogado Joaquín) Monserrate estaba leyendo los mensajes (entre Hernández Pérez y López Martínez) y ellas estaban allí. Eres mamá, ¿cómo permites que tus hijas estén allí? Los jurados nos sentimos incómodos. Hasta pensamos enviar una nota de que sacaran a las niñas. A ese grado fue la incomodidad. Las niñas no son tan pequeñas”, acotó.

Consideró “vergonzosa” y contradictoria la posición de la defensa de la extitular de la ADL sobre la relación que mantenía su representada y Hernández Pérez.

“En un principio hacían ver que Sally (López Martínez) lo veía como una figura paternal y luego gira y da a entender otra cosa. Si no estás de acuerdo, uno le para el caballito. Pero, ella en ningún momento detuvo la forma en la que él hablaba. Sabía que lo tenía comiendo de su mano y ella se aprovechaba de eso”, sentenció.

Expresó que este caso debe abrir los ojos al electorado para analizar con mayor cuidado a quién favorece con su voto. “Abres los ojos y dices, caramba, como planifican eso en las narices de uno y la gente quiere seguir votando por estos tipos de partidos. Para mí es una enseñanza para tomar una mejor decisión. Hay que bajarlos a todos de ahí”, concluyó.