Por: José M. Saldaña, expresidente UPR
Vaya mi más calurosa felicitación al gobernador electo Ricardo Rosselló, a la nueva comisionada residente Jenniffer González, al nuevamente presidente del Senado Thomas Rivera Schatz, así como a todos los senadores y representantes novoprogresistas recién electos. Extiendo, además, mi felicitación a Leo Díaz por una gallarda batalla por la alcaldía de San Juan. No prevaleció, pero fue un honroso contendiente.
El PNP ha prevalecido en todos los distritos senatoriales y representativos por lo que el nuevo gobernador Rosselló tendrá la mayoría legislativa necesaria para facilitar la compleja y ardua tarea que tiene por delante.
Llama la atención el gran número de votos obtenidos por los candidatos independientes Lúgaro y Cidre. Sin lugar a dudas, será necesario pensar seriamente respecto a las implicaciones de esta situación así como considerar algunas de sus propuestas. Será necesario, además, anticipar la posibilidad de que surja un nuevo partido, particularmente ante el rechazo consistentemente al PIP y al PPT.
Ante la gran alegría que me produce el triunfo de Rosselló, de Jennifer, Thomas y otros; tengo que confesar que me preocupan varios aspectos de los resultados de la contienda electoral que acaba de culminar. Sin restarle méritos a este extraordinario triunfo, me causa algún desasosiego que la diferencia de la victoria del PNP sobre el PPD fuera por solamente 3% del total de los votos emitidos. Ante lo que ha sido sin lugar a dudas el gobierno más inepto, corrupto e incapaz que hayamos padecido, yo esperaba –al igual que la mayor parte de los estadistas– un rechazo masivo a la actual administración con una diferencia de por lo menos 100,000 votos. El no haber sido el rechazo al PPD de forma más contundente, a mi juicio habla muy mal del nivel de conocimiento de nuestro pueblo, de su enajenación sobre su realidad y del fanatismo irracional de una gran parte de los populares. Tal parece que el voto castigo a la actual administración, en su lugar, fue canalizado hacia favorecer a Lúgaro y a Cidre.
Además de lo anterior, el triunfo de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulin Cruz, me levanta seria preocupación respecto a lo que piensa o siente ideológicamente el electorado de San Juan, pues esta peligrosa persona ha dejado claro su sentimiento anti americano, su talante revolucionario, su ideología socialista-chavista y sus simpatías por el régimen castrista de Cuba. No puedo imaginar que el electorado capitalino esté en sintonía con ese pensamiento. Con su triunfo, la alcaldesa Cruz se convertirá, eventualmente, en la próxima presidenta del PPD.
Contando con un presupuesto de aproximadamente $700 millones anuales, utilizará gran parte de este para auspiciar a sus amigos revolucionarios, independentistas, socialistas para promover oposición a la Junta de Control Fiscal, al avance de la estadidad y a la gestión del nuevo gobierno. Todo con la intención de crear desasosiego y caos mediante paros, manifestaciones y huelgas violentas para tratar de desestabilizar el gobierno. Todo esto, además, tiene el fin de tratar de obtener la gobernación para luego implantar una Asamblea de Estatus amañada que nos conduciría a la independencia. Así realizaría su sueño de ser la presidenta de la república socialista de Puerto Rico. Todo lo anterior plantea la necesidad de educar intensamente a nuestro pueblo particularmente en lo que concierne a los beneficios de la estadidad, a los estragos que causaría la independencia y a los procesos democráticos y de buen gobierno.
El sorpresivo e inesperado triunfo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos nos presenta retos y oportunidades. La plataforma del Partido Republicano Nacional (GOP) nos presenta una gran oportunidad al señalar:
“Nosotros apoyamos el derecho de los ciudadanos de Puerto Rico a ser admitidos a la Unión como un estado completamente soberano. Reconocemos, además, el histórico significado del plebiscito local del 2012 en el cual una mayoría de 54% votó para terminar el actual estatus colonial como territorio y que 61% escogió la estadidad por sobre opciones de soberanía nacional. Apoyamos el referéndum sobre el estatus político federal auspiciado y presupuestado por una Ley Congresional en el 2014 para determinar las aspiraciones del pueblo de Puerto Rico. Una vez el voto del 2012 sea ratificado, el Congreso debe aprobar un acta habilitadora con los términos para la admisión futura del Estado 51 de Puerto Rico”.
Considero imprescindible que el nuevo gobierno, aprovechando esta ventana de oportunidad, se mueva rápidamente hacia llevar a cabo durante los primeros tres meses de su mandato el plebiscito con aval congresional entre estadidad o independencia aprobado en 2014 y luego someter un acta habilitadora, según propuesto en el programa del GOP. ¡Vamos pa’lante!
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