El mismo día en que se produce la noticia de la liberación de Oscar López por una decisión del presidente Obama, los secretarios del Tesoro y de Salud de los Estados Unidos, Jacob Lew y Mathews Burwell, enviaron una carta al liderato del Congreso para advertir que el abismo fiscal en el sistema de salud de Puerto Rico debe resolverse antes de abril.

Ambos le recordaron al Congreso que los fondos de Obamacare asignados a Puerto Rico podrán expirar en algún momento durante el presente año, por lo que el sistema de salud de la Isla necesita reemplazar $1,200 millones anuales. De esto no ocurrir, se crearía una crisis de enormes proporciones para alrededor de 900,000 personas que dependen de los servicios del plan Mi Salud. Exhortaron al Congreso a atender esta situación con urgencia.

Ese mismo día el licenciado Elías Sánchez -representante del gobernador ante la Junta Federal de Control Fiscal- le presentó a Ricardo Rosselló un informe en el que se indica que “la crisis fiscal de la Isla es real y es más severa de lo que la gente se imagina”. Indicó que si la Isla no hace un ajuste dramático en el área económica en los próximos meses, puede ocurrir un colapso e incluso un cierre de la administración. “Lo que van a enfrentar en las agencias es algo nunca antes visto”, dijo Sánchez.

Al día siguiente comenzaron las vistas públicas sobre el P. del S. 51 para llevar a cabo un plebiscito entre estadidad e independencia que decidirá el futuro de Puerto Rico como estado de la unión o república independiente.

La noticia de la liberación de Oscar López pautada para el 17 de mayo ha sido recibida con mucho ruido, júbilo y algarabía por sectores separatistas de nuestro pueblo que han querido -en lo que es un insulto a la razón- hacerle ver como un héroe nacional, orgullo de la Patria y un “triunfo de la nación puertorriqueña”.

Oscar López es un terrorista miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional que fue sentenciado a cumplir una condena de 55 años por querer derrocar el gobierno de los Estados Unidos en la Isla por medio de la violencia (conspiración sediciosa). En 1988 fue sentenciado a otros 15 años de prisión por un intento de fuga. Luego de haber cumplido 35 años de cárcel, saldrá en libertad.

Independientemente del asunto humanitario que está en juego, ya que Oscar ha cumplido una extensa sentencia y de que es un hombre de 74 años que aparentemente no representa un peligro para la sociedad, no es un asunto para sacarlo de proporción y volcarse el pueblo en un frenesí celebrando y fiesteando, particularmente en momentos en que se requiere de la mayor seriedad y compromiso social para enfrentarnos a la enorme crisis fiscal que nos azota.

Puerto Rico es un pueblo con gran predisposición a desviar fácilmente su atención de los asuntos verdaderamente trascendentales e importantes y distraerse con baile, botella y baraja.

Lo que está en juego en estos momentos es muy serio para nuestro pueblo. El abismo fiscal en que nos encontramos y la decisión sobre nuestro futuro requieren que concentremos nuestra atención en lo que es verdaderamente importante. Lo que está en juego es si seremos un pueblo progresista o nos convertiremos en un pueblo fantasma.

Los patrioteros que utilizando a Oscar nos tratan de vender la ilusión de una patria libre y soberana no te dicen que con ello se pondrá en riesgo tu ciudadanía americana, no habrá Medicare ni Medicaid, no habrá Becas Pell, ni existirá el Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y tampoco el WIC para alimentar a las familias de recursos limitados, especialmente madres y niños. Se perderán las ayudas federales de Head Start para niños de edad preescolar. Se perderán los fondos federales para el Departamento de Educación, que forman una tercera parte de su presupuesto. Las familias de recursos limitados no tendrán acceso a los subsidios de vivienda de la Sección 8. Perderemos la protección de nuestros derechos civiles y libertades bajo la Constitución de los Estados Unidos, la protección del FBI, la presencia de la Fiscalía Federal y del Tribunal Federal de Puerto Rico, que garantiza nuestros derechos como ciudadanos americanos.

Ya es hora de madurar y con los pies sobre la tierra no dejarnos engañar por patrioteros oportunistas.