La verdadera historia de Oscar López Rivera

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No olvidemos a las victimas de Oscar López y el FALN

Twitter: @Solus_Lupus_PR

Es increíble la forma llana y mediocre con que toma la prensa colonial el tema sobre el conocido terrorista boricua Oscar López. La prensa de Puerto Rico trata de convertir ante nuestros ojos a Oscar López; del peligroso terrorista que es; a una idílica imagen del viejito patriota, que hizo el sacrificio máximo por la independencia de su país de la tiranía de un gobierno opresor. Nada más lejos de la verdad.

Incluso, hay quienes comparan a Oscar López con Nelson Mandela o con George Washington (a este lo usan como ejemplo para acallar las voces estadistas en contra de su excarcelación). Pero a diferencia de esas dos figuras, Oscar López es un terrorista, que desea la independencia por las armas (la cual solo desea menos de un 5% de los boricuas) y tanto Nelson Mandela como George Washington deseaban la independencia o la eliminación del Apartheid que deseaba la mayoría de la ciudadanía en sus respectivos países. Gran diferencia, ¿No creen?

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Ahora bien, mucho se habla de Oscar López y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN); pero nadie se acuerda de sus victimas. Esas personas que mueren o son mutiladas, para luego ser nuevamente victimizadas e invisibilizadas al convertirse en simples estadísticas para representar la cantidad de destrucción que sus atentados crearon; pero al ser convertidos en números se minimiza lo grotesco, pero también se deshumaniza el drama humano detrás de los atentados. Yo no voy a caer en la trampa de una prensa colonial que no está dispuesta a presentar toda la historia; sino que dedicaré esta columna a presentar el lado humano de las victimas, los fallecidos, los sobrevivientes e incluso algunos familiares de las victimas de los atentados de Oscar López y el FALN. En esta columna tocaré específicamente el atentado contra la Fraunces Tavern en New York, efectuado en 1975.

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Comenzaré indicando que ese atentado terrorista fue perpetrado en enero de 1975 en el bajo Manhattan, en el Frauton o Fraunces Tavern, en donde la bomba detonó matando a 4 personas e hiriendo a cerca de 60 personas más. Entre los asesinados se encuentran Frank Connor (33), banquero joven con sobre 15 años de carrera, que había ascendido de oficinista a asistente de Vicepresidente de
Morgan Guaranty Trust; James Gezork (32 años) de Wilmington, Delaware; Alejandro Berger (28 años) quien trabajaba en una compañía química ubicada en Filadelfia y que recientemente se había mudado a los Estados Unidos; y Harold H. Sherburne (66 años) con una carrera en Wall Street de cuatro décadas. Y otras más de 60 victimas que quedaron heridas y mutiladas por este ataque vicioso.

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Así que comenzaré presentándole a Frank Connor, joven banquero que comenzó su carrera desde abajo siendo oficinista y escaló poco a poco hasta que luego de 15 años llegó a ser Assistant Vicepresident. Casado con Mary (a la que dejó viuda) y padre de dos niños, Joseph de 9 años y Tom de 11 años. La suegra de Mary, devastada por la muerte de su hijo, se dedicó en cuerpo y alma a cuidar a Mary y sus hijos. El cuerpo de Frank quedó tan mutilado que casi no pudo ser identificado.

Tambien les presentaré a Alejandro Berger de 28 años, casado con Diana que al momento del atentado estaba embarazada de seis meses de un varoncito. Sola, pues solo tres semanas antes se habían mudado de Uruguay a los Estados Unidos, sacó a su hijo adelante. Hoy casada nuevamente y con otro hijo; aún revive la tragedia que le arrebató a su primer marido y dejo huérfano a su hijo.

Entre los heridos también se encontraba William Newhall quien estaba almorzando con unos colegas y clientes, cuando la bomba de la FALN detonó justo al lado de su mesa. Frank, Alejandro y James estaban en su mesa y murieron instantáneamente, mientras Harold que estaba en otro piso, murió en agonía días después a causa de sus heridas. Todas las victimas de Fraunces Tavern eran padres, hijos, abuelos, tíos, cuñados, primos, sobrinos; pero principalmente gente inocente que se levantaron un día a trabajar, fueron allí para almorzar; y ya no regresaron a sus hogares con su familia. De Oscar López se dice que ya ha cumplido suficientes años de cárcel; pero los familiares de las victimas de este terrorista; cumplen cadenas y condenas de por vida; ya que jamas volverán a ver a sus familiares, los cuales les fueron arrebatados de la manera más cruel y salvaje que haya habido. Niños que se quedaron sin su padre que los acostaba y les leía cuentos antes de dormir; esposas (algunas recién casadas) que quedarón solas o desamparadas en un país desconocido, como Diana Berger; hijos que nunca conocieron a su padre porque aún no habían nacido, hermanos a los que les fue arrebatado el derecho a compartir sus vidas y logros con su hermano y así otros muchos dramas que la prensa 20130918-090258.jpgcolonial, políticos buscones y otras malas yerbas quieren que obviemos; para así justificar la liberación de un peligroso terrorista y hacerlo ver como un abuelito que le escribe cartas a su nieta desde la cárcel, en la cual está porque alegadamente un gobierno opresor lo metió allí injustamente. ¡PUES NO! Me niego a caer en la trampa de la prensa colonial y la desinformación. Oscar López no es un abuelito inocente; sino un vil terrorista que junto a la organización que cofundó; le quitó la vida a decenas de personas, mutiló e hirió a cientos más y le destruyó la vida a cientos de familiares de las victimas. Esto no debe ser olvidado y yo me encargaré de poner mi granito de arena para que así no ocurra.

Twitter: @Solus_Lupus_PR

Columna: La verdadera historia de Oscar López Rivera

Oscar López Rivera (Fotocomposición).

Oscar López Rivera (Fotocomposición).

Por: Lcdo. Alfredo Ocasio

Desde hace varios años, medios de comunicación y personeros del separatismo llevan a cabo una campaña mediática, tipo “Paz para Vieques” para la liberación de un supuesto “preso político” llamado Oscar López Rivera. La campaña se basa en que esta persona fue hallada culpable por asociación de sedición por su supuesta relación con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).

Ciertamente, esta campaña se basa en el supuesto de que los puertorriqueños tenemos memoria corta; no leemos ni tenemos la capacidad de hacer una investigación sobre las cosas. Dado a que los eventos criminales en que se vio involucrado el señor López, ocurrieron hace 40 años, es necesario refrescar la memoria de muchos, inclusive al actual presidente del PNP que endosa la liberación del señor López.La imagen puede contener: 3 personas, personas sonriendo, texto

El señor López es presentado por el periódico El Nuevo Día como un abuelito tierno quien desde la cárcel le escribe cartitas a su nietecita y que está preso solo por ser independentista ya que nunca estuvo involucrado en ningún hecho de sangre ni le causó daño a nadie. Tal afirmación es totalmente falsa.

En el 1999, la administración Clinton, buscando congraciarse con el congresista Luis Gutiérrez de Chicago (la FALN estaba basada en Chicago), le ofreció al señor López clemencia ejecutiva, la cual el señor López rechazó, urdiendo la mentira, que ahora se repite en esta campaña, como justificación para el ofrecimiento.

Debido al cambio de la administración Clinton sobre la política contra el terrorismo (lo que eventualmente llevó a los hechos del 11 de septiembre de 2001), la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos realizó una investigación y a continuación les doy un resumen de los hallazgos contenidos en el informe 106-488, de fecha 10 de diciembre de 1999, la cual desmintió totalmente a la administración Clinton.

La FALN, era un grupo terrorista del cual el señor Oscar López Rivera era uno de sus líderes principales. El señor López fue convicto, luego de celebrársele un juicio, de delitos que envolvían hechos de sangre que provocaron daño físico a personas. Cumple con una condena de sobre 70 años de prisión por los delitos cometidos. El señor López fabricó bombas, fue parte principal de una organización terrorista dirigida al derrocamiento del gobierno de los Estados Unidos y los crímenes que cometió justifican su sentencia.

El informe concluye que Oscar López Rivera es una persona violenta; es un terrorista.

La razón por la cual el señor López rechazó la clemencia que le fuera ofrecida por el Presidente Clinton fue esta contenía como condición que el señor López renunciara a cometer actos de violencia en el futuro. El señor López se negó a cumplir con dicha condición.

Además de los crímenes que cometió como miembro y líder del grupo terrorista FALN, el señor López urdió dos intentos de fuga de la cárcel federal donde se encontraba. En uno de dichos intentos, y de acuerdo al testimonio de testigos y grabaciones de sus propias declaraciones, el señor López pretendía, como parte de su plan, volar la cárcel en donde se encontraba utilizando los explosivos plásticos más poderosos conocidos militarmente, acribillar a balazos con armas automáticas a los guardias penales en las torres de vigilancia y lanzar granadas a aquellos guardias que lo persiguieran en su fuga.

Para acometer su plan, Oscar López Rivera conspiró para asesinar a varios confinados que amenazaron a su cómplice Richard Cobb; conspiró para asesinar al confinado George Lebosky después que sospechaba que éste pudiera delatarlo; y, conspiró para asesinar al traficante de armas Michael Neece con el propósito de obtener las armas que necesitaba para llevar a cabo su plan.

El señor López puso en ejecución un plan para obtener para su intento de escape lo siguiente: granadas de fragmentación, granadas de humo, granadas de fósforo, ocho rifles M-16, dos silenciadores, 50 libras de explosivos plásticos C-4, ocho chalecos anti-balas, 10 detonadores para usar con explosivos plásticos y 100 peines con 30 balas, cada uno, para uso con armas automáticas.

En su evaluación, el oficial probatorio de Oscar López Rivera concluyó que el remordimiento por los actos cometidos, la rehabilitación y la conducta positiva en él, era mínima o inexistente; que él ha demostrado un sostenido y consistente compromiso con el uso de la violencia y las armas; que está dispuesto a utilizar cualquier medio para obtener su libertad con el propósito de derrocar los principios del gobierno de los Estados Unidos; y que para el señor López Rivera la vida humana no tiene valor alguno con tal de lograr su propósito.

Oscar López Rivera era parte de la espina dorsal de una organización terrorista que asesinó a un número de personas, plantó sobre 130 bombas y es testigo de asesinatos que no se han esclarecido por su negativa a cooperar y ofrecer testimonio para sus esclarecimientos.

Oscar López Rivera, junto a la FALN, estuvo envuelto en 72 atentados terroristas con bombas, 40 ataques incendiarios, ocho tentativas de actos terroristas con bombas, 10 amenazas de bombas, cinco asesinatos, causó heridas a 83 personas y pérdidas a la propiedad de sobre $3 millones.

Oscar López Rivera estuvo directa y personalmente envuelto en estos ataques con bombas y ataques incendiarios desde temprano en la década de los ’70 del siglo pasado; era un reclutador de terroristas, entrenador en la fabricación y uso de bombas, sabotaje y otras técnicas de la guerra de guerrillas.

Estableció a través de la nación guaridas y fábricas de bombas en donde escondió cientos de libras de explosivos, detonadores, aparatos de detonación retardada, armas, municiones, silenciadores, escopetas recortadas, disfraces, documentos de identidad robados y alterados, al igual que dinero producto de robos, así como vehículos de motor hurtados.

Como vemos, el señor Oscar López Rivera no es ningún preso político. Es un criminal violento y desalmado. Es un terrorista de la misma calaña que los que perpetraron los eventos del 11 de septiembre de 2001 y el bombazo de Boston.La imagen puede contener: una o varias personas

Decir que el señor López Rivera es culpable por asociación, como expone esa campaña mediática, es el equivalente a exculpar a Osama Bin Laden de responsabilidad por el asesinato de gente inocente porque él no estaba allí o no guiaba uno de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas.

Le pido a todo aquel amante de la paz y del reino de la ley y el orden que no respalden esa campaña mediática basada en la mentira y el engaño. Especialmente le pido al Comisionado Residente Pedro Pierluisi a que de inmediato retire su apoyo a la liberación de este criminal.

El Partido Nuevo Progresista (PNP), como institución, tiene que oponerse a esa campaña de falsedades y mentiras. Nadie que se respete a sí mismo en el PNP puede apoyar esa causa y me sorprende que ninguno de esos líderes haya hecho lo que yo hice: simplemente buscar la información y publicarla.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES.

Nota: El licenciado Alfredo Ocasio es abogado y analista radial en la emisora Notiuno.

Las columnas, colaboraciones y comunicados de prensa publicados por LA CALLE Digital son de la entera responsabilidad de sus autores, pues representan su opinion y/o la información que proveen. LA CALLE Digital, sus editores ni sus auspiciadores se solidarizan necesariamente con el contenido de los escritos.

Columna: La verdadera historia de Oscar López Rivera

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El Terrorismo de la FALN en EE.UU. – LatinAmericanStudies.org

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En 1973, los grupos terroristas puertorriqueños Movimiento Independentista ….. Oscar López Rivera, el jefe de la FALN, fue detenido el 29 de mayo de 1981 por …

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Jan 17, 2017 – El terrorista puertorriqueño Oscar López Rivera, quien llevaba más de tres décadas preso en EEUU, fue indultado por Barack Obama.

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La Crónica Gráfica
(San Juan) 1987
Entrenados en Cuba:
El Terrorismo de la FALN en EE.UU.Por Armando André
(Segundo de una serie de seis artículos)

En 1973, los grupos terroristas puertorriqueños Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA) y los Comandos Armados de Liberación (CAL), habían sido neutralizados. El MIRA fue infiltrado por el policía Rafael Antonio Nieves, produciendo acusaciones por conspiración contra 20 de sus miembros, y el CAL se disolvió después que el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) se acogió a la vía electoral y públicamente les retiró su apoyo tras la colocación de dos bombas el 20 de mayo de 1972 en el hotel Cerromar de Dorado durante el certamen de Miss U.S.A.La imagen puede contener: 10 personas

En 1974, Filiberto Ojeda Ríos, el «padrino» del terrorismo puertorriqueño y fundador del MIRA, reagrupó en Nueva York a los elementos expertos más decididos del MIRA y el CAL, para crear las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), con la asistencia de la misión cubana ante las Naciones Unidas, a través de Julián Torres Rizo, oficial de la Dirección General de Inteligencia (DGI) y Primer Secretario de la misión cubana en Nueva York hasta 1978, quien al siguiente año fue designado Embajador en Granada hasta la invasión norteamericana en 1983, cayendo en desgracia por su cobardía.

La intención de la FALN era «combatir al imperio desde adentro y con todas las armas,» según declaró el terrorista William Morales, y obtener con sus actos violentos más publicidad internacional de la que habían logrado limitando sus acciones a Puerto Rico. «Otro propósito de la FALN era que el pueblo americano le cogiera odio a los puertorriqueños en Estados Unidos por los actos terroristas, y al estos sentirse discriminados, se identificarían con la independencia de Puerto Rico,» señala un policía puertorriqueño de la División Antiterrorista.

El 26 de octubre de 1974, en conmemoración de la insurrección nacionalista de 1950, la FALN realizó cinco atentados dinamiteros contra las oficinas de bancos y corporaciones norteamericanas en Nueva York, caracterizando sus bombas con tanques de gas propano para aumentar la fuerza de expansión y dejándolas dentro de bolsas de aerolíneas. «Hemos abierto dos frentes. Uno en Puerto Rico y el otro en Estados Unidos,» afirmaron en su primer comunicado, donde admonestan el rechazo del PSP en 1972, afirmando, «para ser verdaderamente revolucionario, un partido debe educar y organizar las masas para tomar el poder a través de un vehículo organizado y disciplinado, un Ejército Revolucionario del Pueblo. Un partido que falla en hacer esto cae en el reformismo y se convierte en un agente de la burguesía para continuar la explotación y opresión del pueblo.» La FALN también se acreditó las bombas que estallaron en las tiendas de Manhattan el Día de Nochebuena de 1972 y el Día de los Enamorados de 1973, que por su método de operación en aquella ocasión las autoridades las atribuyeron al MIRA, y las explosiones en la estación de Policía y la Alcaldía de Newark, New Jersey, el 28 de septiembre de 1974, en venganza de la «represión» policiaca contra los manifestantes hispanos en los disturblos callejeros en Newark que había incitado el PSP.

El 11 de diciembre de 1974, la FALN colocó una bomba trampa detrás de la puerta de un edificio abandonado en el 336 E. 110 Street, en el barrio hispano, a ocho cuadras de donde vivió el dirigente del MIRA Carlos Feliciano Vásquez, y una mujer llamó a las autoridades reportando que allí había un cadáver. El policía puertorriqueño Angel Felipe Poggi, de 22 años, perdió un ojo y recibió graves lesiones en la explosión, al abrir la puerta de entrada. El segundo comunicado de la FALN. señaló que esa era «la respuesta del pueblo puertorriqueño al asesinato brutal de Martín (Tito) Pérez por los animales sadistas del Precinto 25 el domingo, Dic. 1, 1974.» Pérez, un músico boricua de 31 años, fue arrestado junto con otras dos personas por conducta desordenada, y se ahorcó con un cinturón al ser dejado olvidado en una celda. Después de una investigación de un mes, donde fueron interrogados 18 testigos, un gran jurado determinó que la muerte de Pérez fue suicidio.

El atentado más notorio de la FALN fue la explosión de una bomba en un maletín que dejaron en un pasillo del restaurante Fraunces Tavern en el área de Wall Street en Nueva York, el 24 de enero de 1975, durante la congestionada hora de almuerzo, matando a cuatro personas e hiriendo a otras 55. En el comunicado No. 4, el Comando Central de la FALN dice, «los blancos de nuestro ataque eran los banqueros, bolsistas, e importantes ejecutivos corporativos de monopolios y corporaciones multinacionales. Estos no son amigos de la clase trabajadora. Pero los enemigos de la humanidad en todas partes.» También culpan a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por la detonación de una bomba en un acto socialista en Mayagüez.que mató a dos subversivos.

El boceto de la policía de uno de los dos sospechosos del ataque a Fraunces Tavern demuestra los prominentes rasgos faciales de Ojeda, y el otro boceto se parece a Roberto José Todd Pagán, fundador del MIRA, que aún permanece fugitivo. Oieda regresó a Puerto Rico en 1976 para fundar el Ejército Popular Boricua – Macheteros, al que aludía en el primer comunicado de la FALN.

El 2 de abril de 1975, la FALN detonó cuatro bombas en Manhattan, hiriendo a dos transeuntes. En el primer aniversario de la FALN, el 26 de octubre de ese año estallaron 12 bombas casi simultaneamente en edificios públicos y comerciales en Nueva York, Chicago y Washington.

El 19 de noviembre de 1975, el fugitivo del MIRA, Juan Antonio «Papo» Castillo Ayala, alias «Víctor Flecha,» quien había estado trabajando de mozo en un colegio rabínico, fue arrestado por el FBI en Nueva York. Le ocuparon manuales de guerra del ejército y recortes de periódico sobre los recientes atentados de la FALN. Castillo fue puesto en libertad el 25 de enero de 1976 ya que el caso M70-2144 al 2163 pendiente en Puerto Rico desde 1970, había sido archivado el 15 de julio de 1974 por el Juez Superior de San Juan, Carlos Maldonado Casillas. Castillo regresó a la isla, donde Filiberto Ojeda lo incorporó a los Macheteros.

Al día siguiente de la captura de Castillo, la oficina del gobernador Rafael Hernández Colón, emitió un comunicado señalando a Filiberto Ojeda como miembro de la FALN «entrenado en sabotaje y terrorismo en Cuba,» añadiendo que la FALN consistía de 10 miembros organizados en células de tres personas en Nueva York, Chicago y Washington, y que estaban en contacto con los terroristas norteamericanos del Weather Underground y con la Dirección General de lnteligencia (DGI) de Cuba.

La FALN había realizado 60 atentados dinamiteros desde 1974 hasta el 3 de noviembre de 1976, cuando la policía de Chicago ocupó una de sus casas de seguridad en el 26-59 Haddon Avenue, donde habían documentos de la FALN, 211 cartuchos de dinamita y 50 libras de nitrato de carbón, después que un drogadicto que estaba vendiendo dinamita en la calle señaló a las autoridades el lugar que escaló para adquirirla. A través de las huellas digitales ocupadas, se emitieron órdenes de arresto contra el jefe de la FALN Oscar López Rivera, de 33 años; su esposa Ida Luz «Lucy» Rodríguez, 26; el lugarteniente de la FALN, Carlos Alberto Torres, 24; y su esposa Marie Haydée Beltrán Torres, 21,.quienes se fueron todos al clandestinaje. «Lucy» Rodríguez trabajó para la Agencia de Protección Ambiental del gobierno federal, y nunca había estado en Puerto Rico, igual que la mayoría de los miembros de la FALN que nacieron en Estados Unidos y se sentían frustrados y marginados de la sociedad norteamericana.

Los terroristas puertorriqueños, muchos de los cuales estaban desempleados, vivían del narcotráfico, los asaltos a bancos y carros blindados, y varios secuestros de ricos delincuentes boricuas como Raymond Márquez, el «Rey de la Bolita» en el barrio hispano de Nueva York, quien tuvo que pagar a la FALN un jugoso rescate por su libertad. El FBI y la Policía de Chicago establecieron una conexión entre Carlos Alberto Torres y el narcotraficante cubano Luis «Cuba» Valdez, distribuidor de la droga proveniente de Cuba, según reportó el Chicago Sun-Times, abril 16, l979, página 14.

Carlos Alberto Torres nació en Ponce el 19 de septiembre de 1952, y de niño se trasladó a Nueva York con sus padres y sus dos hermanas y luego a Chicago. En 1973 fue arrestado dos veces por conducta desordenada durante manifestaciones en Chicago. Su padre, el reverendo José A. Torres, es pastor de la Primera Iglesia Congregacional de Chicago. Carlos Alberto Torres expresó interés en ser sacerdote episcopal, por lo que la parroquia de su padre le dió una carta de referencia con la que se asoció a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal, que desde 1972 dirigía la chicana María T. Cueto en Nueva York.

En la guarida de la FALN en Chicago, las autoridades ocuparon una carta de Torres a Cueto, por lo que ella y su secretaria Raisa Nemikin fueron citadas a comparecer ante un gran jurado federal en Nueva York investigando la FALN. Ambas fueron representadas por las abogadas Margaret Ratner y Elizabeth Fink del subversivo Center for Constitutional Rights. Al negarse a testificar, Nemikin y Cueto fueron encarceladas en febrero de 1977 durante 10 meses por desacato judicial. El obispo de la Iglesia Episcopal de Puerto Rico, Francisco Reus Froilán, activista de las causas izquierdistas, salió en defensa de Cueto.

Cueto alegadamente usaba su puesto para canalizar dinero de la Iglesia Episcopal a grupos terroristas, incluyendo la FALN, y le costeaba los gastos de viajes a Torres como miembro sin sueldo de la Comisión. En una entrevista en el San Juan Star, agosto 12, 1984, página 18, cuando cumplía una segunda condena por desacato criminal, la mexicana-americana dijo, «encontré que lo que el gobierno estaba haciendo a mi gente era lo mismo que le estaba haciendo a los puertorriqueños en el Este. El gobierno tiene un plan deliberado, y es una cuestión de luchar contra el genocidio. Por lo tanto, la FALN tiene un derecho legitimo de existir.»

La dinamita ocupada a la FALN en Chicago fue rastreada hasta un área de construcción en Denver, Colorado, donde reside el chicano marxista Ricardo Romero, miembro fundador de la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal. Explosivos usados por la FALN en bombas colocadas en Nueva York y Chicago fueron robados cerca de Tierra Amarilla, Nuevo México, foco de actividad política de chicanos izquierdistas como Pedro Archuleta, quien también pertenecía a la Comisión.

Archuleta, representado por el abogado José «Abby» Lugo, defensor de los Macheteros, en junio de 1977 fue encarcelado 10 meses por desacato judicial ante un gran jurado federal de Nueva York cuando se negó a contestar las siguientes preguntas: «¿Sabe usted cual es el origen de los explosivos que se emplearon en la acción terrorista perpetrada contra Fraunces Tavern? y ¿Robó usted dinamita de las obras de construcción en Heron Dam, cerca de Parkview, Nuevo México?»

En junio de 1977, activistas boricuas ligados a la FALN y chicanos izquierdistas crearon el Movimiento de Liberación Naclonal (MLN) que actualmente dirige el puertorriqueño Julio Rosado Ayala en Nueva York, quien fue reportero del San Juan Star, y junto con su hermano Luis, pertenecía a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal. Al poco tiempo, los hermanos Andrés, Julio y Luis Rosado Ayala, todos veteranos del ejército norteamericano, fueron encarcelados 10 meses por desacato judicial al negarse a permitir que les tomaran pruebas de la voz, las huellas digitales y sus trazos caligráficos, para compararlos con grabaciones de mensajes telefónicos y comunicados de la FALN atribuyéndose atentados dinamiteros. Los Rosado fueron representados por el izquierdista William Kunstler, quien defendió al terrorista Carlos Feliciano Vásquez del MIRA, y actualmente es abogado del jefe machetero Filiberto Ojeda, arrestado el 30 de agosto de 1985 por el robo de $7.2 millones de la Wells Fargo en Hartford, Connecticut.

El vinculo de la FALN con los mexicano-americanos marxistas se evidenció en su comunicado No. 5 del 15 de junio de 1975, adjudicándose la bomba que no detonó en el edificio federal de Chicago, contra las oficinas del «Departamento de Inmigración que actualmente esta tratando de culpar a nuestros hermanos y hermanas chicanos por los fallos del sistema económico. Esta agencia es responsable por la deportación masiva y acciones represivas contra nuestros trabajadores y mexicanos.»

El 3 de agosto de 1977, Marie Beltrán Torres dejó una bomba dentro de una sombrilla en la oficina de empleo de la Mobil Oil en Nueva York, que decapitó a un hombre e hirió a varias personas. Una de sus huellas digitales apareció en la solicitud de empleo que entregó con un nombre falso como pretexto para entrar en el edificio.

El próximo golpe a la FALN ocurrió el 12 de julio de 1978, cuando a William Morales, de 28 años, le estalló una bomba que preparaba, cercenándole las manos, cegándole un ojo y desfigurándole el rostro. Morales había sido compañero de escuela de Luis Rosado, y su esposa Dylcia Noemí Pagán lo involucró en el activismo político. En su apartamento del 26-49 96 Street, Queens, las autoridades ocuparon 66 cartuchos de dinamita, 530 libras de químicos, tanques de gas propano como los usados por la FALN en sus bombas, mecanismos de tiempo, armas, mil libras de municiones, y comunicados de la FALN, entre otras cosas. También confiscaron dinero y equipo perteneciente a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal, a la cual Morales perteneció en 1975.

Morales, quien no presentó defensa al declararse «prisionero de guerra,» fue sentenciado de 29 a 89 años de presidio y logró escapar del hospital Bellevue el 21 de mayo de 1979 con la ayuda de su abogada comunista, la activista lesbiana Susan Tipograph, quien alegadamente le proveyó un alicates y coordinó que lo esperaran en un auto miembros de la Organización Comunista 19 de Mayo y del Ejército Negro de Liberación (BLA).

Después del triunfo de la revolución Sandinista en Nicaragua en julio de 1979, Filiberto Ojeda recibió órdenes de Cuba para consolidar a todos los grupos terroristas puertorriqueños en un solo mando directivo, igual que el régimen de La Habana había logrado la unidad de los sandinistas y posteriormente de las diferentes guerrillas salvadoreñas. El Departamento América del Partido Comunista cubano quería bregar con una sola representación boricua por razones de seguridad y para canalizar sus labores. Como resultado, en septiembre de 1979, en una reunión entre Ojeda, Juan A. Corretjer y Federico Cintrón Fiallo, jefe de las Fuerzas Armadas de Resistencia Popular (FARP), crearon el Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños (PRTP), que incorporaba la FARP, la FALN, el Ejército Popular Boricua–Macheteros, y la Organización de Voluntarios por la Revolución Puertorriqueña (OVRP).

La primera acción coordinada del mando directivo fue las detonaciones de ocho bombas en Puerto Rico, Chicago y Nueva York el 17 de octubre de 1979.

La FALN tuvo su mayor revés el 4 de abril de 1980, cuando once terroristas que se habían robado una camioneta esa manana, fueron detenidos mientras aguardaban asaltar un camión blindado en la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois. Carlos Alberto Torres, su esposa Marie Haydée Beltrán Torres, Ida Luz Rodríguez, (esposa del jefe de la FALN Oscar López Rivera), Dylcia Noemí Pagán (esposa de William Morales), Alicia Rodríguez, Carmen Hilda Valentín, Ricardo Jiménez, Elizam Escobar, Adolfo Matos, Luis Rosa y Alfredo «Freddie» Méndez, quienes se declararon «prisioneros de guerra,» se negaron a comparecer a juicio, y le gritaron «payaso» y «títere» al juez que los sentenció de 55 a 90 años de presidio. «Lo único que siento es no poder darles la pena de muerte,» les respondió el magistrado.

La licencia de conducir de Ida Luz Rodríguez tenía la dirección de una casa en Milwaukee, Wisconsin, donde residía con su esposo Oscar López Rivera, jefe de la FALN, quien logró evadirse antes que las autoridades allanaran el lugar. Allí ocuparon un rifle que había sido robado de una armería de la Guardia Nacional en Oak Creek, Wisconsin, y un disfraz de cartero usado en el asalto a un camión blindado en Milwaukee el 24 de diciembre de 1979. El fugitivo William Morales dirigió el operativo contra la armería, pero no pudieron obtener más armamentos porque no aparecieron dos miembros de la FALN supuestos a llevar ametralladoras y explosivos para volar una puerta interior. El FBI también ocupó el apartamento de Carlos Alberto Torres y Marie Haydée Beltrán en Jersey City, New Jersey, y encontraron una lista con los nombres de 100 ejecutivos de corporaciones norteamericanas, para posibles secuestros por rescate.

William Morales optó por huir a México en septiembre de 1980, y «Freddie» Méndez, quien no sabía hablar español, comenzó a cooperar con el FBI el 3 de mayo de 1981, para que le rebajaran su condena de 75 años a 20. Méndez delató los métodos de operación y las.casas de seguridad de la FALN, en las que los terroristas fabricaban escondites para las armas, explosivos, uniformes y documentos tras paneles falsos en los pisos y las paredes, en los marcos de las puertas, debajo de las sillas y dentro de televisores.

Oscar López Rivera, el jefe de la FALN, fue detenido el 29 de mayo de 1981 por la policía de tránsito de Glenview, un suburbio de Chicago, al no parar su auto en una intersección y doblar equivocadamente. Se ocupó una pistola en el carro, y fue arrestado con su acompañante Wilfredo Santana Pinto, quien fue puesto en libertad y desde 1985 se ha desaparecido. López Rivera fue convicto a 55 años de presidio con el testimonio de «Freddie» Méndez.

Méndez declaró que fue reclutado para la FALN por el profesor José López Rivera, hermano del jefe de la FALN, cuando estudiaba en Northeastern Illinois University. Las terroristas Ida Luz Rodríguez y Carmen Hilda Valentín también asistieron a dicha universidad, mientras Carlos Alberto Torres, Marie Haydée Beltrán, Alicia Rodríguez y Luis Rosa estudiaron en la Universidad de Illinois – Circle Campus.

En su testimonio, Méndez señaló que las decisiones para las grandes operaciones terroristas en Estados Unidos necesitan la aprobación del Comando Central de la FALN, que lo incorporaban Julio Rosado Ayala, dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) en Nueva York; el profesor José López Rivera en Chicago; y el fallecido Juan Antonio Corretjer Montes, quien era secretario general de la Liga Socialista Puertorriqueña (LSP) en San Juan. También dijo que los miembros de la FALN en Chicago usaban máscaras cuando se reunían, y a veces hasta dormían con ellas, para ocultar su identidad entre ellos mismos.

Algunos estudiosos ven un paralelo entre los miembros de la FALN y los terroristas rusos del Siglo XIX que lucharon contra el Zar Alejandro II. Estos en su mayoría eran intelectuales empeñados en la lucha por la igualdad de justicia, dedicados a principios humanísticos, quienes convirtieron sus frustraciones en militancia política, terrorismo y el asesinato del zar con una bomba en 1881. Los puertorriqueños de la FALN se criaron en los barrios hispanos pobres en Nueva York y Chicago, cursaron estudios universitarios y al desencantarse con su labor social en la comunidad, desahogaron sus frustraciones con el terrorismo.

Marie Haydée Beltrán admitió en una entrevista en el San Juan Star sept. 16, 1984, página 34, que «trabajando en la comunidad, uno ve que no se logran los cambios que crees que son necesarios… y la pobreza que uno ve lo hace más así. Mi madre fue humillada tantas veces.» William Morales declaró en el semanario comunista Claridad, mayo 31, 1985, p. 4: «Nueva York es una ciudad racista… Vivíamos como pueblos cautivos dentro del Imperio. Al lado del Barrio había un asentamiento de clase media… en ese barrio de clase media se reprimía el tráfico de drogas y en el nuestro se alentaba. Como excusa para reprimir. Para justificar esa presencia continua de la policía que está para impedir que te organices.»

La FALN volvió a surgir en Nueva York el 28 de febrero de 1982 bajo el mando de Luis Rosado Ayala, con cuatro dinamitazos en el distrito financiero de Wall Street. Rosado aún permanece prófugo por un asalto y secuestro en Chicago en diciembre de 1980.

La reactivación de la FALN se debió a la coordinación de sus actividades con los grupos terroristas norteamericanos, Organización Comunista 19 de Mayo (una facción del Weather Underground) y Ejército Negro de Liberación (BLA), que ayudaron en la fuga de William Morales. En marzo de 1982, el FBI encontró en una casa clandestina rentada en Pittsburgh por Nathaniel Burns, del BLA, las huellas digitales de Julio Rosado Ayala, de la FALN, de Joanne Chesimard, dirigente del BLA y prófuga del presidio desde 1979, y del abogado subversivo Michael Deutsch, defensor de varios miembros de la FALN y del machetero Orlando González Claudio.

El 19 de septiembre de 1982, la FALN detonó un artefacto explosivo frente a un banco en Nueva York, y el 31 de diciembre de ese año estallaron bombas nocturnas en el cuartel general de la Policía de Nueva York, en el Centro de Corrección federal, en el edificio de oficinas federales, en el Tribunal Federal de Brooklyn, y un quinto artefacto fue neutralizado. Un policía perdió una pierna y dos del equipo de desmantelación de explosivos fueron gravemente heridos, con pérdida parcial de los dedos y la vista. Luis Rosado Ayala fue identificado por «Freddie» Méndez como el que Ilamó a una estación de noticias para atribuirle a la FALN los atentados.

Dos semanas antes de esas explosiones, el 17 de diciembre de 1982, Julio Rosado Ayala visitó Puerto Rico y fue fotografiado por agentes de inteligencia cuando se reunía con el terrorista Juan A. Corretjer, comandante de los Macheteros, miembro del Comando Central de la FALN y dirigente de la Liga Socialista Puertorriqueña (LSP); con el dominicano Federico Cintrón Fiallo, jefe de las Fuerzas Armadas de Resistencia Popular (FARP), y militante del Comité Unitario Contra la Represión (CUCRE) y de la LSP, arrestado en 1976 por robo bancario; y con Carlos Noya Murati, militante del CUCRE y de la LSP.

El 16 de febrero de 1983, fueron convictos por desacato criminal ante el gran jurado que investigaba la FALN y sentenciados a 3 años de presidio los puertorriqueños Esteban Guerra, los hermanos Andrés y Julio Rosado Ayala, y los chicanos Ricardo Romero y María Cueto, todos miembros de la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal. Las huellas digitales de dos de los acusados y un arma comprada por Andrés Rosado fueron encontradas en el apartamento de seguridad de la FALN donde le estalló la bomba a William Morales.

El gran jurado federal de Brooklyn citó a Noya y a Cintrón a una comparecencia en marzo de 1983, en la que se negaron a testificar. Al siguiente año fueron juzgados por desacato criminal y condenados a dos años de presidio, saliendo ambos en libertad a fines de 1985.

El 26 de mayo de 1983, William Morales fue detenido en un café en Puebla, México, donde esperaba una llamada telefónica de Chicago. Surgió una balacera donde murieron su guardaespaldas Adelaido Villalfranco Contreras y un policía. En un tiroteo posterior en la residencia de Morales en Cholula, murió su amante Patricia Judith Vidrio Anguiano, y el hijo de ella, de 13 años, resultó herido, mientras otros dos terroristas escaparon.

Morales se quejó que firmó (aunque no tiene manos) una confesión y dos documentos jurídicos después que fue golpeado y torturado con choques eléctricos por las autoridades mexicanas. La confesión señala que Morales y sus compinches habían ido a Puebla para poner bombas en una reunión de legisladores mexicanos y norteamericanos. El 11 de diciembre de 1984, Morales fue sentenciado a 12 años de presidio en México por homicidio, y después que cumpla esa condena tiene pendiente una orden de extradición a Nueva York donde le espera la de 29 a 89 años.

Otro golpe mortal a la FALN ocurrió el 29 de junio de 1983, con el arresto en Chicago de Alejandrina Torres (esposa del reverendo José A. Torres y madrastra de Carlos Alberto Torres), Edwin Cortés, Alberto Rodríguez y José Luis Rodríguez, y el allanamiento de dos apartamentos de seguridad, donde ocuparon armas, miles de balas, documentos de identificación falsos, chalecos a prueba de bala, disfraces, 24 detonadores y 21 libras de dinamita. El FBI tuvo los lugares bajo vigilancia por seis meses con micrófonos y una cámara que tomó 130 horas de video. Agentes del FBI alquilaron un apartamento adyacente y filmaban cada vez que los oían entrar. Desde uno de los teléfonos interceptados, Alejandrina Torres llamó a William Morales a Puebla el 19 de mayo, efectuando así la pista que condujo a su arresto.

Torres, Cortés y Alberto Rodríguez asumieron su propia defensa y dijeron que no reconocían la autoridad de las cortes norteamericanas. El cuarto acusado, José Luis Rodríguez, sostuvo que no era miembro de la FALN. El 4 de octubre de 1985, Torres, Cortés y Adalberto Rodríguez fueron sentenciados a 35 años de prisión por posesión de armas y explosivos y conspiración para atacar dos instalaciones militates en Chicago y la planificación del asalto de un colector de tarifas del tránsito público para financiar sus actividades, mientras José Luis Rodríguez fue sentenciado a 5 años de probatoria por conspiración sediciosa. Parte de la evidencia incluyó el testimonio de «Freddy» Méndez y un video que demuestra a Edwin Cortés y Alejandrina Torres fabricando bombas.

El último atentado atribuido a la FALN ocurrió el 18 de agosto de 1983, frente al Centro de Computadoras de la Marina en Washington, aunque una llamada advirtió que la bomba estallaría en el Instituto de Computadoras del Departamento de Defensa del edificio adyacente.

El saldo terrorista de la FALN durante nueve años incluye unos 120 atentados dinamiteros, cinco muertes, más de 80 heridos y $3.5 millones en daños a propiedades.

El 19 de abril de 1984, fueron sentenciadas a dos años de presidio por desacato criminal Sylvia Baraldini, de 36 años, militante de la Organización Comunista 19 de Mayo, y Michelle Miller, 38, dirigente del Nuevo Movimiento en Solidaridad con la Independencia y el Socialismo de Puerto Rico. La policía ocupó en el apartamento que compartían una copia carbón de un comunicado de la FALN atribuyéndose las explosiones del 28 de febrero de 1982, poco después que éstas se efectuaron. Baraldini, quien trabajaba como asistente legal de la licenciada comunista Susan Tipograph, también fue convicta por el intento de asalto de un camión blindado en Danbury, Connecticut, en 1980.

Pamela Fadem, de 32 años, de Austin, Texas, veterana del grupo terrorista Weather Underground, fue sentenciada a 3 años de probatoria el 19 de abril de 1985 por desacato criminal, al no testificar ante el gran jurado investigando la FALN. El juez tomó en consideración su mal estado de salud al darle la leve condena. Se le sospechaba de participar en el robo de explosivos en Austin en 1980, los cuales fueron usados en bombas de la FALN y algunos posteriormente fueron ocupados en casas de seguridad de la Organización Comunista 19 de Mayo y el Praire Fire Organizing Committee (un desprendimiento del Weather Underground), en Pennsylvania, New Jersey y California.

En 1985, el argentino Claude Daniel Marks, de 36 años; Robert Bruce McBride, 40; Donna Jean Willmott, 36; Joan Ann Sokolower, 38; y Karen Myra Shain, 38, miembros del Praire Fire Organizing Committee, conspiraron con el jefe de la FALN, Oscar López Rivera, para planear su fuga de la penitenciaría federal de Leavenworth, Kansas, usando ametralladoras, granadas, un arma antitanque liviana y un helicóptero. López incluyó en el plan de fuga al asesino Grailing Brown, del Ejército Negro de Liberación (BLA), a Richard Cobb, y a un preso que inmediatamente los delató a las autoridades, a quien el FBI le pidió que continuara como encubierto hasta producirse los arrestos el 3 de julio de 1986.

En un intento por conseguir las armas y explosivos para la fuga, el terrorista Marks y el puertorriqueño Jaime Delgado, consejero en Northeastern Illinois University (donde estudiaron algunos miembros de la FALN), se reunieron con un agente encubierto del FBI, quien le vendió explosivos falsos a Marks y le colocaron un micrófono en el carro. La investigación fue interrumpida cuando Marks descubrió que era interceptado y se fue al clandestinaje.

El FBI determinó que López Rivera se comunicaba con los conspiradores a través de mensajes que enviaba por medio de su cuñada Dora García López y la chicana Viola Salgado, asistente legal de su abogado, y las visitas fueron filmadas secretamente. Al efectuarse las detenciones, López y Brown fueron trasladados a la prisión federal de Marion, Illinois, que tiene el sistema más alto de seguridad en Estados Unidos, donde aún esperan juicio por el intento de f uga.

(En la próxima edición: El origen de los Macheteros)

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