Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés
Twitter: @SecAsuntosPR

Iván, veamos los números de la UPR para entender sus oportunidades de éxito. Tú y yo somos productos de la UPR por lo que cuando digo éxito me refiero a mantenerla abierta y operacional. Lo aclaro porque para algunas personas el éxito de la UPR es la desestabilización del gobierno del PNP olvidando que con sus acciones le hacen más daño a la Universidad.

Ciertamente, un recorte a los gastos de $450 millones para el año fiscal 2021 sería devastador para la UPR. Aunque eso lo estableció la junta, se ha trabajado para que no suceda así. Primero, los técnicos del gobierno que, el gobernador puso a disposición de la UPR, han modelado el impacto de los recortes al subsidio para que el impacto de $450 se posponga hasta el año 2023. Segundo, con las medidas para allegar ingresos nuevos del gobernador, la presidenta interina y el liderato estudiantil, la pérdida de ingresos de la UPR será, en su punto más alto, $230 millones anuales y NO $450 o $512 millones. Decir lo contrario es mentir y punto.

Así, la UPR en el año 2023 tendría que ajustar su presupuesto de más de $1,470 millones en solo 15% (ajustes por $230 millones). Este ajuste para 2023 es comparable al que ya realizó el gobierno central y las corporaciones públicas para este próximo año 2018. Si la UPR adopta un aumento a la matrícula solo para aquellos que la pueden pagar, el ajuste en gastos sería mucho menor y lo que haría falta es recortar en gastos por alrededor de 10% de su presupuesto actual ($170 millones). Esto, no para el 2018 como el resto del gobierno sino para 2023.

Esos son los números, lo demás, excusas. Aquellos que gritan a los cuatro vientos “auditoría ya” sepan que por mandato del gobernador tienen todos los documentos de la deuda disponibles. La junta y los tribunales se encuentran auditando la deuda. Si alguien más quiere auditarla… que no hable más y la audite. Los documentos están esperando desde hace tres semanas y ningún autodenominado “comité” ha solicitado un papel.

Lcdo. Iván Rivera
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Ramón, si alguien mantiene una deuda de gratitud con la Universidad soy yo. Me brindó la oportunidad de estudiar a pesar de provenir de un entorno de pobreza.

Contrario a lo expresado por la junta, siempre hay espacio para negociar en cuanto a la forma en que se deben llevar a cabo los recortes necesarios. Incluso, un proceso paulatino de “destete” presupuestario de la Universidad respecto al gobierno, puede llevarnos a mediano plazo a alcanzar una verdadera autonomía. Pero, con la misma cerrada no se va a lograr. Los promoventes del cierre aparentemente no se han enterado que hace dos semanas el Estado Libre Asociado radicó su solicitud de quiebra. Desde ahí, toda lucha y estrategia en defensa de la UPR cambia. Ya, el futuro presupuestario de la Universidad no está solamente en manos de los políticos del País. La lucha comienza en los tribunales.

La Ley Núm.26 en su Capítulo VI brinda al gobierno la flexibilidad de utilizar fondos como los de Cofina, según sea apropiado, para asegurar que los servicios esenciales sean ofrecidos. Eso es un gran paso de avance para terminar con una de las mayores estafas que hemos sufrido y hay que felicitar al gobernador por eso.

Cofina fue creada por hábiles banqueros de Wall Street para darle la vuelta al tope de deuda constitucional y robarnos nuestros ingresos de impuestos al consumo para sostener niveles de gastos insostenibles. Es una estructura con un gravamen ilegal que es contraria a la propia Ley Promesa con intereses del 734%. La junta con su silencio la apoya manteniendo su auspicio a recortar gastos de Mi Salud, UPR y exenciones contributivas a individuos ricos y empresas privadas. Estamos ante un nuevo paradigma, es necesario estudiarlo con detenimiento. El cierre de la UPR la liquida y ayuda a las privadas. Abierta sería vehículo de creación de conocimiento para enfrentar el mismo.

Mal usó $7.2 Millones con la Tarjeta de Crédito de la UPR – Incluso en botellas de vino de $1,000.00 con fondos públicos. Dejó la UPR con $320 Millones de déficit operacional

La lucha ya no puede ser con gritos y piedras; tiene que ser con inteligencia. ¿Qué mejor espacio que los salones y anfiteatros de la UPR para académica e intelectualmente estudiar esta nueva realidad, atacar ilegalidades como Cofina y auditar la deuda?