Lo que está en juego el próximo domingo 11 de junio es vital para nuestro pueblo. La decisión que tomemos determinará nuestro futuro. Desde ese día en adelante seremos un Puerto Rico diferente.

Los golpes recibidos por el PPD y por la independencia arremetidos certeramente por la secretaría de Justicia federal en la carta recién enviada, acabaron de liquidar al ELA refiriéndose sin ambigüedades a que el actual estatus es un territorio no incorporado (colonia) y que así es que este debía ser incluido como opción en la consulta plebiscitaria del próximo domingo. En la misma carta se rechaza la opción ficticia del ELA mejorado (enhanced commonwealth) por ser inconstitucional. Se señala, además, claramente que la libre asociación es la independencia y que un voto por esta es un voto por la independencia. Finalmente, la carta señala que nuestra ciudadanía es estatutaria, que no está protegida por la constitución de los Estados Unidos. Por tal razón no es permanente ya que el congreso, quien hizo la ley (el estatuto), la puede enmendar o derogar.

Esos señalamientos fueron aceptados por la administración del gobernador Rosselló procediéndose a enmendar la ley plebiscitaria para incluir el territorio no incorporado como la tercera opción en la papeleta. Esto, supuestamente provocó el boicot al plebiscito por el PPD y el PIP. Sabemos que la verdadera razón para el boicot es que tanto el PPD como el PIP sabían que iban a coger tremenda paliza.

Debemos extrapolar al escenario mayor de Puerto Rico la reciente experiencia en la UPR, donde una mayoría silenciosa del estudiantado, que alegadamente quiere seguir estudiando, por no participar en los procesos decisorios, por no ir a votar, le cedió el espacio a la minoría violenta revolucionaria para que esta decidiera por ellos con las nefastas consecuencias que esto ha conllevado. En la democracia, los que no votan, no cuentan. Cuentan los que votan. Ante este boicot al plebiscito, es necesaria la mayor participación posible del Pueblo. Si por apatía o intimidación no vamos a votar, la consecuencia será dejar que la minoría revolucionaria controle el destino de nuestra isla. Eso no lo podemos permitir. Cuando las mayorías callan, las minorías deciden.

Para llevarle el mensaje correcto al Congreso necesitamos que vaya a votar un porcentaje importante de los inscritos. No votar sería realmente votar por el actual estatus colonial. Seria votar por continuar -por el momento- con el ELA, causante en gran medida del caos económico y fiscal en que nos encontramos. Mientras tanto los separatistas del PPD, los socialistas de la comunista Yulín, nos llevan inexorable y sigilosamente hacia una república estilo Cuba y Venezuela.

Un voto menguado a favor de la estadidad, le enviaría al Congreso el mensaje de que no queremos ser parte de la nación de la que tenemos su ciudadanía. De igual forma ocurriría con un voto por la independencia. Ante esa situación el Congreso muy bien podría decidir quitarle la ciudadanía a los residentes de Puerto Rico quienes no quieren ser parte de la nación y/o quieren ser una república. Este se preguntaría: ¿Por qué deben retener la ciudadanía americana quienes no quieren ser parte de nuestra nación? Recordemos que desde hace tiempo hay un proyecto de independencia circulando en el Congreso.

Ante la frustración por el inminente plebiscito, algunos líderes populares señalan que este es una pérdida de tiempo y que ahora es momento para dedicárselo a la situación fiscal y económica, no al plebiscito. Para ellos nunca será el momento para tomar la decisión porque pretenden permanecer en el actual estatus colonial que tanto beneficio personal les ha traído. El otro argumento que escuchamos por parte de ellos es que independientemente de por qué se vote, en la nación hay un gobierno republicano que no nos quiere por lo que no pasará nada. A estos les señalo lo que dice la plataforma de ese partido sobre nuestro estatus: “Nosotros apoyamos el derecho de los ciudadanos de Puerto Rico a ser admitidos a la Unión como un estado completamente soberano. Reconocemos además el histórico significado del plebiscito local del 2012 en el cual una mayoría de 54% votó para terminar el actual estatus colonial como territorio y que 61% escogió la estadidad por sobre opciones de soberanía nacional. Apoyamos el referéndum sobre el estatus político federal auspiciado y presupuestado por una ley congresional en el 2014 para determinar las aspiraciones del pueblo de Puerto Rico. Una vez el voto del 2012 sea ratificado, el Congreso debe aprobar un acta habilitadora con los términos para la admisión futura del Estado 51 de Puerto Rico”. Nada más con el testigo…

Vamos a votar por la estadidad. Acabemos con el caos.