En apenas unos días el pueblo de Puerto Rico saldrá a las urnas para votar en el evento electoral más importante de nuestra historia. No cabe la menor duda que el 11 de junio nos jugamos todo en el plebiscito de estatus. Este ejercicio es el primero en contar con el apoyo del gobierno federal, lo que lo convierte en una elección vinculante; los resultados serán tomados con mucha seriedad en el Congreso y la Casa Blanca.

Por la importancia que reviste esta votación es que todos los puertorriqueños que atesoramos la ciudadanía americana y la unión permanente con los Estados Unidos, sin distinción de afiliaciones políticas, debemos salir a votar a favor de la única opción que garantiza ambas: la estadidad.

Deseo dejar esto claro, si la estadidad no prevalece el 11 de junio, habrá una segunda votación en donde se decidirá entre la independencia y la libre asociación, básicamente la misma cosa con diferente nombre.

Ahora bien, ¿imagínate si no tuvieses la unión permanente? De haber una segunda votación se acabarían, casi de la noche a la mañana, los fondos que reciben nuestra gente más necesitada. Puerto Rico le diría adiós a plataformas de ayuda social como el Programa de Asistencia Nutricional (PAN), el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Embarazadas, Lactantes, posparto, Infantes y Niños, mejor conocido como WIC; al igual que los programas de asistencia médica Medicaid y Medicare, por mencionar algunos.

También se iría la protección que le brinda el Seguro Social a nuestras personas envejecientes, así como las ayudas para estudiar (Becas Pell), comprar hogares, cuidar niños y las asistencias para buscar trabajo y entrenarse para nuevas profesiones, entre otros. Todo se terminaría y no habría marcha atrás.

Eso es precisamente lo que buscan aquellos que, pensando solo en sus propios intereses, exhortan al pueblo a abstenerse el 11 de junio. Ninguna persona que desee la unión permanente debe quedarse en su casa, eso es precisamente lo que quieren los partidarios de la separación. Ellos desean forzar una segunda vuelta de votación para meter por la cocina lo que jamás han podido, ni tan siquiera estar cerca, de ganar en las urnas: la independencia.

Quienes abogan por quedarse en la casa o ir a la playa el próximo domingo en realidad lo que están haciendo es pidiendo un voto por la separación de los Estados Unidos. Por eso es que todos los que valoramos esa unión, ese compromiso, tenemos que salir a defenderlo, votando por la estadidad.

Hoy te exhorto a que te imagines si no tuvieses esa unión y veas que necesitamos tu voto el 11 de junio. Nuestra gente, Puerto Rico, necesita de ti.