En cinco días, los electores de Puerto Rico tendrán la cuarta oportunidad, desde el 1968, de votar sobre la relación política de Puerto Rico con Estados Unidos.  Cada una de esas oportunidades ocurrió bajo una administración pro-estadidad del Partido Nuevo Progresista, a pesar de que administraciones del Partido Popular (pro-status quo) han gobernado casi la mitad de los últimos 48 años.  Hay una razón para eso.  Dado a que el apoyo al estatus actual ha ido disminuyendo y los intentos de cambios al mismo han sido declarados inconstitucionales por las tres ramas de nuestro gobierno nacional, el partido que apoya la inacción no permite que se escuche la voz del pueblo; y cuando en el 2012, el pueblo rechazó contundentemente el estatus actual con un sólido y no impugnable margen de 8%, el Gobernador anterior se rehusó a peticionarle un cambio al Congreso durante su incumbencia.

La consulta de este domingo lleva tres años en preparación.  En el 2014, en respuesta a los resultados del Plebiscito del 2012, el Congreso separó fondos para celebrar una consulta sobre “opciones que resuelvan el estatus futuro político de Puerto Rico”, en otras palabras, “resolver” la centenaria implantación del estatus territorial temporal que la Constitución de nuestra nación le permite al Congreso imponer mientras se decide “disponer del territorio” o admitirlo a la Unión.  Esa ley federal de 2014, requiere que el proceso, papeletas y alternativas de estatus, “no sean incompatibles con la Constitución, leyes y políticas de Estados Unidos”.

En estricto cumplimiento con el mandato del Congreso, hace cuatro meses, el recién juramentado gobernador Ricardo Rosselló sometió la ley, las alternativas de estatus y las papeletas aprobadas en febrero al Secretario de Justicia federal, Jeff Sessions.  El 13 de abril, el Departamento de Justicia levantó solo tres inquietudes sobre lo aprobado en Puerto Rico.  En horas, redactamos las enmiendas reproduciendo ‘ad verbatim’ el texto de la carta de Justicia, las cuales se convirtieron en ley el 19 de abril con la firma del gobernador Rosselló.

Tal como nos lo ha dicho más de un congresista, aunque el secretario de Justicia Sessions no ha emitido aún la certificación, con la adopción de las enmiendas que él solicitó, la consulta del domingo claramente cumple con los requisitos del Congreso del 2014, ya que cumplimos escrupulosamente con todas las inquietudes del Departamento de Justicia.  La más importante de éstas es la de incluir el “estatus territorial actual” como alternativa para “resolver” el estatus territorial, aunque discrepamos firmemente de que un tumor es opción para “resolver” o curar el cáncer.

Los resultados de 2012, rechazando firmemente el estatus territorial que ha exiliado a 5.4 millones de ciudadanos americanos de la isla de Puerto Rico, y los resultados de la consulta de este domingo, son un llamado al Congreso para finalmente iniciar el proceso para cerrar la herida abierta que ha manchado la democracia americana y desestabilizado nuestra relación durante demasiado tiempo, mudando a tres quintas partes de los puertorriqueños a los estados de la Unión.

Con su reciente elección para servir en el 115 Congreso -tal vez por tan sólo el 15% de los electores inscritos votando por ustedes, una victoria que cuenta ya que en una democracia sólo los que votan cuentan- ustedes asumieron una clara responsabilidad constitucional.  Esta responsabilidad se encuentra en la Sección 3 del Artículo IV de la Constitución de nuestra nación.  Ustedes tendrán un reclamo de parte de sus 3.3 millones de conciudadanos americanos en Puerto Rico.  Ningún Congreso ha sido llamado a enfocarse en esa responsabilidad en más de medio siglo.  El 115 Congreso lo hará.

En nombre de sus leales conciudadanos en Puerto Rico, le instamos a que consideren seriamente esa responsabilidad bajo un mandato constitucional explícito.  Presten oído sordo a los opositores que siempre han criticado cada voto en el pasado y respondan afirmativamente a su claro deber de resolver el problema del estatus político de Puerto Rico.

Sinceramente,