Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés

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Iván, para mí fue un privilegio estar en la primera reunión del Frente por Puerto Rico y escuchar al

presidente del PPD, Héctor Ferrer, y a los exgobernadores del PPD decir que están dispuestos a ayudar al gobernador Rosselló a luchar por el bienestar común sin importar que pertenezcan a otro partido. De igual forma lo hicieron otros líderes políticos como Manuel Cidre y Alexandra Lúgaro, quien es independentista. Todos dejaron claro que están en desacuerdo en otros temas políticos con el gobernador, pero eso no implica que no puedan ayudar en los asuntos para los que existen consensos.

Para nuestra Isla fue un signo alentador aquella mesa en la cual los sectores públicos y privados se unieron echando a un lado sus diferencias. Puerto Rico pudo unir a los sectores políticos, sociales, económicos y religiosos. Eso no es cosa pequeña.

No obstante, siempre existen personas que insisten en dividirnos e interponer sus intereses político-partidistas. Ese fue el caso de Carmen Yulín y del PIP, quienes repudiaron la unidad de propósitos que persigue: (1) traer más fondos en Salud, (2) evitar que una reforma contributiva federal nos afecte; y (3) exigir medidas congresionales que nos permitan desarrollar nuestra economía. ¿Quién puede oponerse a eso? Yulín y el PIP se opusieron a que un sanjuanero o un independentista en cualquier rincón de la Isla tengan más fondos federales para atender su salud.

Por un lado, Yulín habla de la necesidad de una alianza y por otro la rechaza. Pareciera que ella no sería parte de una la alianza si no es convocada y controlada por ella. Por un lado, el PIP dice que no se uniría a algo que no impulse la independencia y por el otro decidió no votar por la independencia en un proceso de consulta para descolonizar a Puerto Rico. Iván, no es que estemos en Macondo; es que hay personas y entidades que no evolucionan. Por eso, Yulín se ha quedado sola hasta en su propio partido y el PIP llegó quinto en la pasada elección general con un 2% de los votos y no queda inscrito desde el 2000.

Lcdo. Iván Rivera

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Ramón, las manifestaciones públicas de la alcaldesa me recuerdan aquella expresión de que 16% es más que 7%. Esa fue su venenosa inyección de populismo al proyecto del IVA como nuevo sistema de recaudo de impuestos al consumo junto con la eliminación de la contribución sobre ingresos para más de un millón de personas. Gracias a ella, terminamos pagando 11.5% que es más que 7%, pero pagando las mismas planillas. Terminamos pagando casi el doble de IVU y ella promovió y aplaudió ese aumento. Más de la mitad de esos ingresos nunca entraron al Fondo General del ELA y han ido directito a las arcas de la estructura ilegal de COFINA.

La alcaldesa, el PIP y algunos otros, repiten a lo papagayo “que la deuda la paguen los ricos”. En su populismo extremo pierden de perspectiva que en Puerto Rico los que pueden considerarse como “ricos” pueden ser contados con los dedos de las manos y sobrarían dedos. Le podrías incautar todos los bienes a esos “ricos” y aún sobraría deuda. Pero, no dicen cuál es propuesta lógica al problema crediticio del País.

Tuve la oportunidad de ver y leer expresiones de los asistentes al antiguo Casino de Puerto Rico con motivo del “Frente” que mencionas. Algunos fueron con un interés genuino de aportar sus ideas y decir presente a una convocatoria que por su forma, cualquier planteamiento de oposición a la misma sería como oponerse al Día de las Madres. Pero otros, haciendo honor al lugar en el que se llevó a cabo la reunión, apostaban su futuro político en una suerte de ruleta o dados cargados. Apuesta sumamente riesgosa en la cual, como en todo buen casino, quien único de seguro ganará será la casa. A lo que me refiero es que si en la empinada cuesta de los tres temas de la agenda se obtuviese algún logro, el ganador será el gobernador que convocó y promovió la unidad de esfuerzos. De lo contrario, será el fracaso de todos y nadie eventualmente se lo podrá señalar políticamente.

La casa gana.