Un amigo quiropráctico (José Ignacio), con el cual compartimos un “chat en WhatsApp” todos los días, nos envía en la mañana vídeos motivacionales. Hace poco nos envió uno que se me quedó grabado por el comportamiento de algunos en el gabinete del gobernador Ricardo Rosselló.
El vídeo relata la historia de este individuo que, cuando era presidente de esta importante empresa, lo invitaron a dar una charla en una convención. Él relata como lo fueron a buscar al aeropuerto en limusina, le asignaron una persona a estar con él todo el tiempo. Cuando llegó al hotel estaba todo arreglado en esta magnífica “suite”. Esa noche lo invitaron a cenar con todos los “VIPS”. Al otro día lo buscaron en limusina y cuando llegó a dar la charla le dieron su café en una taza conmemorativa al evento con su nombre. En fin, lo trataron súper bien.
Par de años más tarde lo invitaron a la convención de nuevo, lo único que ya él no era presidente de una importante empresa. Nadie lo fue a buscar, nadie fue asignado a estar con él, la habitación fue una normal e, inclusive, cuando fue a buscar su café se lo tuvo que servir en una taza de papel.
Ahí se dio cuenta que todo el trato al que estaba acostumbrado era por la posición que había tenido y no por él.
En esta administración, al igual que en la de Alejandro García Padilla, se ven estas aves que nunca habían estado antes cercanas al poder y que ahora se creen más “gobernantes” que el mismo Ricardo Rosselló. Obviamente, hay personas en la administración que conozco desde la época de Pedro Rosselló, que ese mal no les aqueja.
En la administración he notado varios que ni te miran cuando andan con el gobernador, lo cual es totalmente incoherente al ver a un gobernador humilde, que saluda y se toma el tiempo para “selfies” y otras cosas más.
También he notado recientemente otros(as) que antes se mataban porque tú los llamaras y no importaba la hora, te contestaban. Hoy los veo más en “Twitter” que haciendo las funciones para las cuales fueron asignados.
Tengo que decir que, sacando al gobernador, hay un protagonismo desde Fortaleza que lamentablemente opaca a muchos secretarios que están dejando el cuero pegao 24/7 en la calle. Es más, hasta demuestran desconfianza o al menos así lo escriben cuando dicen que están “supervisando, monitoreando, garantizando y discutiendo el cumplimiento” de las iniciativas del gobernador.
El gobernador tiene un buen gabinete, a diferencia de tres o cuatro que todavía no se atreve a sacar. En su mayoría son gente con experiencia, conocimiento y madurez para la posición que fueron nombrados. Saben lo que están haciendo y lo que tienen que hacer.
Pero lamentablemente este protagonismo de Fortaleza se mete en el medio y no los deja brillar, como debería ser.
Todos los que están hoy en Fortaleza, en el gabinete, incluyendo al gobernador… TODOS son aves de paso. TODOS van a buscar trabajo pronto o de aquí a cuatro u ocho años, quizás hasta antes.
El problema que veo es que no se dan cuenta que después nadie les va a contestar el teléfono a ellos(as), y se van a sentir bien, pero que bien solitarios. Sino, miren hacia el lado y hablen con los que estaban en el gabinete de Alejandro, o los que trabajaban con él en Fortaleza. Hay uno inclusive que me saluda todos los días y antes era imposible hablar con él.
La gente tiene que entender que están ahí para una función, solo una función, servirle al pueblo de Puerto Rico vía el gobernador. Siempre recuerdo el libro de Colin Powell cuando era secretario de Estado para George W. Bush, que decía que todos los días se levantaba para servirle al presidente de los Estados Unidos.
No para servirse él. Interesante cómo las canas te dan sabiduría y te ayudan a definir para qué estas ahí, para qué fuiste puesto ahí o simple y sencillamente, cuál es tu rol en la vida.
La falta de confianza, la soberbia, el ignorar personas, el protagonismo, son solo unos de muchos mecanismos de defensa que utilizan algunos seres humanos creado por sus temores e inseguridades. El gobernador no tiene ninguna de esas, sin embargo, gente a su alrededor sí… ¿extraño no?
Me imagino que más extraño es que por segunda semana consecutiva tampoco les guste mi columna, pero alguien tiene que decirles las cosas como son, porque, sino, esto no echa hacia delante.
¿Falta de confianza, exceso de protagonismo o las dos? No sé, juzgue usted.
Humildad
BALANCE: GOBIERNO Y PARTIDO
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