Lectura
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Recientemente les hemos comentado que los padres son los primeros y quizás los mediadores más importantes en el proceso de fomentar el amor por la lectura en los niños, especialmente en sus primeros años de vida. En muchas ocasiones también les hemos indicado que la mejor manera de que sus hijos disfruten la lectura y que no la vean solo como una tarea más es que usted les sirva de modelo. En otras palabras, si usted lee y disfruta la lectura, sus hijos leerán también y terminarán siendo lectores de por vida. Sin embargo, hay muchas otras actividades que ustedes pueden realizar tanto en su casa como también cuando van de paseo. Son actividades que ayudarán a los niños a ver la lectura como un proceso natural que no se circunscribe a leer en voz alta. Recalcamos esta última oración, pues muchos padres solo les piden a sus hijos que lean en voz alta, pues creen que están comprendiendo todo lo que leen. Recuerden que leer en voz alta no es garantía de que puedan entender lo que leen, pues leen como el papagayo. Por eso, hoy queremos darles unas sugerencias para ayudar a sus hijos a convertirse en lectores autónomos. Recordemos lo que le hemos dicho muchas veces: es en el hogar donde comienza la educación y, en el caso de la lectura, ese amor por ella primero se desarrolla allí.

El primer consejo es fácil de recordar y se lo hemos dicho muchas veces: hay que leerles a los niños bien a menudo. Léales cuentos o poemas. Cuando lo haga, señáleles con el dedo las palabras, de vez en cuando, para que vayan asociando la palabra leída con la palabra escrita. Si ellos desean “leer” aunque no sepan, no importa. Les puede dar el libro de cuentos para que ellos vayan pasando las páginas y con las imágenes terminarán leyéndolo. También les puede leer del periódico o de su teléfono inteligente artículos que sean apropiados para ellos. Esa es una manera muy efectiva de convertir nuestros niños en lectores. Estamos seguras de que muchos de ustedes han tenido la experiencia de ver a un niño que se sienta a “leer” con un libro o revista al revés imitando a un adulto que lee a menudo. Quizás ese niño ve a su abuelo leer el periódico todos los días. Imagínense si se les leyera a menudo. Automáticamente terminarían leyendo, pues en algún momento les quitarán el libro para leerlo a su propio ritmo.

Sin embargo, hay otras actividades que pueden realizar junto a sus hijos para que ellos comiencen a entender que esas manchas (las letras y las imágenes del libro, revista o pantalla) tienen significados. Por ejemplo, ustedes pueden señalarles las palabras y oraciones que encontramos en nuestro alrededor diariamente. El nombre de sus galletitas favoritas, el PARE en la esquina de su calle, los nombres de las tiendas que a ellos les gusta visitar y cualquier otro impreso que les sea pertinente son algunas de las posibles alternativas. Considere comprar las letras magnéticas que se consiguen en cualquier tienda de materiales escolares y así puede escribir palabras importantes, por ejemplo, “Hoy es” y todos los días escriben el día de la semana en la puerta de la nevera. Motívelos a que escriban algunas palabras, quizás la lista de la compra. Actividades así de sencillas los convierten posteriormente en lectores.

Finalmente, les recomendamos que les canten nanas y canciones a sus niños y luego motívelos para que canten junto a ustedes. También les pueden recitar poemas para que ellos los reciten también.