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(Carlos Rivera Giusti/EL VOCERO)

Por: Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés

Twitter: @discusionPR

Iván, el aniversario del huracán María sin duda será tiempo de recordación y luto. También es una gran oportunidad para reflexionar sobre nuestros errores y sobre nuestras limitaciones. El gobierno, a nivel federal, local y municipal, debe reconocer los errores y aciertos. Igualmente, cada individuo y el sector privado. Pero, no podemos olvidar la introspección sobre el fracaso del estatus territorial que permite un discrimen contra los ciudadanos americanos en Puerto Rico (PR).

Recientemente, Danny Vinik reveló en Político la inequidad que vive PR. En 2017, PR recibió el embate del huracán María y el estado de Texas el del huracán Harvey. A los 9 días de María, el gobierno federal había aprobado $6.2 millones en asistencia individual y destinado 1.6 millones de cajas de alimentos, 2.8 millones de litros de agua, 5,000 toldos y 10,000 trabajadores en PR. A los 9 días de Harvey, el gobierno federal había aprobado $141.8 millones en asistencia individual y destinado 5.1 millones de cajas de alimentos, 4.5 millones de litros de agua, 20,000 toldos y 30,000 trabajadores a Texas.

10 días luego del evento, Texas tenía aprobado el financiamiento permanente para desastre y PR tuvo que esperar 43 días. Tras 78 días del evento, FEMA había aprobado solo el 28% de solicitudes de ayuda en PR mientras en Texas había aprobado el 39%.

En las democracias, el poder se ejerce con la representatividad y el voto. Texas cuenta con 2 senadores y representantes en el Congreso para exigir trato digno. De igual forma, los ciudadanos en Texas tienen el poder del voto para ajusticiar a un presidente que no responde. Puerto Rico no tiene ese poder y por ello no es de extrañarnos que nos hayan tratado distinto durante la emergencia. Por más de 100 años nos han tratado distinto en programas de salud (Medicaid), seguro social, seguridad y educación, entre otros.

Tenemos que reclamar justicia, pero también tenemos que reflexionar sobre las inequidades que provoca nuestro actual estatus. Es incongruente escuchar a alguien reclamar mayor atención al gobierno federal mientras apoya un estatus colonial que permite la desigualdad.

Lcdo. Iván Rivera

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Ramón, lo más importante esta semana para todos es reflexionar sobre las lecciones aprendidas. Tanto entes públicos como privados. La administración de turno debe realizar un acto de sinceramiento con la ciudadanía y exponer de manera precisa cuáles fueron los aciertos y los desaciertos en el manejo de esa catástrofe. Así como las lecciones aprendidas de los mismos. Junto con eso, cuáles serán los cambios de estrategia a realizar para el futuro.

Lo que no está permitido es politiquear con el sufrimiento humano. Desde el huracán San Felipe, ningún fenómeno atmosférico de tal magnitud nos atravesaba. En aquel entonces, la densidad poblacional y la complejidad estructural era mucho menor. No se podía ir mucho la luz, porque en la mayoría de la zona rural no había electricidad. Así que, dentro del Puerto Rico moderno, lo ocurrido con María es hito histórico sin precedentes. Amén que con el calentamiento global y estando en la autopista de los huracanes que se forman en el Atlántico, la frecuencia de nuestra exposición a los mismos será mayor. No hay espacio para política chiquita. La obligación es prepararnos todos para el futuro.

Sabes que sin en algo siempre hemos coincidido es en la relación directa que existe entre estatus político y las consecuencias adversas en nuestra economía. Está en todos lados y a todas horas. Ahora bien, los ejemplos que pones referente al trato y reacción a María junto con la comparación que realizas es estirar el chicle. Muchos de los escollos puestos por las autoridades del gobierno de EE.UU. se deben a la desconfianza que por décadas ha generado la corrupción rampante que ha enterrado la gestión pública del País. No olvidemos todos los casos de corrupción procesados a raíz del mal manejo de fondos con el huracán Georges. El manejo bajo el cual se han estigmatizado las últimas administraciones del País generan una suspicacia razonablemente entendible a la hora de soltar dinero para este territorio.Que dentro de esa gestión siempre hay racismo y diferenciación artificial, pues sí los hay. Ahora el reto que ustedes enfrentan es limpiar esa escoria que cubre nuestra imagen en el exterior. No la embarren más.