La erosión de los sindicatos – Por Mario Ramos

La erosión de los sindicatos

Paro Nacional
Ciudadanos marchan con motivo del Día Internacional de los Trabajadores.Carlos Rivera Giusti / EL VOCERO

La marcha del 1ro. de mayo, en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, nos devela lo agonizante del movimiento obrero en Puerto Rico. Prácticamente pasó desapercibida. Lo que en años anteriores hubiese sido una convocatoria de miles de personas marchando por las calles, este año fue un mero puñado que demostró lo debilitado que se encuentra este movimiento que desde principios del siglo XX fue un factor decisivo en muchas elecciones.

Los talleres de trabajo que hoy están organizados sindicalmente, en su inmensa mayoría están en el sector público y esto ha sucedido por la generosidad de los gobiernos de turno. En el sector privado es exigua la organización sindical, dándose mayormente en la industria turística y en algunas pequeñas fábricas. El discurso político con elementos de la izquierda cartón piedra que pronuncian los líderes sindicales ha mancillado y erosionado la imagen del obrerismo puertorriqueño, que en un principio fue organizado y desarrollado por líderes estadistas de la talla de Santiago Iglesias Pantín, Prudencio Rivera Martínez y Bolívar Pagan, entre muchos otros.

Cuando en la década del sesenta el independentismo vio como estrategia política convertir el movimiento obrero en punta de lanza para la independencia, el futuro de las uniones obreras quedó hipotecado para siempre. El vocabulario exhibido desde la tribuna sindical era de corte marxista. Incluso, los términos usados para la descripción y explicación de asuntos o problemas cotidianos eran adoptados de la izquierda. Era común ver en los años setenta al Partido Socialista de Juan Mari Brás participar activamente en las huelgas celebradas por los sindicatos. Era algo inaudito y contraproducente donde a veces he creído que los mismos líderes sindicales no se daban cuenta del daño que le hacían a la imagen del movimiento obrero.

Creo que fue un crimen, que un líder sindical de la talla de Luis Lausell Hernández fuera reclutado para ser el candidato a gobernador por el Partido Socialista en las elecciones de 1980. Lausell Hernández se perfilaba como el gran líder sindical que hacía años Puerto Rico no tenía. Sin embargo, la influencia cubana sobre el Partido Socialista y los múltiples errores de cálculo que cometieron, y el politizar el movimiento obrero, malograron lo que hubiera sido un líder sindical de grandes magnitudes. Al final, sus correligionarios le votaron en contra y favorecieron a Rafael Hernández Colón y el PPD. En esas elecciones nació con carta de ciudadanía el “melonismo”.

Yo, que fui secretario de una unión obrera, pude constatar las consignas y discursos que en la mayoría de las veces estaban ajenas a la realidad y que la mayoría del pueblo no las entendía. El movimiento obrero es para reivindicar y defender la dignidad del trabajador. No para adelantar causas políticas y menos si el pueblo está en contra de ellas, como lo es —en nuestro caso particular— la independencia y, peor aun, modelos socialistas como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela; que al pasar el tiempo se demostró que fueron utopías que se desvanecieron contra la realidad de la historia.

Lo que se inició el 1ro de mayo de 1886 en Chicago, conocido como la Revuelta de Haymarket —donde miles de trabajadores se fueron a huelga para conquistar el derecho a una jornada regular de trabajo de ocho horas y mejores condiciones de trabajo— sigue vigente hoy, cuando la incertidumbre por los trabajos, las pensiones, los planes médicos, la seguridad social y pública, y el futuro de la universidad asfixia de ansiedad al trabajador, que es el actor débil frente a los grandes intereses que patrocinan legislación y campañas políticas para beneficio propio.

Un movimiento obrero ausente de ideologías políticas y discursos sectarios llenos de conceptos marxistoides, con odio en la entrelínea, es lo que necesitan los trabajadores puertorriqueños. El desempleo, la reducción en el poder adquisitivo, la posible ausencia de planes médicos y el potencial aumento de la población indigente no tienen color ni ideología. Esto es, simple y sencillamente, parte de los problemas vitales del puertorriqueño en esta sociedad del siglo veintiuno. Es a eso —para evitar su acelerada erosión— y no a consideraciones con tufos utópicos, que debe de dirigirse el actual liderato obrero puertorriqueño.

mramos

Mario Ramos

Mario Ramos, Historiador Sigue this search

 (5) COMENTARIOS

Macalacachimba

Marcelino Pan y Vino May 11, 2019 4:41pm

Los estadistas levantaron el movimiento sindicalista en PR, los pipiolos, socialistas, comunistas y pipulares hundieron el sindicalismo en PR ya que su agenda no era la de defender al obrero, esa era su pantalla para el fin que ellos anhelaban y buscaban. Asi se escribe la historia.

Elmo Home-Brown May 10, 2019 2:07pm

Uniones = vagancia…. nacionalistos….. comulistos….. buscones…… mafiosos…. basura……

el guaraguao

el guaraguao May 10, 2019 1:00pm

exacto, las uniones son usados para causas politicas de tendencia izquierdista, socialista. pero lo ironico es que mientras esos lideres vomitan esas ideas sus bolsillos estan llenos de $$$$, alguien tiene idea de cuanto cobran esos presidentes de Uniones y sus secuaces? miren el ejemplo de lo que paso en la AAA, fueron arrestados, y estan encarcelados, hasta hubo un asesinato a cargo. no se dejen coger de pe… primero miren como viven sus lideres, preguntense mi lider sindical y sus ayudantes se parten la espalda trabajando como yo?

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