Somos un territorio y somos una colonia, pero es lo que hay, ‘oña Nydia. Como usted no es abogada no entiende las argucias jurídicas, pero el ELA no puede borrarse de un plumazo, sin decir que la gente ante la cual usted se arrodilla todos los días en el Congreso, fueron los mismos que aprobaron el status actual. La hipocresía más grande es esa, que usted auspició el ELA durante mucho tiempo, lo utilizó como bastón para conseguir ese asientito que ha ostentado por los últimos 40 años, pero el ELA ahora le apesta, le hiede, y le parece repugnante. Es como la mujer que disfrutó al marido cuando joven, pero ahora lo desecha porque tira pe’os, y no sirve pa’ na’. Pues mire a ver que inventa, ‘oña Velázquez, antes de que se vaya, porque hasta que los chinos nos compren, no hay otro status en el horizonte. Si las donas de la Otra le produjeron una metamorfosis, y ahora es más estaoísta que Jorgito Washington, ese es su problema. Mire que usted no llegó precisamente por sus adornos académicos ni profesionales, sino empujada por la claque populate, así que estese quieta, y regrese tranquila al Bronx, y abra una pizzería. ¡Uy!
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