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>Josian E. Bruno / EL VOCERO  Josian E. Bruno Gomez

Eventos mundiales durante los pasados tres años han presentado a Puerto Rico con una serie de importantes oportunidades para fomentar nuestro desarrollo económico. La parte más aguda de la pandemia del virus del covid-19 durante 2020 presentó a la Isla con la oportunidad de impulsar la industria manufacturera, particularmente, nuestras farmacéuticas, para lograr incrementar la producción de artículos relacionados con el virus.

En Puerto Rico contábamos con la mano de obra diestra, el liderato experto, la infraestructura en términos de instalaciones, equipos, vías de rodaje, acceso a aeropuertos de embarque, red eléctrica y pluvial, necesarios para convertirnos en el centro de desarrollo de equipos para ayudar en el esfuerzo para contener el covid-19.

El resultado fue que varias farmacéuticas locales empezaron a producir de todo, desde guantes de goma hasta las primeras pruebas de detección del virus. En un momento, una manufacturera hizo 400,000 pruebas moleculares para detectar covid-19 en cuestión de semanas.

Esta oportunidad creó nuevos empleos, directos e indirectos, además de establecer nuevas líneas de producción que perduran hasta el día de hoy.

Ahora existe una nueva oportunidad. La invasión no provocada de la Federación Rusa a Ucrania, no solo ha unido a Estados Unidos, Europa, Japón, Australia y Corea del Sur, entre muchos otros países, sino que también provee un espacio para que Puerto Rico nuevamente tome la iniciativa.

El presidente Joseph ‘Joe’ Biden ha pedido a la base industrial de la nación entrar en una producción masiva para ayudar a Ucrania en su lucha por sacar las fuerzas ocupantes de Rusia. ¿Por qué Puerto Rico puede tomar oportunidad de eso? Sencillo, porque en la Isla existen manufactureras relacionadas con la industria militar.

Plantas de manufactura como Puerto Rico Industries for the Blind, localizada en el municipio de Mayagüez, brinda una plataforma única para la expansión. Esta empresa se dedica, entre otras cosas, a la elaboración y costura de uniformes y paracaídas para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Desde su fundación en el verano de 2006, esta singular empresa ha brindado prioridad a la contratación de personas total o parcialmente ciegas, así como aquellas con necesidades especiales, para que puedan alcanzar su independencia económica y social. Esta es una población que se puede beneficiar con el aumento en gasto de defensa.

Según estudios realizados por el Negociado del Censo de los Estados Unidos, el 71 % de los individuos total o parcialmente ciegos se encuentran desempleados en la Isla. El 51%, vive bajo los niveles de pobreza.

Durante mi tiempo como presidente de la Cámara de Representantes (2005-2008) se donó equipo a esta empresa, incluyendo 60 máquinas de costura industrial, para que la misma comenzara operaciones en un campo nunca antes desarrollado en la Isla. Fue un reto, pero con el arduo esfuerzo de un excelente grupo de trabajadores puertorriqueños y empresarios con visión, el sueño de nuestras personas no videntes se convirtió en realidad.

Ahora tenemos otra oportunidad.

El incremento en el presupuesto del Departamento de Defensa, causado por la invasión Rusa y las amenazas de China comunista, nos presenta una real oportunidad para empresas como Industries for the Blind que puedan aumentar su producción, contratar más personal y establecer líneas de producción permanente.

Como gobierno debemos impulsar la asignación federal para este tipo de empresa mediante contratos con el Departamento de Defensa. Esto lo podemos hacer desde ya.

Las oportunidades están ahí, es de nosotros aprovecharlas.

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    La igualdad más allá de la estadidad Por Zoé Laboy

    El exsenador Eduardo Bhatia preguntaba en una columna cómo es posible que dos personas tan distintas, Thomas Rivera Schatz y Zoé Laboy, pertenezcan al mismo partido. Argumentaba que ese coincidir muestra el “reguerete” que hoy son las colectividades políticas, las cuales deben convertirse en instituciones compuestas por personas que compartan sus visiones sobre los asuntos sociales y fiscales, y que el estatus político no sea lo que las identifique.

    Desde muy temprano en la vida me convencí de que Puerto Rico tenía que luchar para convertirse en estado. Ese sentimiento creció más cuando fui a vivir a Washington, D.C. Mientras trabajaba en el Departamento de Justicia federal conocí a profesionales que ni siquiera sabían que mi isla es parte de Estados Unidos.

    Siempre he visto la estadidad como el instrumento para alcanzar la igualdad. Creo en ese principio. ¿Cómo puedo aceptar que cuando resido en Puerto Rico no puedo votar, pero cuando vivo en un estado puedo votar por el comandante en jefe que tomó la decisión de enviar a mi hermano a la guerra? ¿Cómo aceptar que si habito en Puerto Rico no tengo representación con voz y voto, pero si vivo en uno de los estados mi representación tiene voz y voto en el Congreso, donde se aprueban medidas que me impactan directamente, aunque viva aquí?

    ¿Cómo aceptar que si habito en Puerto Rico no tengo representación con voz y voto, pero si vivo en uno de los estados mi representación tiene voz y voto en el Congreso, donde se aprueban medidas que me impactan directamente, aunque viva aquí?, cuestiona Zoé Laboy.
    ¿Cómo aceptar que si habito en Puerto Rico no tengo representación con voz y voto, pero si vivo en uno de los estados mi representación tiene voz y voto en el Congreso, donde se aprueban medidas que me impactan directamente, aunque viva aquí?, cuestiona Zoé Laboy. (Patrick Semansky)

    Veo la estadidad como la herramienta que puede proveernos los mismos derechos que disfrutan los otros ciudadanos americanos. Yo quiero y exijo esos derechos. Sin embargo, y quizás aquí es donde esté la diferencia con otros estadistas, esa “igualdad” no solo la quiero para mí como ciudadana americana. La quiero y he luchado por ella para que aplique a todos. La igualdad es para todos: que su color, religión, sexo, orientación sexual y otras circunstancias no hagan a la persona más o menos “igual”.

    La igualdad en la que creo sí incluye el estatus. Pero si tuviera que escoger entre una organización política que cree que la igualdad es solo para algunos y otra que considera que la igualdad es para todos, sin duda alguna escogería la segunda.

    En ese sentido, es escalofriante la desigualdad que impera en las realidades que viven las niñas adolescentes en comparación con los varones. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) exponen en su “Youth Risk Behavior Survey Data Summary and Trends Report: 2011-2021″ que “a través de casi todas las medidas de uso de substancias, experiencias de violencia, salud mental y pensamientos y comportamientos suicidas, a las estudiantes féminas les está yendo peor que a los estudiantes varones”.

    De acuerdo con el estudio, en el 2021, el 30% de las estudiantes reportó haber utilizado alcohol durante los pasados 30 días; casi el 20% experimentó violencia sexual el pasado año; y 14% indicó haber sido forzada físicamente a tener sexo en algún momento de su vida. El 60% experimentó sentimientos de tristeza o desesperanza en el año anterior y el casi 25% diseñó un plan suicida.

    La desigualdad también se refleja en las realidades que viven los estudiantes de la comunidad LGBTTIQ+, quienes tienen una mayor probabilidad de experimentar todo tipo de violencia que las personas que no se identifican con esa comunidad. El 70% de los estudiantes LGBTTIQ+ experimentó sentimientos de tristeza o desesperanza, y casi 25% intentó quitarse la vida el año anterior.

    En lo que el “reguerete” de los partidos se resuelve, me pregunto si para el 2024 tendremos, entre las alternativas electorales, a líderes en los que podamos confiar (confiar porque solo sabremos con certeza una vez lleguen al poder) que atenderán de forma responsable problemas como los que la juventud sufre, de forma que la igualdad sea para todos y no solo para algunos.

    LEE MÁS:

    No es por la estadidad, sino por la democracia, por Eduardo Bhatia

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    lunes, 20 de febrero de 2023

    Seguridad financiera con mira al retiro

    El Proyecto de la Cámara 345 propone desarrollar currículos para la capacitación financiera de los empleados de los sectores público y privado, tomando en cuenta su edad y escalas de ingreso, escribe Zoé Laboy