Bandera de Puerto Rico

El Movimiento Pro-Independencia se fundó el 11 de enero de 1959 en la ciudad de Mayagüez; en el natalicio y la ciudad donde nació Eugenio María de Hostos. Recibió una influencia inmediata de la revolución cubana, lo que explica por qué la bandera fue “prácticamente copiada” de la bandera del Movimiento 26 de julio, que fue el grupo que, con Fidel Castro como líder, derrocaron a Batista.

Juan Mari Bras, que, siendo ayudante de Gilberto Concepción de Gracia, se da a la tarea de fundar este movimiento político, utilizó términos distintos a los convencionales para referirse a la lucha y los trabajos del partido. “Comité” fue sustituido por “Misión”, y luego fundaron misiones en distintas ciudades a través de la nación, como fue el caso de Nueva York. De hecho, este es el nombre que utiliza Cuba para referirse a su embajada en Naciones Unidas.

El MPI pronuncia su primera tesis el 9 de diciembre de 1962, diez meses después de la segunda declaración de la Habana emitida por Fidel Castro. Su título fue sugestivo: La hora de la independencia. Su razón obedeció a que no existía tesis alguna de parte del independentismo y que para tener futuros orientadores y educadores del pueblo debían reclutarse e insertarlos en un proceso de educación política.

Las campañas que desarrolló el MPI fueron agresivas y precisas. Ello incluyó luchar contra el Servicio Militar Obligatorio, que había en aquellos años; contra la guerra de Vietnam; contra la construcción de un superpuerto en el área de Aguadilla y exigir que las playas son para el pueblo. Un movimiento político, con una vertiente ecologista, que tuvo su influencia en que hubiera mayor cuidado en el uso y disfrute de los recursos naturales y sistemas ecológicos.

Al MPI debemos aplaudirle que, sin ambages, condenó la invasión a Checoslovaquia “por parte de las tropas del Pacto de Varsovia encabezEl nuevo speaker debe cambiar su postura sobre la estadidadadas por la Unión Soviética.” Fue una condena distinta a la de Cuba y de la gran mayoría de los movimientos de izquierda en toda Latinoamérica, que prefirieron aliarse con los comunistas del este de Europa, que apoyar a los invadidos.

Cuando la controversia en torno a entregarle a poderosas compañías los yacimientos de oro, cobre y níquel en el centro de la montaña, los líderes del MPI se dieron a la tarea de visitar casa por casa para crear conciencia de que había que oponerse a ello. El respaldo fue abrumador y encontraron que muchos de los estadistas de la zona montañosa eran tan nacionalistas como el más independentista. “No hacía uno más que rasgarle superficialmente para que saliera a borbotones una puertorriqueñidad auténtica.”

En 1971 el MPI deviene en el PSP, un partido que participaría en las elecciones de 1976, con Juan Mari Bras como candidato a gobernador, y se autoproclamaría como un partido de izquierda y revolucionario, “en el más estricto sentido de la palabra.” Fue un partido oficialmente marxista-leninista, según afirmado en el Informe del Comité Central al Tercer Congreso del partido.

Los errores de este movimiento fueron múltiples. Entre ellos fue su ideología marxista-leninista y de que todo independentista debería ser socialista. Por otro lado, sus dirigentes hablaban de cosas abstractas que parecían más nimiedades que ideas sobre los asuntos de la sociedad puertorriqueña. Trataban temas sobre el proceso chino, la revolución rusa y la cubana, pero ninguno daba cuenta sobre los problemas vitales del puertorriqueño. Se ha concluido, que, visto desde la distancia de los años, todo aquello “nos parecen comedias.”

Han señalado, que de los peores errores que pudieron haber cometido, fue aliarse con el Partido Popular para las elecciones de 1980. Algo que comenzó en la ONU en 1978 y de la que nació el antiestadismo que ambos luego desarrollaron y que lo usarían en las elecciones generales. (Véase a Wilfredo Matos Cintrón, Puerta Sin Casa: crisis del PSP y encrucijada de la Izquierda).

La intolerancia a la disidencia, más que dogmatismo, fue ley del caso. El vocabulario que usó la dirección del partido hería el tímpano. Palabras como cretinos, idiotas, tontos útiles, basura policiaca y otros, fue parte de este movimiento que aparentó ser más una subcultura que otra cosa.

Esto lo trae con enjundia histórica Juan Raúl Mari Pesquera en su excelente libro, La transformación del movimiento pro-independencia de Puerto Rico: de vanguardia patriótica a partido marxista-leninista. Un libro corto, pero muy importante. Que, con honradez intelectual, es una visión panorámica sobre un importante sector político de la historia de Puerto Rico.