Donquea por la estadidad

Donquea por la estadidad

Por Redacción, EL VOCERO el 15 de marzo de 2012

EL VOCERO/Archivo/Angel L. Vázquez

Como senador, he tenido el privilegio de caminar mi ciudad de Ponce y el distrito que me honro en representar de canasto a canasto. Esa es mi nueva cancha. En mis mejores años dedicados al baloncesto aprendí que como jugador, uno le sirve a toda la gradería del Pueblo, indistintamente de los colores. Siempre di el máximo, ya fuera jugando para mis Leones, como los años que marqué para Canóvanas  y para los Vaqueros de Bayamón. Me convertí de un baloncelista león, a uno por acumulación.

Ahora en la arena política aspiro a lo mismo; a convertirme de senador por Distrito a senador por Acumulación, para además de seguir sirviendo a mi ciudad y a mi distrito, poderle servir a todo Puerto Rico.

En una de mis visitas recientes, que han cubierto desde San Antón a Lloréns y desde Joyudas a Pitahaya, un ciudadano me preguntó por qué estoy en un campo de bola dura, de tantas faltas personales y jugadores expulsados como es la política. Le contesté sin pensarlo un momento: “Porque quiero lo mejor para mi Pueblo y para mis hijos”. Esa es mi familia. Crié cuatro hermosos hijos y ahora tengo adoptados a mi distrito y a mi ciudad para lograrles lo mejor. Por supuesto que no juego en güirita solo. Soy parte de un equipo. Sin mi gobernador Luis Fortuño, mi Comisionado Residente Pedro Pierluisi, mi presidente senatorial Thomas Rivera Schatz, mi alcaldesa Mayita Meléndez, mi presidenta cameral, Jenniffer González, mis compañeros senadores, mis alcaldes de distrito y mis compañeros representantes, no podría aportar como tanto lo hago.

Como deportista y profesional, llevo mi camiseta azul estadista con mucho orgullo. Trabajo plenamente convencido de que Puerto Rico no podrá avanzar ni progresar, si no cambia y se mueve a cosas mejores. Con la integración plena de Estados Unidos, aseguramos el futuro. La estadidad federada es mi meta. Asistir a mi equipo, a mi Isla, y a mi familia en lograrlo, sería mi mayor satisfacción.

Los que me conocen saben que no ofendo a mis opositores. La gallardía que aprendí en la cancha empieza por la casa. Para ganar, es preciso respetar al adversario. Por eso me tildan de ser muy ‘tranquilo’, muy pacífico o callado. No se engañe. Lo cortés no quita lo valiente. Como ingeniero, aprendí a trabajar silenciosamente y sin aspavientos para construir. Para eso estoy en el juego. Para edificar y rediseñar un mejor Puerto Rico. No para destruir ni ofender a nadie.

Soy un orgulloso portavoz de la mayoría estadista. Como tal, he decidido implantar un estilo de juego distinto a mis predecesores. Tengo una responsabilidad de levantar la imagen del político tradicional. Trabajo intensamente por mi distrito, por mi Senado, por mi ciudad y por mi Puerto Rico. Trabajo para mi equipo. Efectivamente. Y esa es mi carta de presentación. Por eso me he ganado el respeto del adversario.

Este año, por primera vez en la historia, los puertorriqueños tendremos la oportunidad de cambiar el rumbo y el destino votando por cambiar el status colonial y por la estadidad federada. Esa es mi meta. Para mí, el plebiscito es mucho más importante que la elección. Aunque ciertamente todos los estadistas tenemos que reelegir el equipo del Partido Nuevo Progresista para poder donquear por la estadidad y asegurar el campeonato de nuestro bienestar. Es la meta que desde que se fundó el glorioso Partido Nuevo Progresista nos han enseñando a seguir todos nuestros líderes; nuestro ‘point guard’, Luis A. Ferré; nuestro ‘power forward’, Carlos Romero Barceló; nuestro delantero anotador, Pedro Rosselló, y ciertamente nuestro centro, Luis Fortuño. Por muchos años los aplaudí desde las gradas. Ahora he entrado a cancha para aportar y colaborar hacia el logro de esa anhelada estrella 51.

El que no ataca el canasto y no se eleva por encima de la malla, no anota. Con la certeza de un donqueo arriba del pivot de la zona roja, estoy plenamente convencido de que la estadidad es el instrumento que nos va a permitir remontadas y avances en la cancha de la vida. La estadidad nos garantiza los instrumentos políticos, económicos y sociales para salir de la pobreza, crear empleos en el sector privado, combatir la criminalidad, aumentar el nivel educativo, ampliar nuestra infraestructura, ejercer nuestro derecho al voto por un gobierno nacional, ampliar nuestras libertades e independencia individual y lograr la calidad de vida que todos queremos y soñamos para nuestros hijos. El consenso electoral logrado bajo la estadidad, traerá la paz social que no hemos tenido por más de un siglo.

Por eso estoy aquí. Por eso sigo en la lucha por el buen juego. Los campeonatos se ganan en la cancha, con valentía, pasión, con mucho esfuerzo y trabajo y siguiendo las reglas del juego limpio. Estoy convencido de que Puerto Rico habrá de cambiar para mejorar. Y ahí estaré yo, por mis hijos, mi familia y mi Isla, aportando como siempre lo he hecho, con mis canastos, mis rebotes y mi mejor tiro. Por la estadidad. Por el cambio que nos merecemos. ¡Donquéala Puerto Rico!