¿Cuál cáncer prevalecerá?

¿Cuál cáncer prevalecerá?

 Por: Arturo J. Guzmán, Analista

 El repentino viaje Hugo Chávez a Cuba para someterse a una intervención quirúrgica para extirparle otro tumor maligno ha despertado gran ansiedad entre los gobernantes que dependen de él para su supervivencia.

 Contrario a las recomendaciones de expertos médicos que le aconsejaron tratarse en Estados Unidos o Brasil, Chávez escogió a Cuba para mantener secreta su condición. Sin embargo, expertos médicos rusos y brasileños que han intervenido o han sido consultados han revelado anónimamente que el cáncer que afecta a Chávez es terminal y que tiene una expectativa de vida de uno a dos años como máximo.

Chávez bajo la tutela de los Castro ha influenciado muchos países imponiendo su ideología comprando lealtades con petrodólares sustraídos del pueblo venezolano. Ha manipulado gobiernos y gobernantes en Nicaragua, Honduras, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina y los ha convertido en marionetas de sus designios imperialistas. Chávez se ha propagado como un cáncer, que ahora a su vez irónicamente padece de cáncer, por lo que tenemos que preguntarnos: ¿Cuál de los cánceres prevalecerá?

Sus dádivas mantienen la sangrienta dictadura en Cuba que a cambio le ha proporcionado más de cincuenta mil cubanos que son los que dominan las instituciones de gobierno en Venezuela incluyendo los servicios de inteligencia y las fuerzas armadas que sostienen al régimen chavista.

Nada ni nadie puede prevalecer por sobre la voluntad de Dios o por sobre las fuerzas de la naturaleza y si la prognosis prueba ser certera la anunciada muerte de Chávez va a tener un efecto de impactantes consecuencias que se sentirán hasta en el Medio Oriente. La alianza de Chávez con Irán ha resultado en la exportación secreta de uranio que está siendo enriquecido para la manufactura de armas nucleares.

Si los Estados Unidos y el resto de las naciones democráticas permiten el desarrollo de ese arsenal estarán participando en su propia destrucción ya que las repetidas expresiones de Ahmadinejad aseguran que las utilizará para erradicar a Israel del mapa provocando un holocausto nuclear en la región.

Este dilema me recuerda mis propias intervenciones en la Casa Blanca advirtiéndole repetidamente a altos oficiales de la Administración Bush, que si cedían ante las estrategias diseñadas en La Habana y se retiraban incondicionalmente de Vieques y como consecuencia provocaban el cierre de la base naval en Roosevelt Roads, estarían convirtiendo el Mar Caribe y el Atlántico Sur en el lago privado de Chávez y Castro.

Desgraciadamente hemos tenido que vivir con las consecuencias señaladas aunque ahora el factor de la salud de Chávez podría suscitar el desmoronamiento de su régimen y el de sus satélites y muy particularmente el colapso político-económico de la tiranía cubana lo cual eventualmente propiciaría la reintegración de Cuba como un factor significativo en la región.

Esta disyuntiva me induce a relatarles la anécdota del joven que le pregunto a uno de los sacerdotes Jesuitas que fueron profesores de Castro, si era pecado desearle la muerte. El sagaz sacerdote le respondió sin pausar, “como Católico estarías incurriendo en un grave pecado si le deseas la muerte a tu semejante”, pero acto seguido continuó, “ahora bien, puedes rezarle al Señor para que lo acoja bien pronto en su seno”. Me sospecho que en el caso de Chávez en muchos países debe haber mucha gente rezando…