El pecado original

Por: Arturo J. Guzmán, Analista

 Según las religiones judeo-cristianas nacemos marcados por un pecado original como un legado de la desobediencia de Adán y Eva que se subsana mediante el bautismo. En términos figurativos los extremistas le adjudican a sus opositores una especie de “pecados originales”, no porque sean realmente “pecados” en términos religiosos, sino para estigmatizarlos por combatir los actos violentos e ilegales que ellos cometen a nombre de sus ideologías.

Uno de esos “pecadores” es Héctor Pesquera cuyo nombramiento como Superintendente de la Policía provocó la reacción adversa de los comunistas, la mayor parte de los medios, particularmente los electrónicos que están manipulados por la izquierda, y todos los grupos marginales para los que el concepto de “ley y orden” les es chocante e intolerable porque les impide desarrollar e imponernos sus designios.

Conocí a Héctor Pesquera hace muchos años como parte de un gran grupo de conocidos y amigos que han servido y sirven con orgullo en las dependencias locales de las diversas ramas del gobierno federal. Por conocimiento propio y referencia, le conozco como una persona seria y honesta, un profesional dedicado totalmente a sus deberes y con un desempeño de carácter ejemplar a través de muchos años de carrera.

Pero Pesquera adolece de uno de esos “pecados originales” que le son intolerables a los extremistas: Como parte de sus deberes en el servicio de inteligencia del FBI fue extremadamente efectivo en la lucha en contra del espionaje, el terrorismo, y la infiltración de los servicios de inteligencia de los gobiernos cubanos y venezolanos que durante años han sido los auspiciadores y manejadores de sus aliados locales que son los que ahora vehementemente protestan su nombramiento.

Como parte del circo diseñado por Kafka que confrontamos cotidianamente en Puerto Rico, en uno de los más sobresalientes ejemplos en la historia reciente de “pájaros tirándole a las escopetas” fuimos testigos de la demostración frente al Cuartel General de la Policía por parte de los facinerosos y comunistas (valga la redundancia) que militan en las filas de la FUPI protestando el nombramiento de Pesquera y acusándolo de ser parte y de apoyar al “terrorismo internacional”. ¿Cóooomo?

¿Estarán realmente convencidos, o será parte de su acostumbrada desfachatez y descaro el que estos agitadores y anarquistas profesionales, pretendan que sus planteamientos puedan tener siquiera un ápice de credibilidad en este pueblo? No la tiene, pero lo que es indiscutible es que también ellos saben que tener al frente de la Policía a un profesional experimentado, que además cuenta con una vasta experiencia en la lucha en contra de los actos subversivos e ilegales del terrorismo comunista, no les depara un buen destino.

Los amos cubanos y venezolanos de los que protestan, aterrorizados por la anunciada muerte de Chávez y la incalculable pérdida que la misma representará para la economía cubana, con el nombramiento de Pesquera ahora también tendrán que reconocer que si se les había hecho difícil tratar de subvertir la sociedad puertorriqueña de ahora en adelante se les hará prácticamente imposible.

Ahora quizás se le hará verdadera justicia a las víctimas locales del terrorismo comunista y se identificaran, juzgarán y condenarán  sus verdugos. Finalmente, a Pesquera le recuerdo que los malvados condenan las virtudes de la integridad como si fueran pecados no originales sino capitales.