Encuestas: Deshojando la margarita

Deshojando la margarita

Por: Arturo J. Guzmán, Analista

 Con la llegada del año electoral, nos atiborran de encuestas que tienen el mismo valor estadístico que deshojar margaritas. ¿Me quiere o no me quiere?  Recuerden que llevo mucho tiempo advirtiéndoles que esta es la tierra de Houdini, Mandrake y Copperfield. Una tierra donde prevalecen los espejismos por sobre la realidad… y eso incluye a las encuestas.

Existen medios noticiosos donde los intereses económicos de sus dueños hacen que la manipulación de encuestas constituya una parte ordinaria de su modo de operar. No cambian el libreto: Suben a un candidato, lo mantienen en la delantera, después lo bajan un poco y un par de días antes de las elecciones le dan la estocada final a sabiendas que no existe tiempo para desmentirlos.

Hace años operaba un encuestador que por $500 anunciaba el resultado que el cliente quisiera y todavía alquilan encuestadores y les preparan la metodología para obtener el resultado que quieren alcanzar. Existen tantas maneras de manipularlas como existen encuestas, y voy a compartir con ustedes una de ellas en una especie de lección de “Encuestas 101”.

Vamos a suponer que la intención es demostrar, como suele ser el caso en la realidad, que el candidato del PPD para la gobernación aventaja al contrincante del PNP. Por medio de internet, sin tener que desplazarse, se analizan las estadísticas de votación por distrito, precinto y unidad electoral de las pasadas tres o cuatro elecciones a través de toda la isla.

Como segundo paso se identifican las unidades electorales que han favorecido al PPD con los márgenes más amplios y dependiendo de la ventaja que le quieran otorgar al candidato encuestan  proporcionalmente en esas unidades y si no han habido cambios demográficos significativos repetirán más o menos los mismos resultados que los que reflejaron los eventos electorales anteriores.

El tercer paso es repetir el mismo procedimiento con el contrincante.  Supongamos que pretendan ofrecerle una ventaja de 60-40% al candidato del PPD, entonces solo encuestan el 40% de las unidades que favorecieron desproporcionalmente al PNP y ¡Voila! con unos pequeños “ajustes técnicos” y otras trampillas revelan con cara seria los resultados afirmando que la encuesta se realizó a través de toda la isla, en X número de unidades electorales, y que se entrevistaron X cientos de votantes. Posteriormente, según demande su agenda, ajustarán porcentualmente los resultados requeridos y encuestarán selectivamente en las áreas predeterminadas.

En término de las encuestas telefónicas o por internet que utilizan predominantemente los medios electrónicos, la manipulación es aún más evidente y burda comenzando por la forma en que formulan las preguntas para lograr  resultados deseados. Lo único que demuestran estas encuestas es  cual  candidato o partido tiene el mejor “banco telefónico.

Sin embargo lo más desconcertante de los políticos es su convalidación de estas encuestas. Si salen favorecidos comentan que los resultados semejan “encuestas internas” y si salen desfavorecidos replican con la acostumbrada advertencia de, “recuerden que las encuestas son un retrato de un momento”.

¡Ay San Apapucio! ¡Cómo te rezo para que un día alguien con demostrada integridad, convicción y honestidad les responda cuando le confronten con el resultado de una encuesta afirmando que descartan comentar sobre engaños, fraudes, trucos y mentiras!

¿Y nosotros? ¡Como los niños hagamos algo maduro, y saquémosle la lengua a las encuestas!

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