LDC: Desafiando la gravedad

Desafiando la gravedad

20 de mayo de 2012 – OpiniónPolítica – 

El manejo de la crisis de las deudas soberanas y de la gran recesión de principios del Siglo 21 ha creado el caos y la anarquía en los gobiernos a nivel global.


El manejo de la crisis de las deudas soberanas y de la gran recesión de principios del Siglo 21 ha creado el caos y la anarquía en los gobiernos a nivel global.

Protestas violentas, marchas de indignados, paros, huelgas y disturbios callejeros, han llevado a morder el polvo a los gobernantes más poderosos. En el 2010, cayó Gordon Brown, en Inglaterra; en Chile, prevalecieron los conservadores de Sebastián Piñera sobre los socialistas de Eduardo Frei; en Grecia, colapsó el gobierno de Papandreu y llevan dos años tratando de montar coaliciones de izquierda y derecha; en Italia, tumbaron al hasta entonces imbatible Silvio Berlusconi; en España, cayó el gobierno de Zapatero y la derecha de Rajoy ya está quemada a los 120 días de llegar; en Francia, por primera vez la izquierda gana las elecciones en 17 años tumbando a Nicolás Sarkozy; en el Perú, prevaleció el socialista Ollanta Humala sobre el renaciente fujimorismo. Le siguió la Revolución Jazmín en los países árabes; Egipto: Algeria, Tunez, Libia, etc. Caen además gobiernos en Portugal, Holanda, Islandia, Austria con un ultraderechista y ahora, hasta en Alemania se fractura la hegemonía de Angela Merkel. La derrota del incumbente está escrita. Allá y acá.

Son los signos de los tiempos. El poeta Juan Antonio Corretjer lo anticipó hace medio siglo: “en la vida todo es ir a lo que el tiempo deshace…”. En tiempos de crisis, la entropía se recrudece más. Los electores se conforman con nada, cuestionan todo y resisten cualquier cosa que les trastoque y recargue. La sobreextendida crisis de las deudas soberanas lleva la oposición a prometer promesas incumplibles y a crear grandes expectativas que a su vez, una vez llevan al poder, degeneran en mayores decepciones y frustraciones. Cada vez más se reducen los márgenes de maniobra y empiezan a surgir los demagogos de izquierda y derecha y los “prometedetó”. El Pueblo desesperado comienza a votar por los extremos. Renacen los movimientos fascistas y comunistas. Se riega como la pólvora el proteccionismo nacionalista, se endurecen las izquierdas y las derechas y prevalece la xenofobia aprovechando un descontento social que regenera populismos autoritarios y tecnócratas insensibles. Es el signo de los tiempos. El laboratorio de especies políticas sujetas a cursos acelerados de las inmutables leyes de la gravedad (todo lo que sube, baja) y de la entropía (todo lo nuevo, degenera y desmorona).

Es precisamente contra esa tendencia mundial, que el gobierno de Luis Fortuño tiene que navegar. Por sí solo, no va a flotar. La revalidación de mandato supone suicidarse contra la corriente o redirigir el barco para navegar con el viento de las velas del voto castigo y con el favor de las aguas. Lo que requiere replantear el castigar a quién, a qué y por qué. Y luego, explicarlo con lujo de detalles.

Yep, el ELA se murió y el electorado boricua no quiere darse por enterado, ni los políticos tampoco. El status es la única salvación. En sesenta años de este maquillado embuste colonial, la ley del tumbe ha prevalecido. Los gobiernos de turno son precisamente eso: desgobiernos de turno. Tan desechables como los condones usados. En ese período de seis décadas hemos tenido: nueve gobiernos populares y seis del PNP. De 1968 para acá, o sea en 42 años, hemos sufrido seis cambios de administración (68, 72, 84, 92, 00 y 08), y tres gobiernos divididos (68, 80 y 04). En ese mismo período, hemos tenido dos plebiscitos en los que el ELA perdió las mayorías, pero en los que prevaleció la anarquía ningunista.

Hemos celebrado dos referendos (91 y 94), en los que prevaleció el “No”. No queremos lo que hay y estamos inconformes con lo que viene.

Durante esas seis décadas, hemos tenido nueve gobernadores distintos. El PNP sólo ha tenido gobierno completo en doce años: 1977-1980; 1992-2000; y 2008-2012. Desde el año 1998, en todas las encuestas publicadas, dos terceras partes ó tres cuartas partes de los boricuas han expresado que las cosas están mal o muy mal. El electorado ha tumbado a las últimas tres elecciones y en cuatro de las últimas cinco. En ese interim, Puerto Rico ha sufrido un éxodo masivo de más de 750 mil boricuas que apestados del país votaron con sus maletas. En ese mismo período de 60 años, la administración judicial y la presidencia del Supremo, nunca han cambiado de partido.

Lo cierto es que la ley imperante aquí es a votar castigo. Contra nosotros mismos. En ese proceso, hemos dado más vueltas que un trompo. Tumbamos gobierno en un eterno círculo vicioso en el que estamos cegados, pensando que el problema de ingobernabilidad es uno de gerencia y administración y no uno de la quiebra de los modelos y estructuras políticas y constitucionales del ELA. Como los perros de Pavlov, estamos acondicionados a responder a la voz de los amos mediáticos. Porque aquí el rabo menea al perro. Estamos amaestrados para resistir el cambio, a la misma vez que estamos instruidos a exigir como encordios continuamente el cambio. Es la perfecta idiotización de nuestro electorado. El perfecto círculo vicioso.

Y entre elección y elección, la mediocracia y la oligarquía que nos mandan y comandan y que nos dicen qué pensar, nos tienen apendejados a primera hora con la trivia cotidiana de cada nuevo día. Nos dicen que la culpa la tiene la guardia de turno. Que la culpa la tiene el que ocupa puesto. Que si buscamos un repuesto, nos pondrán de nuevo en turno para buscarle otro repuesto. Nos dicen que hay que cambiar para no cambiar. Y mientras tanto, degeneramos en una sociedad más violenta, más pobre, más analfabeta, más dependiente, más moronizada, más desempleada, más desesperada, más mojigata, y sí, por qué no admitirlo, más sumisa y más maleable. Sometida no al gobernante de turno, sino a los fabricantes de nuestras particulares leyes de gravedad y de la segunda ley de la termodinámica que nos dice, que todo lo nuevo es viejo y nos mueve a buscar algo más nuevo para que se ponga más viejo…
El resultado, está predeterminado. La ley del tumbe y la ley del tranque. Esa y no otra, son la verdadera gravedad y entropía a las que hay que temer y vencer…

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  •   Darió E Román
    SOLO TENDREMOS UNA OPORTUNIDAD PARA LIMPIAR LA CASA.
    EL 6 DE NOVIEMBRE VOTARE POR EL NO, EN LA PRIMERA PARTE Y POR LA ESTADIDAD EN LA SEGUNDA PARTE, que usted hara ?

    EL PROPOSITO DE MI VOTO ES ELIMINAR LOS SIGUENTES ESPECTROS DE LA COLONIA.
    1-ACABO CON LA COLONIA.
    2-ACABO CON EL ELA.
    3-ACABO CON TODOS LOS VIVIDOERES POLITICOS, DE TODOS LOS PARTIDOS, PNP, PPD Y PIP.
    4-ACABO CON TODOS LOS ANALISTOS POLITICOS RADIALES
    5-ACABO CON TODOS LOS REPORTEROS EN LA NOMINA DE LA COLONIA.
    6-ACABO CON TODOS LOS LIDERES OBREROS QUE HAN UTILIZADO SU CARGO CONTRA EL MOVIMIENTO ESTADISTA.
    7-ACABO CON EL PARAISO CONTRIBUTIVO QUE ES LA COLONIA.
    8-ACABO CON EL PERIODISMO YANKIFOBICO.
    9-ACABO CON LOS ALCALDES VIVIDORES DE LA COLONIA.
    10-ACABO CON LAS EMISORAS DE RADIO, VIVIDORAS A ESCUSAS DE LA COLONIA .

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