“No entiendo la estrategia de proyectar a una persona que busca un puesto de hombre de Estado como un ‘cafre’ o una ‘tusa’”

Como indicaba un reportaje de Noti Uno, al parecer la testosterona en el Partido Popular Democrático durante el fin de semana de la convención subió a niveles insospechados.

Primero, Rafael Cox Alomar indicó que tanto el gobernador Luis Fortuño y el comisionado residente Pedro Pierluisi eran personas sin principios ni valores. Realmente esa expresión no causa gran impacto ya que es un ‘copy/paste’ que usan los políticos ‘baratex’ (palabra usada en Jayuya para definir algo de poca monta. No aparece en la Real Academia española, ni la inglesa) para atacar a otro político. No estoy diciendo que Cox Alomar lo sea, ya que apenas está comenzando a definirse como político. Lo de ‘baratex’ porque la mayoría de los políticos no son creativos, dicen cosas así y juran que se la están comiendo ‘cruda y sin sal. Creen que el Pueblo nunca ha escuchado ese ataque anteriormente y que al decir algo así, automáticamente le tumban 10 mil votos al opositor.

Luego de esto, el representante Charlie Hernández me sorprendió con su ataque personal al legislador Antonio ‘Toñito’ Silva. Llevo escuchando a Hernández desde que se inició en la política pública (osea, desde que comenzó a sonar su nombre en los medios) y siempre he admirado la altura de su debate. Brillante, de ideales firmes, verbo fuerte, pero siempre respetuoso a su prójimo y sus colegas legisladores. El vincular a Silva con el narcotráfico, insinuando que anda de la mano con narcotraficantes, realmente me sorprendió. Tanto que defiende, como abogado, la presunción de inocencia, pero aquí la olvidó por completo. No estoy defendiendo a Silva porque no me consta nada. No me consta que esté vinculado a esa acusación, y tampoco que no lo esté. De lo que conozco de él, me costaría creer algo así, pero el propósito de esta columna no es adjudicar eso. Cuando se entrevistó a Silva, indicó que Hernández nunca había tenido el valor de decirle algo así de frente, que, al contrario, siempre lo ha tratado con el mayor de los respetos. No obstante, algo pasó en la convención. Cuando Hernández mencionó a Silva, aparecieron fotografías de este en las pantallas de la Asamblea Popular. Dudando que Hernández sea esa especie de ‘gatillero político’, pues no me queda otra cosa que pensar que seguía un libreto de la producción de la asamblea. Si fuera así, no me deja de sorprender de su parte. ¿Recuerdan lo ofendido e indignado que había dicho estar por un titular de un ‘polvo’? ¡Imagínese si fuese de él que hubiesen hecho un comentario vinculándolo al narcotráfico!

De otra parte, las expresiones de García Padilla, quien llamó mentalmente “pendej…” a Luis Fortuño al indicar que lo que único que había “administrado bien era su cara de… oveja” botaron la bola. ¡¿Un candidato a la gobernación?! Podrán explicar que jamás le pasó por la mente la palabra soez y que lo que deseaba verbalizar era que el Primer Mandatario no era lo que proyectaba. Pero mire mi hermano, vayase a coger ‘de oveja’ a otro con ese cuento. Todo el mundo conoce la expresión pueblerina: “tiene esa cara de pendej… bien administrá”. Al García Padilla hacer la pausa que hizo, para luego cambiar la palabrota ‘pendej…’ por ‘oveja’ en su discurso, hizo evidente el significado de dicha pausa y que estaba pasando en su mente. Obviamente, completar la vulgar expresión ante el País, le hubiese costado mucho.

No entiendo la estrategia de proyectar a una persona que busca un puesto de hombre de Estado como un ‘cafre’ o una ‘tusa’. García Padilla no es ni ‘cafre’ ni ‘tusa’. Por eso me sorprendió de sobremanera su ataque personal. Digo, hay otras maneras de proyectar un candidato ‘pueblerino’. Por ejemplo, recuerdo una actividad con la Prensa en que Aníbal Acevedo Vilá comió unas ‘patitas de cerdo’ y luego se chupó los dedos. ¿Qué más pueblerino que eso? Cuando Alejandro García Padilla era secretario del DACO, compartía con él frecuentemente. En una ocasión le indiqué que gran parte de su éxito como figura pública era su carisma, la manera como trataba a quienes le criticaban, el respeto con el que se refería a esas personas adversarias. Le dije que personas así, como él, hacían falta en la palestra pública porque el Pueblo estaba harto de los ataques polítiqueros, los ataques bajos, personales y ‘baratex’. Lo que hizo el pasado domingo fue una politiquería y ese es el Alejandro que no conozco. ¿Ese es el ejemplo que necesita este Pueblo? Y no me vengan a minimizar con que dijo “digo donde dijo Diego”. La ‘Pollera Colorá’ sabe muy bien lo que dijo y lo que quiso decir. García Padilla sabía bien lo que decía, el entrelíneas… ¿Así debemos tratarnos los puertorriqueños cuando tenemos diferencias, Senador? ¿No es usted quien tiene un anuncio con su familia y habla de ‘valores’? Yo sé que los tiene. Sé que Fortuño también los tiene. Pero no es tenerlos solamente, sino que tiene que aparentarlo también. Nunca he escuchado a Luis Fortuño hacer expresiones o insinuar algo de usted para llamarle ‘oveja’ o cualquier otra cosa. Ya que lamentablemente esa despreciable campaña es difícil de desaparecer, déjesela a los ‘gatilleros’ y usted comience a proyectarse como un hombre de Estado.

Finalmente, volviendo con el representante Charlie Hernández, es evidente que en ninguna parte hay libre pensamiento puro. En el Gobierno a Otoniel Cruz (AEE) están a punto de ponerlo en ‘capilla ardiente’ (metafóricamente hablando). Todo empezó con su falta de compromiso para bajar el costo de la luz. Luego con sus expresiones de que la luz no iba a bajar en dos años. Tanto en el PIP como en el PPD le cayeron arriba al Gobierno y al PNP porque era un castigo tras hablar su verdad. Charlie Hernández habló su verdad y David Noriega la suya. Al último se lo ‘limpiaron’ del partido y a Hernández los despojaron de sus posiciones de liderato. Todos están cortados con la misma tijera y luego “el conejo llama orejón al burro”.