“Lo que tienen en la Legislatura, buenos y malos legisladores, es un abuso contra el Pueblo”

Hay dos reformas propuestas: la de Luis Fortuño y el PNP (en esta consulta), y la de Alejandro García Padilla con el PPD (para después de las elecciones). La que propone el Gobernador busca reducir la cantidad de legisladores de 78 a 56, entre senadores y representantes. En el caso de la de Alejandro García Padilla, la reforma consta de volver al legislador ciudadano (o a tiempo parcial), bajar de dos a una sesión ordinaria y una sola compensación económica. Yo respaldo ambas iniciativas, pero tengo algo que añadirle y les explico más adelante.

Cada Legislador PNP debe Crear Obras

Lo que tienen en la Legislatura, buenos y malos legisladores, es un abuso contra el Pueblo. Unos en mayor escala y otros en menor. Algunos legislan ‘al garete’ porque sencillamente no tienen la capacidad para ser legisladores, para hacer leyes, para elaborar un código ya sea electoral, civil, penal, o para pasar juicio sobre un préstamo que pagará finalmente el Pueblo. Miran hacia el lado para ver cómo vota su correligionario de partido y entonces votar igual. Esos ‘algunos’, cuando uno los entrevista, se nota que no entienden el tema y hay ocasiones en que se quedan sin respuestas, repitiendo lo mismo diez veces sin contestar, porque sencillamente no saben lo que hicieron, bueno o malo.

Recuerdo una figura pública que en un momento dado anunció que quería ser legislador. Se le preguntó sobre diversos ‘issues’ que se discutían en ese momento y su respuesta a todas las preguntas fue: “Eso hay que estudiarlo”. ¡Tremendo! ¡No sabía de qué rayos le hablaban! Solo sabía una cosa: quería ser legislador. ¿Por qué?

No es tan complicado. En primer lugar, ¿qué se requiere para ser legislador? Ser mayor de 18 años en el caso de representante a la Cámara, y de 35 años para senador, más saber leer y escribir. That’s all! Entre las últimas dos, la de ‘leer’ es la menos utilizada. Redactan proyectos de ley ya radicados, critican un proyecto sin haberlo leído, y cosas por el estilo. Ahora bien, escribiendo ¡son unos generales! No hablo necesariamente de escribir esos proyectos de ley, porque la mayoría contrata asesores que se los escriban. Donde ‘botan la bola’ es dando su firma para cobrar la dieta.

Bueno, con ese panorama, y haciendo la salvedad de que no todos son así (pero sí muchos), veo este problema como el caso de la criminalidad (y no me malinterprete, porque una cosa no tiene que ver con la otra). Me refiero a que mientras más herramientas de control tengamos, más reducimos las posibilidades de tener una mala Legislatura.

Siempre habrá buenos y malos ciudadanos, así como siempre habrá buenos y malos legisladores. Hay muy buenos legisladores, tanto en el PNP como en el PPD. Pero también hay pésimos. Reducir el tamaño de la Legislatura, como propone Luis Fortuño, es excelente (desde mi punto de vista). Volver al ‘legislador ciudadano’, tener una sola sesión y que tengan una sola compensación, como propone García Padilla, también es excelente.

Hay quien dice que la reforma propuesta por el Gobernador no implica reducción de presupuesto, porque no está escrito. Los presupuestos se trabajan año a año, suben, bajan o se quedan igual dependiendo las necesidades de la organización. No hay justificación para mantener un presupuesto igual para una legislatura con 22 por ciento menos de legisladores. Es como decir que Alejandro García Padilla propone una sola compensación, pero que va a sumar la dieta y el salario como la compensación única.

De igual manera, cualquiera de las dos podría ser un engaño y trataría de invalidarse la una a la otra con ataques politiqueros. Prefiero pensar que ambas propuestas pueden ayudar, y por eso, como ciudadano, apoyo la de Luis Fortuño y la de Alejandro García Padilla. Lo cortés no quita lo valiente, y hay que ser valientes a la hora de reconocer cuando un político, sea del partido que sea, propone algo bueno.

Hay un refrán que dice “niño pequeño, problema pequeño… niño grande, problema grande”. En este caso aplico el refrán a la Casa de las Leyes: “Legislatura pequeña, problema pequeño… Legislatura grande, problema grande”. A las propuestas yo les añadiría que la mitad de la Legislatura vaya a elecciones a mitad de cuatrienio, como en Estados Unidos. Que el Pueblo pueda evaluar a un candidato a la reelección y su desempeño, sin el temor de que una ‘ola electoral’ lo arrastre sin importar cuán malo sea. ¿Profesionalizar la Legislatura en términos académicos? Exponga usted otras ideas.