“Los corajes dentro del Partido Nuevo Progresista no responden al sacrificio espartano que han tenido que tomar, por igual, el Gobierno como el Pueblo”

Desde que comenzó su gestión como gobernador, Luis Fortuño ha estado completamente solo. Únicamente lo acompañan, en su obra diaria, su esposa y sus hijos, su sombra y sus enemigos; disfrazados estos últimos de colaboradores y amigos componedores. Luis Fortuño tiene por acérrimos contrarios a un sector mayoritario de la Prensa, los líderes de los demás partidos, los intereses económicos que se oponen a la Estadidad y a legisladores –algunos alcaldes también– de su propio partido. Todos, de alguna manera u otra, no le desean éxito alguno en el cumplimiento de su programa de gobierno y tanto en su acción o inacción ayudan a poner la piedra en el camino para el tropiezo contumaz y oportuno.

De todos ellos, el enemigo interno es el de mayor dificultad de descifrar. Los comensales en la casa del anfitrión, en la oscuridad de sus conciencias, vomitan las palabras de elogios que vierten para el líder y planifican con maestría felina el zarpazo preciso.

El referéndum sobre la fianza y la reducción de la Legislatura demostró que la efigie no es inmortal y está agrietándose. Por el sustrato histórico se mueve inexorablemente la corriente del disgusto y el coraje de sus correligionarios; y los que adoran la lacerada efigie con lujuria económica no hacen nada para la mitigación y reparación de daños. La adoración es un medio que justifica el fin premeditado. En este caso, gente cercana al Gobernador, lo adoran como en el Éxodo los judíos adoraron el becerro de oro.

Fortuño manifiesta las características del desengañado: su vida política es un andar solitario entre su gente. Los propósitos de un líder, el programa de gobierno, que son sus ideas y aspiraciones dentro de un movimiento político, y la agenda política que identifica a su partido y que lo distingue de los demás, son una acción colectiva y no una tarea individual.

Durante el cuatrienio, la población electoral del movimiento estadista se ha manifestado con enojo. Sus creencias en los símbolos de su partido y en el significado de la Estadidad son parte vital y consustancial de su existencia y de su identidad personal. En cantidad numérica exuberante está población está compuesta, mayormente, por gente pobre y mulata que se han sentido despreciados por los roedores cercanos a su líder, que con gula desenfrenada y despreciable, sin compromiso ideológico ni escrúpulo alguno y con engaño perpetrado, se han llenado los bolsillos de dinero producto de infinidad de contratos, mientras la gente buena y sencilla lleva sobre sus hombros la pesada carga de la escasez y los sacrificios. Esto ha devenido en que el tsunami de votos que se dio en las elecciones del 2008 se convirtiera, en menos de cuatro años, en un tsunami de quejas y agravios por parte de la base estadista.

Los corajes dentro del Partido Nuevo Progresista no responden al sacrificio espartano que han tenido que tomar, por igual, el Gobierno como el Pueblo. Se trata, sencillamente, que un pequeño grupo de personas elitistas y cercanas al Gobernador ha asaltado, con apariencia impune, las agencias de gobierno y han logrado diligenciar jugosos contratos de asesoría, sin saber a ciencia cierta cuál es, si alguno, el peritaje que poseen. Esa filosofía excrementicia, del “¿Y qué hay pa’ mí?”, que exhiben estas personas ha opacado la excelente obra de gobierno de Luis Fortuño, que dentro de una de las mayores crisis económicas de la historia y heredando un descomunal déficit de $3,400 millones, producto de la incompetencia de Aníbal Acevedo Vilá, ha podido enderezar las finanzas de la administración pública, rescatar el crédito del País, bajar las contribuciones sobre ingresos e insuflar vitalidad fiscal a la tarjeta de salud.

Además, Fortuño ha tenido la desgracia de tener unos compañeros de partido que en sus fechorías demuestran su natural esencia; ingratos, holgazanes, problemáticos e ineptos. Mayormente en la Legislatura, que no está exenta de contratistas de lujo. Por eso, su labor ha tenido que ser titánica. En su soledad ha luchado duro para poner la casa en orden y salvar a Puerto Rico de una crisis fiscal y de una degradación en los bonos del gobierno.

La soledad de Luis Fortuño no es la del poeta cubano Eugenio Florit, “un hombre solo, sin hijos ni mujer.” Tampoco “la soledad del poder” que ha teorizado el Premio Nobel, Gabriel García Márquez. Es la soledad de un hombre que, en un momento coyuntural de la historia de su Pueblo, es abandonado por todos sus compañeros. marioramosmendez@yahoo.com

Al Pueblo estadista  es que dirijo este mensaje….Tengo autorización luego de un honesto y sincero análisis con mi familia de acudir y apelar al único ente que a todas luces podrá hacer realidad nuestro glorioso ideal… La Estadidad. Me refiero a ti… El Pueblo… Si solo tu mi Pueblo y no sus líderes podrán hacerlo realidad….. La familia Cruz Miller estamos comprometidos de corazón, alma y cuerpo con llevar el mensaje de la Estadidad para nuestra isla…. El conseguirla, a todas luces solamente recaerá en un movimiento de Pueblo donde todos podamos aportar… Debemos tomar las calles. Debemos inundar las redes. Debemos convencer a nuestro Pueblo que la única forma de combatir a nuestros enemigos… externos y muy tristemente internos también es logrando que sea el Pueblo y no los líderes con otras motivaciones que decidan por nosotros……. El Pueblo estadista ha sido humillado una y otra vez hasta por sus propios líderes… porque para algunos su puesto y su candidatura va por encima del Ideal.

Pregúntate Estadista que está esperando el partido para llevar el mensaje de la estadidad en cuerpo, alma y corazón? El orgullo y las intrigas de palacio están llevando el mensaje al olvido…. Mientras tanto, nosotros el Pueblo.. Qué haremos?… Nos conformaremos a esperar que ocurra un milagro? Esperaremos a que estén todos los planetas alineados?.. Pues No.. Somos nosotros el Pueblo estadista los que me he convencido tenemos la responsabilidad de tomar el control y tirarnos a las calles a exigir, escribir, convencer, y defender la Estadidad para Puerto Rico…….Yo invito a cada uno de ustedes a tomar el control del mensaje antes de que se haga tarde…. Los grupos que quieren llevar a Puerto Rico en la ruta al socialismo ya están organizados…. Y nosotros no podemos confiar sólo en nuestros líderes para que nos guíen en la ruta a la Estadidad. El fin de la colonia recae en nosotros, el Pueblo….. No nos podemos dejar engañar mas.. Y a nuestros líderes el mensaje le tenemos que llevar de que si no se comprometen con el Ideal en cuerpo, alma y espíritu con nuestro voto no van a contar…. Solo así lograremos la Estadidad…. Cuando es el Pueblo quien toma las calles. Cuando es el Pueblo quien lleva el mensaje. Ahora tenemos la red. Yo, Pueblo que soy, junto con toda mi familia me comprometo a luchar por nuestro Ideal. Les invito a exigirle a nuestros líderes hacer lo mismo….. Tenemos todo lo necesario para lograr la victoria en Noviembre…. Es el compromiso de nosotros el Pueblo lo que falta… Si tomamos las calles, no nos callamos en la Iglesia, supermercado o fila del Gobierno, lo lograremos, Estadidad Ahora!!!!