“Durante la ascendencia del PPD decenas de miles de jóvenes boricuas fueron a la guerra, muchos como voluntarios”

Carlos E. Chardón – Ex Secretario de Educación

Muchos creen que por cincuenta años se enseñó solamente en inglés en las escuelas públicas y que no lo aprendimos. La Asociación de Maestros dijo lo contrario en 1946: 2,000,000 de habitantes, 400,000 hablaban inglés. ¡Uno de cada cinco hablaba inglés! Esos 400,000 eran graduados de las escuelas superiores públicas (9-12) donde todo se enseñaba en inglés desde que se estableció la escuela superior americana. A partir del 1916 generalmente se enseñó en español desde primero hasta octavo. Pero del 1937 al 1946 también se enseñó en inglés en séptimo y octavo grado aunque no hubo maestros suficientes para los pueblos pequeños y zonas rurales. Esa escuela superior en inglés nos dio a Margo Arce, Nilita Vientós, Pedreira, Laguerre, Benítez y cientos de estrellas adicionales por lo que tampoco graduaba desconocedores del español.

Se eliminó el inglés cuando su enseñanza era un éxito rotundo y el español era de primera. ¿Por qué? Fue una necesidad política de Muñoz; al entregar el inglés a los independentistas, Muñoz consolidó su poder en el Partido Popular. El sacrificio tuvo un resultado positivo inmediato en el Partido. No prometió, actuó.

Truman había nombrado a Villaronga comisionado de Educación y el Senado federal no lo confirmó por este insistir en eliminar la escuela superior en inglés. El Presidente sabía que así sucedería si se aprobaba la ley del Gobernador electo ¡y la aprobó! ¿Hasta ese entonces la política federal fue impulsar el inglés. ¿Qué pasó?

Muñoz giró en contra de sus depósitos en la cuenta política en Washington; Muñoz se había convertido en el aliado más fuerte del Gobierno federal. Durante la ascendencia del PPD decenas de miles de jóvenes boricuas fueron a la guerra, muchos como voluntarios. Giró en contra de esa cuenta al eliminar el inglés. Si Muñoz era americano por convicción o por necesidad no importó; si sus intenciones eran buenas o malas, tampoco. Truman le pagó con creces. Las acciones y los resultados pertenecen a la política y producen votos; las buenas intenciones, a la moral y ganan el cielo.

¿Y no fue inmoral enviar a medio millón de boricuas al Norte sin saber inglés? La alternativa era que se murieran de hambre aquí, en vez de frío allá. ¡Por lo menos allá comerían! El sacrificio aseguró que se quedaron aquí, recibieron un poco más y votaron por Muñoz. Devolvieron a Muñoz y a su partido una y otra vez a la Gobernación. Los sacrificios, para que no sean en vano, exigen resultados concretos.

Los que se fueron no votaban, finalmente aprendieron inglés, se integraron y pertenecen a la minoría mayor hispana. Ahora votan allá. Como grupo, por ascendencia vienen después del alemán y el angloirlandés. Aprendieron por inmersión, por necesidad, para no morirse de frío ni de hambre. Aprendieron y se integraron. Muñoz desencadenó una reacción en cadena que ahora nos integra en español, inglés, ingliñol y Spanglish. Este Luis ¿padre de la Estadidad? Acciones y resultados, no intenciones.

Muñoz calló a los independentistas al eliminar la enseñanza en inglés y envió a un cuarto de millón allá; los resultados concretos y positivos los vio el Pueblo de inmediato. La probidad y la Gobernación con ojo siempre atento a los votantes dieron elección tras elección a Muñoz el poder de hacer los cambios que había que hacer. Para la reelección no necesitó el aplauso de los que controlaban la economía, solamente del Pueblo. Muñoz atendió primero al Pueblo, segundo al Pueblo, y tercero al Pueblo. Los demás, en fila. El Pueblo mide acciones y resultados; las intenciones las enjuiciará el Señor.