“Hizo lo que había que hacer para lograr nuevos ingresos al fisco, para crear empleos y fomentar la inversión en Puerto Rico”

“Líder no es solamente el que le dice a la gente lo que es agradable oír; lo mismo que no es médico solamente el que le dice a la gente que no están enfermas. Nadie puede considerarse líder, ni tiene derecho a que lo consideren líder de un pueblo, si no sabe decir lo mismo la verdad que agrada que la verdad que duele; si no sabe orientar lo mismo hacia el derecho que mejor que hacia el deber, para la defensa fundamental de ese derecho, que pide sacrificios a la conciencia humana y cristiana… El día que quieran otra clase de líder… tendrán un gran baratillo de donde escoger”.

-Luis Muñoz Marín  –  15 de noviembre de 1942

Ningún gobernador en nuestra historia reciente ha recibido un país en las condiciones desastrosas en que Fortuño recibió este país en enero del 2009. Un déficit de $3,300 millones, un déficit en caja de más de $4,459 millones, más de $960 millones en cheques del gobierno emitidos sin fondos, un Sistema de Retiro del ELA en quiebra, la Universidad de Puerto Rico con un déficit de $300 millones, suplidores de servicios a los que por meses no se les había pagado y un presupuesto de solo 54 centavos por cada dólar. En fin, un Puerto Rico sumido en la peor recesión desde los años 30, que comenzó en el 2006 con el cierre del gobierno y que dos años después se complicó con la crisis económica global.

Ante esta situación, Fortuño pudo haber seguido la política de sus dos antecesores y seguir operando irresponsablemente hasta verse obligado a cerrar el gobierno y culpar a los gobernantes anteriores. Pero eso hubiera sido actuar en forma más irresponsable que aquellos y ese no es Luis Fortuño.

Fortuño reconoció la difícil situación que enfrentaba. Ante ese tétrico cuadro no se amilanó y valientemente le dijo al País “la verdad que duele” y le instó a tomar la medicina amarga que había que tomar. Tuvo que –en contra de sus mejores deseos– dejar fuera del gobierno a alrededor de 12 mil empleados de los 30 mil que Aníbal Acevedo Vilá, malsanamente, había nombrado en exceso a última hora, a sabiendas que no había dinero con que pagarles. Fortuño recortó gastos por todas partes, comenzando por su propio salario. Hizo lo que había que hacer para lograr nuevos ingresos al fisco, para crear empleos y fomentar la inversión en Puerto Rico.
Por limitación de espacio solo puedo mencionar algunos ejemplos:

• Llevó a cabo la reforma contributiva más grande, más abarcadora y más justa en nuestra historia, que reduce las contribuciones de individuos a la mitad (50%) y devuelve más de $1,200 millones anuales al bolsillo de nuestra gente. Con cero ($0) contribuciones a los que ganan menos de $20 mil.

• Redujo para este año fiscal en 90% el déficit presupuestario que heredó y para el próximo año lo habrá reducido en su totalidad.

• Detuvo la pérdida de empleos en espiral (117 mil empleos perdidos en los dos últimos años fiscales de la administración anterior; 70 mil empleos perdidos solamente en el último mes de Acevedo Vilá) creándose 22 mil nuevos empleos netos en el año fiscal 2012; el primer período con creación de empleos desde que comenzó la recesión en el 2006.

• Se redujo a 13.7% la tasa de desempleo que se disparó de 9.2% a 15.2% en los últimos 15 meses previos al cierre del año fiscal 2009.

• El Índice de Actividad Económica (IAE) lleva siete meses en terreno positivo, por primera vez desde el 2006.

Ante este cuadro de progreso económico, el pasado 4 de septiembre Puerto Rico recibió una gran noticia y espaldarazo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) cuando su Índice de Competitividad Global (ICG) del 2012-13 ubicó a la Isla como la economía más competitiva de América Latina. Rebasando así a Chile que ocupó la posición 33, como la economía más competitiva de habla hispana de este hemisferio y supone unos ocho puestos más que Panamá, el país que más avanzó este año.

Es la primera vez que Puerto Rico, midiéndose contra 144 economías mundiales obtiene la posición 31 en ese importante índice, lo que significa una notable mejoría en su economía.

Mientras tanto, las economías europeas estremecidas por la crisis de deuda –entre ellas Portugal, Italia y España– permanecieron, respectivamente, en las posiciones 50, 42 y 36. Lo casi inverosímil es que Puerto Rico avanzó, mientras Estados Unidos retrocedió, ubicándose en la posición número 7. ¡No en balde invitaron a Fortuño a ser uno de los principales oradores en la Convención del Partido Republicano Nacional para presentar sus logros económicos!

Este informe demuestra que bajo el liderato efectivo de Luis Fortuño, Puerto Rico le hizo frente a una crisis mundial de seis años y ha logrado poco a poco comenzar a superarla y salir de ella.

¡Puerto Rico tiene un líder de verdad! No la clase de líder de los que se escogen en baratillos. El 6 de noviembre hay que votar por darle 4 años más a Fortuño.