Qué le pasó a Obama en el debate?

Qué le pasó a Obama en el debate?

9 de octubre de 2012 – Estados UnidosOpiniónPolítica – 

“Si lo comparamos con los presidentes de los últimos 32 años, Obama ha sido el presidente más introvertido que hemos tenido”

Foto AP

Luego de varias semanas analizando y criticando a Mitt Romney, es justo que hagamos lo propio con Barack Obama. El debate presidencial celebrado en Colorado el miércoles pasado nos provee una excelente coyuntura para hacerlo. Primero, es meritorio consignar brevemente en qué posición política se encontraba Obama antes del debate, para luego ver qué le pasó en el debate.

Personalidad presidencial: Obama ha sido un presidente muy peculiar en cuanto a su estilo de gobernar y su relación con su entorno político partidista. Si lo comparamos con los presidentes de los últimos 32 años, Obama ha sido el presidente más introvertido que hemos tenido. Por una parte, Obama ha gobernado de forma tímida, retraída y hasta sin liderazgo. Con excepción de ARRA y la legislación federal de la Reforma de Salud, Obama no ha presentado, impulsado, fomentado ni influenciado ninguna legislación de impacto que tenga su visión de lo que quiere para la Nación. De hecho, Obama no solamente ha carecido de liderato para dar norte a la política pública de su administración, sino que ha dejado sola a su delegación congresional en legislación crítica para los demócratas, tales como la reforma migratoria. Esa forma de hacer gobierno ha molestado a muchos demócratas, particularmente los del ala más progresista del partido.

Como si fuera poco, Obama no ha cultivado estrechas relaciones con el liderato político de su propio partido. Es notorio el resentimiento del liderato congresional demócrata con Obama no solamente por su ausencia en el debate político, sino por su marcado distanciamiento personal. A penas son invitados a la Casa Blanca y cuando son invitados es para discutir problemas; nunca son invitados a la casa de campo en Camp Davis; juega golf solamente con sus alza colas de la Casa Blanca, pero no con ellos; etc. En fin, las recriminaciones son múltiples, y podrán tratarse de trivialidades, pero lo que denotan es la falta de sensibilidad personal de Obama hacia su liderato político.

Esa dejadez, distanciamiento y ese disgusto de Obama han sido terreno fértil para aumentar y magnificar la burbuja protectora típica bajo la cual los gobernantes tienden a refugiarse. Es decir, esa preferencia marcada a socializar y relacionarse con su equipo de Casa Blanca y su círculo íntimo en lugar de con el liderato político y grandes donantes, han producido a un Obama protegido por una burbuja en donde su gente constantemente le rinde pleitesía incondicional, lo alaban y lo idolatran sin conexión a la realidad fuera de la Casa Blanca.

Entorno mediático controlado: La interacción mediática del presidente Obama ha sido sumamente controlada y filtrada, particularmente este año electoral. La participación mediática de Obama generalmente se da en eventos políticos organizados como los llamados ‘rallies’ y ‘town hall meetings’, la mayoría de ellos asistidos por ‘teleprompters’ y apuntadores. Pocas veces se ha dado en el contexto de entrevistas con periodistas reconocidos y serios. De hecho, Obama no tiene una conferencia de prensa formal en la Casa Blanca desde el 6 de marzo de 2012.

Atención mediática en Romney: Justa o injustamente, la atención mediática antes del debate había girado en torno a Romney. Eso lograba que Obama corriera por lo bajito casi desapercibido, dejando que Romney se enredara solito. Con ese trasfondo es que Obama llega al debate presidencial a enfrentarse a un Romney rezagado en las encuestas, y con un Partido Republicano crecientemente desmoralizado. Romney sabía que dependía de ese debate para mantenerse en carrera, y como tal, utilizó todas sus destrezas contra la debilidad antes descrita del presidente.

Así las cosas, Romney apabulló a Obama sin ser irrespetuoso. Lo hizo hablándole a Obama como nadie le había hablado durante los pasados cuatro años; ejercitando su dominio del escenario mostrando a su vez conexión, interés y conocimiento de los asuntos discutidos en el debate. Poco importó si lo que decía era cierto, viable, o siquiera cónsono con sus posiciones anteriores. Lo importante era lucir bien, y definitivamente lo hizo.

Está por verse si el resultado del debate tendrá algún efecto determinante en la elección. Hay quienes dicen que la inmensa mayoría del electorado ya formó su juicio, y que son bien pocos los indecisos cuyo voto pudiera ser influenciado por el primer debate. Otros dicen que en contadas ocasiones -–ejemplo el debate Carter-Reagan en el 1980– los debates determinan elecciones, particularmente si el incumbente va a reelección. También hay quienes señalan que cualquier efecto detrimental significativo a Obama será diluido porque se trató del primer debate faltando más de un mes para las elecciones.

Independientemente del efecto electoral del debate, lo cierto es que fue una bofetada a Obama que lo debe haber bajado del Cielo a la Tierra. Le hizo recordar que ser ‘cool’ y ‘popular’ con el público no es equivalente a superioridad política.

Comentarios a: Twitter@YesefY

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