En torno al federalismo

En torno al federalismo

5 de octubre de 2012 – OpiniónPolíticaPuerto Rico – 

“En el federalismo las distribuciones de poder son estructuradas; de manera vertical y de manera autónoma con igual representación por un lado y proporcional por el otro”

EL VOCERO / Archivo / Ingrid Torres

Somos testigos de cómo en los primeros años de este siglo 21 el planeta entero se ha sacudido en todos sus órdenes. Desastres naturales; terremotos, tsunamis, huracanes. Crisis financieras que han cambiado para siempre la ubicación de derecha o de izquierda de los diferentes sistemas económicos y cambios en los modelos políticos actuales, como ha sucedido, por ejemplo, en Europa, pero en particular en España que está viendo en el sistema federal de gobierno que fue fundado en 1787 en Filadelfia como la alternativa política y económica a seguir. (The Economist. February, 11, 2012).

Para el jurista Javier Tajadura Tejada “la teoría y práctica del federalismo como técnica de distribución del poder y de integración política resulta fundamental. España, como Europa, será federal o no será.” (El País, 30 de septiembre de 2012). Según este jurista vasco, español e ibérico, con “una Constitución federal, Cataluña podría contar con estructuras de Estado, las propias de un Estado miembro, y podría mejorar su financiación. Ahora bien, el pacto federal supondría el abandono de objetivos independentistas y veleidades secesionistas.” O sea, ante el embate de esa religión laica que es el nacionalismo y ante el posible desmembramiento de España, con efectos perjudiciales para su economía, está el federalismo como alternativa a la actual crisis que vive el pueblo español.

En el federalismo las distribuciones de poder son estructuradas; de manera vertical y de manera autónoma con igual representación por un lado y proporcional por el otro. En el federalismo la soberanía se afianza, lo que permite que la otra soberanía –la cultural- entierre hondamente sus raíces en el espacio geográfico políticamente demarcado y constitucionalmente representado con igualdad de condiciones en la participación política del Estado y de la Nación. Además, el federalismo permite la diversidad dentro de la unidad; el Estado federal compuesto de los gobiernos de los estados, cada uno con sus características particulares.

John Adams

John Adams

Para el teórico Miquel Caminal, la “razón positiva del federalismo frente al nacionalismo es que puede promover el pluralismo en varias dimensiones: policentrismo frente a monocentrismo, plurinacionalidad frente a la nacionalidad única, multiculturalismo frente al monoculturalismo. El nacionalismo subraya como gobierno supremo aquel que representa la nación; el federalismo promueve diversos gobiernos con sus competencias y ámbitos territoriales, desde el gobierno local hasta el gobierno federal, desde la federación plurinacional de estados federados hasta la confederación mundial.” (Véase Miquel Caminal, El Federalismo Pluralista: del federalismo nacional al federalismo plurinacional).

Dentro del movimiento estadista, desde sus orígenes, esta fue la visión que siempre se tuvo. La estadidad se veía, como se ve hoy día, con elementos de la independencia; un gobierno propio para decidir en los asuntos internos como lo es la educación, participación plena donde reside el poder político e influencia en la política exterior de la Nación. José Celso Barbosa afirmó que Puerto Rico tendría “absoluta supremacía y poder para hacer sus leyes; y que cada puertorriqueño, con relación a todas las naciones, sea independiente y goce de absoluta igualdad.” (Véase Pilar Barbosa de Rosario, Problema de Razas: documentos para la historia).

El federalismo ha sido de enorme influencia desde su adopción como sistema político y constitucional. La carta magna de los Estados Unidos, que Juan Pablo II calificara en 1987 –al cumplirse doscientos años de su fundación- de “documento providencial”, ha influido decisivamente en el mundo desde las guerras de independencias latinoamericanas. México, Brasil, Argentina, Venezuela, entre otros, imitaron el modelo político y constitucional de los Estados Unidos. Incluso en México, el federalismo fue una fórmula para proteger la autonomía de los estados mejicanos y responder eficazmente a las demandas de los ciudadanos y grupos a través del territorio nacional. De hecho, la Décima Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos se adoptó, en un principio, casi ad verbatim en la constitución mejicana: “Las facultades que no estén expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.” (Véase Enrique Sánchez Bringas, Derecho Constitucional.)

El federalismo, que a mediados de los años cincuenta Luis López Tizol, editor de la Revista El Estado, calificó de “Independencia Anexada”, garantizaría lo que los puertorriqueños ahora no tenemos; participación en los nombramientos del Presidente y, por ende, extinción del Artículo 9 de la Ley de Relaciones Federales: la cláusula jurídica de hechura congresional donde descansa el colonialismo puertorriqueño. El sistema federalista sería proveedor de amplios poderes en los aspectos político y económico, y evitaría que como país independiente cayéramos en las turbias aguas del neo-colonialismo.

marioramosmendez@yahoo.com

Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/

You must be logged in to post a comment Login

Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/
Para trabajar por la Estadidad: https://estado51prusa.com Seminarios-pnp.com https://twitter.com/EstadoPRUSA https://www.facebook.com/EstadoPRUSA/