“En años no hemos aprendido nada. Del ‘mira que linda’, al ‘mira que lindo”

A 12 días de Nochebuena y no parece Navidad. El clima está crispado. El ambiente enrarecido.  Dondequiera que uno mira aflora la tristeza, el odio, las recriminaciones y el pesimismo. Han regresado las Navidades Populares del país endiablado consigo mismo.

Los 40 días desde que salió electo el combo agrandado del Partido Popular, han marcado una conducta a dos caras. ‘Deja vu, all over again’. Es como si reviviéramos la película de Sila. En años no hemos aprendido nada. Del “mira que linda”, al “mira que lindo”. De aquel ‘gobierno limpio’ que lo ensució todo, a los tiempos empalagosos del “todos somos Agapito” y del consenso de los ‘aliados’ que excluyen la otra mitad.

Esta cuarentena previo a la pascua navideña, ha sido políticamente marcada por la siguiente realidad: Un gobierno PNP derrotado y en desbandada, descabezado por sus propios líderes que optaron por ‘enjoyinarse’ y guardar silencio para servir los imperativos categóricos de su severa depresión. Ese avestruzamiento y fantasmeo de un PNP que no registra ni en las pantallas de radar, ha creado un vacío rellenado por el comité de la transición de fusilamiento y por la victoriosa mediocracia que pasa factura confiada en que el triunfo, sí da derecho a ser canalla. Ese silencio sepulcral de los catatónicos derrotados, junto a las continuas cargas y ráfagas de un gobierno entrante empeñado en no dejar títere con cabeza, nos ha traído al umbral de la Tercera Mordaza.

El mundo de acuerdo a la acomodaticia y ajusticiadora ‘verdad’ que nos describen los vencedores, opera bajo las siguientes premisas y falacias a las que ya nos tienen acostumbrados las transiciones navideñas a los Populares. (1) Esto está jodío; (2) No sabíamos que estaba tan jodío; (3) La culpa es de estos sinvergüenzas que perdieron; (4) No han deja’o chavos pa’ ná; (5) Todo contrato está bajo sospecha; (6) Todo lo que hicieron hay que implotarlo; (7) Al entregar no nos dicen la verdad; (8) Todo lo que han hecho hay que investigarlo; (9) No hay chavos para cumplir las promesas que hicimos; (10) Lo que viene es caña de mono; (11) La culpa de lo que ocurra los próximos cuatro años, es causa de los que se van. Un año que viene y otro que se va…

Los acólitos de la prensa le van sirviendo de corillo y en esta cuarentena ya nos han informado lo siguiente: (1) Se desinfló la Estadidad y el mandato plebiscitario no vale ná; (2) AGP no culpará a la pasada administración, pero su Comité de Transición los hará responsable por todo; (3) No habrá reforma legislativa tal como la prometimos; la reforma vendrá con ‘peros’; (4) La deuda de la AEE y los aumentos a la UTIER desvanecerán las promesas de bajar la luz un 33%; (5) En campaña criticamos el ‘fiao’, pero como estamos pela’os, tendremos que volver a coger presta’o; (6) Estamos tan pela’os, que cancelaremos los alivios contributivos legislados para el 2014 y 2015; (7) Creemos en la democracia y en la transparencia, pero no toleraremos la crítica ni la disidencia. Investigaremos a EL VOCERO y boicotearemos a La Comay; (8) Condenamos la ‘medicina amarga’, pero no nos queda más remedio que despacharla, debido a la crisis del Retiro; (9) Repudiaremos los contratos de los amigotes, contratando a Aníbal Acevedo Vilá como profesor adjunto de derecho público; (10) La información que nos están dando estos tipos no fluye y está en ascuas. Confiamos en las estadísticas negativas y cuestionamos las positivas. (11) A partir de enero 2 todo cambia. Supliremos las positivas y no crean las negativas. Al Pueblo no le gusta que le digan la verdad. Solo quiere promesas y buenas noticias.

Para reactivar la maltrecha economía, haremos lo siguiente: (1) Tenemos en remojo aumentos de agua, luz y peaje. Si los subimos, la culpa es de Fortuño que no las subió cuando debió; (2) Cancelaremos “lo mejor está por venir” de la reforma contributiva; (3) Derogaremos la Ley Tito Kayak, pa’ que los ‘aliados’ ambientalistas puedan otorgar permisos; (4) Prohibido hablar del déficit y de la deuda y hablaremos solamente de 50 mil empleos; (5) Derogaremos las enmiendas que legalizan la Ley de Cierre para complacer a los ‘aliados’ detallistas; (6) Prometemos consultar todo y gobernar por consenso con los ambientalistas, los industriales, los sindicatos, detallistas, el MUS, el PPT, el PPR, la comunidad LGBT, los maestros, los estudiantes de la UPR, y todos nuestros ‘aliados’; (7) Para garantizar lo demócrata que somos, expresaremos que no tenemos confianza ni en José Ortiz ni Josué Colón y eliminaremos la Oficina del FEI; (8) Prometemos mantener los acuerdos de cooperación con los federales, pero no les permitiremos aplicar la pena capital contra los pobrecitos asesinos; (9) Creemos en la continuidad de los trabajos y quedan cancelados los proyectos de Santini, ‘Walkable City’ y el Tren Liviano; (10) Le prometeremos a nuestros industriales aliados que no negociaremos a sus espaldas y mandaremos a los Hernández Mayoral a negociar con los racistas del Congreso para que cuelguen el mandato plebiscitario; (11) En San Juan, Yulín jura y perjura que no botará a nadie, que no sea “corrupto y negligente”; (12) Y en la Legislatura, traeremos un nuevo Gangnam Style de gobernar, con Jossie, El Cuco, Vale 4 y Roxy presidiendo comisiones.

Y mientras hacemos todo esto, la prensa imperial pintará a Yulín como la nueva Evita Perón y al gobernador Agapito como el salvador redentor. Algo así como ‘Sponge Bob’ en Fortaleza: un apretable personaje de diálogo, de paz, de ideas frescas, de optimismo, de acción y con David Bernier su inseparable Sancho Panza y amigable componedor.

Felicidades. La pascua navideña nunca será igual. Por decreto, han regresado las felices navidades populares. Esa interminable celebración de nuestra ‘identidad nacional’, ese asopao del ingenio cultural autóctono, con santos inocentes, Magos empotrados, esa ‘experiencia de economía solidaria’ y de ‘gastronomía porcina’, preñada de fiestas, asaltos –literalmente–, ‘carjackings’, ‘homejackings’, violencia familiar, borracheras de poder, mordazas de Herodes (el que no los sigue, se jode), sermones de los monseñores, visitaciones de Putiérrez, parrandas de la bandera.

Ahhh, y ese profundo orgullo puertorriqueñista que nos hace disfrutar esa ‘soberanía navideña’ del villancico popular. Todos somos Agapito y el que no le guste, lo boicoteamos…